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Cuba ganó a EU el primer round, pero el segundo será más difícil

La corrupción y la cuestión racial son puntos flacos de la isla, advierte

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Esteban Morales ha sido profesor universitario durante 45 años, invitado no menos de 50 veces a dictar conferencias a universidades estadunidensesFoto La Jornada
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Periódico La Jornada
Martes 29 de septiembre de 2015, p. 15

La Habana.

Nunca, en más de medio siglo, Cuba y Estados Unidos tuvieron una mejor perspectiva de resolver los temas que los confrontaron. Y el catedrático cubano Esteban Morales, considerado uno de los mejores analistas de este proceso, aprecia así el momento: Hemos llegado hasta aquí averiados, echando humo negro por la torreta. Pero vamos a seguir y a sobrevivir. Ganamos el primer round. El segundo va a ser más difícil.

Para este decano de la Facultad de Humanidades de la Universidad de La Habana, fundador y director del Centro de Estudios Hemisféricos, de Seguridad y Estados Unidos (Cehseu) por 18 años, para ganar el segundo round Cuba tiene que aplicar sus considerables fortalezas y capacidades y corregir sus debilidades, que Estados Unidos ha usado consistentemente en su agenda de confrontación contra Cuba.

Apunta: La corrupción y la cuestión racial son dos de estos puntos flacos. A los dos temas Morales les ha dedicado numerosos artículos y ensayos que publica en libros, en su blog y en diversas revistas. Les llama la variable interna.

Expulsado del Partido Comunista

En 2010 escribió un artículo que tituló Corrupción, la verdadera contrarrevolución. Un integrante del Buró Político promovió su expulsión del Partido Comunista Cubano. Morales no se calló. Le escribió una carta al presidente Raúl Castro y el partido rectificó. Me devolvieron el carnet, dice. Asegura haber sido plenamente rehabilitado.

Ha sido profesor universitario durante 45 años, invitado no menos de 50 veces a dictar conferencias a universidades estadunidenses, autor de media docena de libros en español o inglés; el más reciente y destacado, De la confrontación a la negociación, está ya agotado.

A partir de 1995 empezó a trabajar en el diseño académico de un modelo para analizar el proceso de confrontación entre Estados Unidos y Cuba para los umbrales del siglo XXI, usando la metodología de la previsión política.

En octubre de 2014 ya anticipaba que los gobiernos de La Habana y Washington se preparaban para un acercamiento. No es por hacerle al Nostradamus ni algo parecido. Fue simplemente aplicando rigor científico al análisis político.

Descendiente de esclavos africanos, doctorado en la Universidad Johns Hopkins y maestro de la cátedra Cuba-Estados Unidos; su perspectiva global, que organizó conjuntamente con el ex diplomático Wayne Smith, Morales sostiene que Estados Unidos usó el asunto racial cubano como elemento para la subversión interna, como usa también el tema de los derechos civiles, la democracia y los derechos humanos. Hemos avanzado mucho en todos estos temas, pero menos en lo racial.

Racismo en la Cuba revolucionaria

–¿Racismo en la Cuba revolucionaria?

–Es complejo, no es fácil verlo. El racismo nuestro no es como el de Estados Unidos, donde matan a los negros en la calle, los ofenden, les aplican la justicia de manera discrecional. Lo que prima en nuestra sociedad es la solidaridad entre los cubanos, pero detrás de eso están los prejuicios raciales.

“El asunto se origina en la escuela; ahí el color no se menciona, por miedo y por prejuicio. Y por lo tanto educamos para ser blancos. Ahora se empieza a escribir abundantemente del tema, pero no siempre fue así. Hay gente a la que no les gusta, pero ya nadie se atrevería a censurar.

–¿La discriminación no es un tema que lleva a la desigualdad?

–Junto con el racismo, la discriminación y el hecho de que el negro siempre estuvo por debajo en sus posibilidades dentro de la sociedad cubana implica un tema de desigualdad. Con la revolución los negros han logrado avanzar, pero no han llegado a un nivel que pudieran llamarse de igualdad.

Ilustra su argumento con el tema del acceso a la universidad. Si usted va al Departamento de Biotecnología de la Universidad, va a ver muchos muchachos negros estudiando y trabajando. Pero si usted va a mi barrio, Buenavista, va a ver que el problema de la falta de acceso a la universidad es cultural. Ahí están los muchachos, un martes entre semana, jugando dominó y tomando ron en lugar de irse a matricular en inglés para mejorar sus posibilidades. Y eso pasa porque eso hicieron sus padres. Cuatro siglo de esclavitud y discriminación no se superan en 50 años.

La brecha de la desigualdad

–¿Es suficiente lo que hizo el gobierno de la revolución?

–Es mucho, pero se tiene que profundizar. La revolución empezó una política social muy fuerte enfocada a resolver el problema de la pobreza y, como la inmensa mayoría de los pobres eran negros, eso definitivamente nos benefició.

–Se puede apreciar que la actualización del modelo económico reactivó la economía, pero genera desigualdad por el acceso a divisas, a remesas. El cuentapropismo y la circulación de bienes que no son accesibles a todos por igual.

–Por supuesto. Y el Estado está consciente; se están tomando medidas concretas. En este país los negros no emigraron con la llegada de la revolución sino hasta los 80, cuando la situación económica se tornó muy difícil. Pero entonces EU ya no era el país de las oportunidades. En Estados Unidos 85 por ciento de la población cubana es blanca. Las remesas llegan aquí a los blancos y los intelectuales.

–¿Cómo se está resolviendo?

–Con una buena política redistributiva. Aquí el capital blanco es el que está montando los negocios con las remesas que llegan de los parientes que emigraron en los primeros tiempos. El Estado puede regular para asegurarse que esos negocios den empleo a los negros y paguen impuestos.

Además de la cuestión racial, el profesor Morales dedica decenas de artículos al tema de la corrupción.

EU no cesará en su intento de controlar la isla

Lo que está claro es que Estados Unidos no va a cesar en su interés de controlar y subvertir a Cuba. Ellos codician esta isla. Y la corrupción es una de las variables de la intervención. En varios escritos he criticado la forma en que se está enfrentando este problema. No lo estamos enfocando con la fuerza necesaria. Yo sostengo que en la lucha contra la corrupción deben participar las bases de trabajadores, las organizaciones, la sociedad civil.

En noviembre de 2005, años antes de que el presidente Fidel Castro dejara el mando en manos de su hermano Raúl, pronunció un discurso en la Universidad de La Habana, en el que advirtió que la revolución cubana puede autodestruirse por prácticas como el robo, el expandido mercado negro, la desigualdad social, el burocratismo y el despilfarro de recursos.

–¿Qué efecto tuvo aquel discurso?

–Una declaración tan dramática como esa es para quitar el sueño a cualquiera. Y claro que tuvo efecto. El efecto es que nuestra intelectualidad revolucionaria está trabajando en esa dirección.

“Es una crítica que no sale en la prensa oficial pero sí en la web, en los portales, en los blogs; que está en el intercambio informativo que circula entre la intelectualidad y la sociedad, entre los que escriben y el pueblo. Es más eficiente que lo que hoy hace la prensa nacional”.

–Es un debate en Internet. Pero el acceso es muy limitado…

–Pero se está abriendo. Y hay foros: Dialogar-dialogar; El último jueves, de la revista Temas, y más.