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Morir en Egipto

Embajadas desaconsejan acudir a remansos del desierto occidental

Los connacionales abatidos se dirigían a un oasis muy visitado
 
Periódico La Jornada
Martes 15 de septiembre de 2015, p. 5

El Cairo.

Bahariya, adonde viajaban el domingo los turistas mexicanos abatidos o heridos por error por las fuerzas de seguridad egipcias, es uno de los oasis más visitados por los turistas extranjeros en el vasto desierto occidental de Egipto, el Líbico.

Este último se extiende por casi dos tercios del territorio egipcio, del río Nilo a la frontera libia, de este a oeste, y del mar Mediterráneo hasta la frontera sudanesa, de norte a sur. Numerosos visitantes frecuentan los hoteles del oasis de Bahariya, a más de 300 kilómetros al suroeste de El Cairo. Desde allí, los turoperadores los llevan a recorrer las dunas del desierto blanco y las colinas de cuarcita del desierto negro de los alrededores.

Los turistas también tienen la posibilidad de pasar la noche en tiendas en medio del arenal.

Numerosas embajadas occidentales desaniman a los viajeros a visitar estos remansos del desierto occidental. Unas advertencias que se incrementaron desde que un joven croata que trabajaba para una compañía francesa fue raptado en julio a la entrada de ese desierto, no muy lejos de El Cairo, y al que la rama egipcia del Estado Islámico (EI) aseguró haber decapitado en agosto.

La representación de Francia situó este oasis en zona anaranjada (desaconsejado salvo por una razón de peso) e incluso roja a medida que se está más cerca de la frontera con Libia, según su sitio de consejos para viajeros.

La misión de Estados Unidos, que ya lo desaconsejaba, reforzó recientemente sus recomendaciones, alentando a sus nacionales a no salir de zonas urbanas de El Cairo y de Alejandría, o de los complejos turísticos desde que aumentaron los atentados en Egipto, en su mayoría perpetrados por las ramas egipcias del EI.

Por su parte, el Reino Unido desaconseja estas zonas para cualquier viaje que no sea ­importante.

El oasis de Bahariya, muy exuberante y rodeado de negras colinas, se extiende por 2 mil kilómetros cuadrados y cuenta con una decena de hoteles.

Si se viene desde El Cairo, es uno de los primeros de una serie de oasis que jalonan el desierto occidental. Bahariya alberga antiguos monumentos de la dinastía faraónica del Imperio Nuevo (entre 1550 y 1000 antes de Cristo, aproximadamente), principalmente hermosas tumbas pintadas de notables locales, según la Enciclopedia universalis.

En las épocas ptolemaica y romana, la región vivió un aumento de la actividad, como atestigua el templo construido en honor de Amón-Ra, bajo el reinado de Alejandro Magno.