Economía
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Zonas económicas especiales, un paso hacia la democratización de la productividad
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Abraham Zamora, director general de BanobrasFoto Cortesía Banobras
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l presidente Enrique Peña Nieto envió al H. Congreso de la Unión la iniciativa de Ley Federal de Zonas Económicas Especiales. Una vez discutida, enriquecida y aprobada por el Congreso, esta ley creará por primera vez en la historia del país esta figura que ha sido exitosa en otras naciones, para detonar el desarrollo de regiones rezagadas con alto potencial productivo y logístico, no debidamente aprovechado.

La creación de las Zonas Económicas Especiales (ZEEs) forma parte de la estrategia del gobierno de la República orientada a democratizar la productividad y remontar rezagos históricos de las regiones más marginadas del país.

Este esfuerzo comenzó con las reformas estructurales impulsadas con el apoyo del Congreso de la Unión y que ya están en proceso de implementación y comienzan a dar frutos. También, a través de la aprobación de una Ley de Productividad y Competitividad, marco bajo el cual se definen políticas, programas e instrumentos específicos para aumentar la productividad de sectores estratégicos para México.

No obstante, en el ámbito regional es donde predominan los mayores desequilibrios. De 1980 a 2013, el PIB per cápita de los estados de la frontera norte y el Bajío creció 47 por ciento, casi siete veces lo observado en los estados del Sur (7 por ciento). La productividad laboral en la frontera norte es 2.6 veces la observada en el sur, donde ocho de cada 10 trabajadores permanecen en la informalidad. Esto se ha traducido en contrastantes niveles de pobreza: mientras que en la frontera norte tres de cada 10 personas son pobres, en el sur son casi siete de 10.

Estas crecientes brechas regionales en gran medida se deben a que el sur no ha podido integrarse a las cadenas de valor globales, ni diversificar su economía hacia actividades de mayor valor agregado. De hecho, la mitad de su población ocupada se concentra en sectores tradicionales como el agropecuario, de alojamiento, preparación de alimentos y servicios diversos, en tanto que sólo 8 por ciento de los trabajadores se ocupan en industrias manufactureras, las cuales tienen una mayor productividad.

Para lograr esta transformación estructural es necesario hacer un esfuerzo extraordinario en esta región. De ahí deriva el propósito de crear ZEEs, como una nueva estrategia de desarrollo económico y social, que busca detonar nuevos polos de desarrollo industrial en el sur del país.

Estas zonas ofrecerán un entorno de negocios excepcional, con incentivos fiscales y laborales, apoyos financieros, facilidades regulatorias y al comercio exterior, así como infraestructura de calidad. En ellas también se focalizarán programas que eleven la competitividad de las empresas, a través del fortalecimiento del capital humano, la promoción de la innovación, un desarrollo urbano ordenado y la generación de cadenas de valor.

La Ley Federal de Zonas Económicas Especiales, enviada por el Ejecutivo federal, dará certidumbre a la inversión en las zonas, y continuidad a las acciones y políticas públicas necesarias para su consolidación más allá de la actual administración federal. Entre las medidas consideradas destaca la creación de una Ventanilla Única para inversionistas con una sola jurisdicción, un Régimen Aduanero Especial y el mandato a las dependencias federales para implementar políticas públicas para el desarrollo integral de las ZEEs con base en un programa de desarrollo de largo plazo.

Una vez aprobada la ley, el Ejecutivo federal propondrá la creación de las primeras ZEEs en Puerto Chiapas (Chiapas), el Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec (de Salina Cruz, Oaxaca a Coatzacoalcos, Veracruz) y Puerto Lázaro Cárdenas (en municipios de Guerrero y Michoacán), lugares con un importante potencial productivo y logístico.

Así, se apoyará el desarrollo de estas zonas, ya no sólo con políticas predominantemente asistencialistas para contener la pobreza y brindar acceso a servicios básicos, sino también con una política de fomento que generará riqueza y mejores oportunidades de desarrollo para la población.

Aunque los frutos más sólidos de las ZEEs se verán en el mediano y largo plazos, es necesario comenzar desde ahora. Al dar un impulso más decidido y acelerado al sur, todo el país entrará en una dinámica de crecimiento mayor, al impulsarse el consumo interno, fortalecerse las cadenas de valor nacionales y, lo que es más importante, generar condiciones de crecimiento más equilibrado entre las regiones y familias de México.

* Director general de Banobras