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Misión católica podría ser enjuicida por daño moral y discriminación
 
Periódico La Jornada
Lunes 5 de octubre de 2015, p. 8

La justicia mexicana analiza por primera vez demandar a una misión religiosa, acusada de daño moral, negligencia y conductas discriminatorias, al negar a una persona la posibilidad de continuar con sus estudios para sacerdote.

José Antonio Sánchez Villegas, el querelloso, fue mal atendido y finalmente le fue amputada una pierna cuando servía para los Misioneros de San Carlos-Scalabrinianos, en la Casa del Migrante, en la ciudad de Tijuana, Baja California.

Según la denuncia presentada ante la justicia civil por daño moral, antes de serle amputada la pierna los directivos de la congregación religiosa habían destacado la vocación que tenía para el sacerdocio, pero tras año y medio de rehabilitación le dijeron que ya no era apto para el servicio religioso, por lo que fui afectado en mis sentimientos, creencias, decoro, honor, reputación, vida privada y económicamente, al ser violados y restringidos mis derechos humanos.

En entrevista, Sánchez Villegas considera que en el fondo los religiosos –cuya misión se enfocaba a los migrantes– le dieron la espalda, pues no conciben tener en sus filas a un sacerdote con discapacidad. Argumenta en su demanda que los trastornos y padecimientos sufridos a raíz de que le detectaron diabetes cuando servía a la congregación demandada (julio de 2012) en la Casa del Migrante de Tijuana derivó en la amputación de una pierna a consecuencia de negligencia y conductas discriminatorias del Consejo de Padres Scalabrinianos y su portavoz, el padre Giovanni Bizzoto.

Denuncia ante la justicia civil

En su escrito, que ya fue admitido por la justicia civil, el quejoso que en ese entonces radicaba en Estados Unidos, señala que en 2008, a los 32 años, cuando residía en Los Ángeles, Estados Unidos, conoció a los scalabrinianos, que despertaron en él la vocación religiosa. A invitación del padre Bizzoto fue aceptado en el seminario de la congregación de San Carlos Scalabrinianos; luego inició su proyecto de formación de seminarista.

Fue enviado a la ciudad de México y a partir de julio de 2009 cursó tres años de licenciatura en filosofía en la Universidad Intercontinental, donde el rector de seminario de la congregación le vio buena madera para el sacerdocio, por lo que lo envió, junto con otros seminaristas, a Tijuana, Baja California, el 25 de julio de 2012 para continuar su formación en la Casa del Migrante, donde estaría tres meses, que sería la prueba para ingresar al noviciado.

Sin embargo, días después comenzó a sentir molestias y dolor en el pie derecho. Al atenderlo le detectan diabetes, pero no recibe el tratamiento adecuado, siendo que estaba bajo el cuidado de los scalabrinianos. Finalmente le amputan la pierna y lo envían a Guadalajara, donde la congregación le promete apoyo durante su rehabilitación, incluso le aseguran que comprarán su prótesis.

Año y medio después ni prótesis, ni apoyo, ni nada, indica en su demanda. Señala que en una reunión que tuvo en la ciudad de México con el padre Bizzoto, éste le dijo que quedaba fuera de la congregación, que buscara trabajo y rehiciera mi vida.

Hace unos días se realizó la audiencia conciliatoria en un juzgado civil; el representante legal de los scalabrinianos se negó a cualquier arreglo, por lo que el juicio seguirá su curso.