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El cineasta español va más allá de las idílicas playas de la isla y conmociona a San Sebastián

El rey de La Habana, un fresco sobre la cruda y desgarradora Cuba de los 90: Agustí Villaronga
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Yasemin Lawson, estudiante de medicina originaria de Washington, goza de la reciente apertura de la isla y hace uso de la red de Internet y Wi-Fi en el malecón de La HabanaFoto Reuters
 
Periódico La Jornada
Jueves 24 de septiembre de 2015, p. a10

San Sebastián.

Miseria, ignorancia, violencia, prostitución: el cineasta español Agustí Villaronga retrata con dureza la Cuba de los años 90 en El rey de La Habana, adaptación de la novela de Pedro Juan Gutiérrez, que ayer conmocionó en el festival de San Sebastián.

La película, que nadie hasta ahora había visto, ni siquiera sus actores, es un fresco sobre una Cuba en unos años muy difíciles, los 90, cuando se recrudece el embargo de Estados Unidos y cae el orden soviético, explicó Villaronga, sentado junto a los artistas cubanos que protagonizan la historia, Maykol David Tortolo, Yordanka Ariosa y Héctor Medina.

El joven Tortolo encarna a Reynaldo, un mulato adolescente originario de Centro Habana que tras fugarse de una correccional lucha por sobrevivir en ese barrio marginal de calles enfangadas, fachadas descascarilladas, míseras viviendas y miedo existencial. Rey roba y trapichea mientras se debate entre los amores imposibles de Magdalena, una ruda prostituta mulata, y Yunisleidi, un travesti blanco con modales de princesa.

Como historia de amor es muy extraña, reconoció Villaronga, veterano director con unas 15 películas en su haber, coronadas en 2010 por la multipremiada Pa negre (Pan negro), ganadora, entre otros premios, del Ariel al mejor filme iberoamericano.

Adaptando la novela homónima del escritor y periodista cubano Pedro Juan Gutiérrez, el cineasta español pinta una realidad desgarradora que, pese a ciertos toques de ternura y humor, provoca un malestar creciente que culmina en un patético final.

Las obras de Gutiérrez, que hablan de La Habana más marginal, lejos de las idílicas playas reservadas a los turistas extranjeros, ya se habían intentado llevar al cine en la isla, pero, explica Villaronga, chocaron siempre con grandes dificultades.

También ahora: la película no recibió autorización para filmarse en Cuba, así que el equipo, en el que incluso los actores secundarios son cubanos, tuvo que trasladarse a la vecina República Dominicana. Todo un desafío para recrear paisajes urbanos y ambientes, explicó la productora María Luisa Matienzo.

Sería ideal poder arrancar en el festival de La Habana; yo como productora lo voy a intentar, aunque me cuesta creer que me vayan a dejar, a pesar de la entrecomillada apertura, aseguró.

En su sexto día, el festival internacional de cine de San Sebastián también proyectó en su sección oficial la película georgiana Moira, de Levan Tutberidze.