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De nuestras Jornadas

Ferromex y el capitalismo de cuates

A

l capitalismo en México algunos economistas le llaman de cómplices, y ya se acuñó el término capitalismo de cuates. En este tipo de relaciones económicas el gobierno otorga favores y privilegios a empresas propiedad de personas involucradas con él y en claro conflicto de interés; en él se pagan sueldos miserables, no se otorgan prestaciones laborales, la evasión fiscal no se castiga, las concesiones y licencias se venden al mejor postor, las licitaciones las ganan los amigos. No hay competencia leal y se tiene comprado al árbitro. Ante los incumplimientos de empresas privilegiadas, los funcionarios salen a la opinión pública y justifican que los hombres de negocios son sus empleados. 

Esto provoca persistencia de desigualdad y pobreza. La desigualdad de percepciones monetarias es efecto de la desigualdad de oportunidades, y ésta de la situación de privilegio para algunos actores del capitalismo de cuates. 

La venta de Ferrocarriles Nacionales fue un caso emblemático del tráfico de privilegios para los hombres ricos cercanos al Presidente de la República. El compromiso fue crear una opción de sistema ferroviario eficiente, que incluyera mejorías al transporte de pasajeros, lo cual nunca ha ocurrido: fueron afectadas cientos de localidades que estaban conectadas por este medio y jamás se les repuso la pérdida. Sin embargo, el amigo del Presidente, ahora dueño de Ferromex, agrandó su fortuna usando una infraestructura que no construyó. La inversión en nueva estructura vial la han achicado al mínimo, y quienes pagan este vacío son las poblaciones que sufren descarrilamientos y hasta muertes. Justamente ahora se da a conocer que el dueño del camión –sin permisos ni mantenimiento– que causó la tragedia en Mazapil fue declarado inocente. Ya no nos extrañará que en el caso de Ferromex continúe con la práctica de otorgar privilegios a los poderosos y la población de Zacatecas siga sufriendo las negligencias del señor Germán Larrea y sus amigos capitalistas.