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En 140 piezas se podrá echar un vistazo a una etapa que el artista prefirió mantener privada

Hoy se inaugura en el MoMa exposición con obra escultórica de Pablo Picasso

No estudió las reglas de ese arte, las aprendió por su cuenta, explica la curadora Ann Temkin

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Cabeza de mujer, una de las piezas que integran la exhibición del malagueño en el museo neoyorquinoFoto Ap
 
Periódico La Jornada
Lunes 14 de septiembre de 2015, p. a10

Nueva York.

Una niña de pelo largo con un lazo en la cabeza salta la cuerda. Su vestido es corto; los zapatos, elegantes. Parece estar flotando y cuelga casi en el aire. Sus manos agarran una cuerda gruesa, con forma de U. La obra parece estar en movimiento, pero la cuerda se apoya en una base firme de bronce.

Little Girl Jumping Rope es una obra de Pablo Picasso. Pero la niña no está en un lienzo en la pared, sino en medio de una sala. Se trata de una escultura, uno de los tantos trabajos plásticos del artista español, conocido principalmente por sus pinturas, que se exhibe a partir de hoy en la exposición Picasso Sculpture, en el Museum of Modern Art (MoMa) en Nueva York.

Reflejo de historias personales

Los curadores del museo neoyorquino lograron armar una exposición única, que permite echar un vistazo a obra prácticamente desconocida de Picasso.

El artista malagueño prefirió guardarse la mayoría de sus esculturas en lugar de hacerlas públicas. Convivía con ellas como si fueran muebles, mascotas o hasta familiares, explica la curadora de la exposición, Ann Temkin.

Parece haber tenido un buen motivo para hacerlo, ya que las esculturas reflejan también historias personales del famoso artista.

Los expertos como Temkin estiman que la pequeña con la cuerda podría ser Paloma, la hija de Picasso. La escultura es de 1950, un año después de su nacimiento.

La única escultura integrada por varias partes remite a otra etapa de la vida del pintor, que murió en 1973. En 1955, Picasso se mudó con su pareja Jacqueline Roque a una mansión cerca de Cannes.

Allí no había un depósito de chatarra cerca –muchas de las esculturas anteriores estaban hechas con materiales que había encontrado en las calles o en depósitos de chatarra–, así que comenzó a trabajar con madera.

De esa época surgen The Bathers, un grupo de seis figuras compuestas por palos de escoba, restos de muebles o de madera, que están de camino a la playa.

La exhibición permitirá ver un total de 140 esculturas de Picasso hasta el 7 de febrero de 2016. La muestra es considerada además la más amplia de esculturas de Picasso en Estados Unidos en casi medio siglo.

Está acompañada de un montaje cronológico sobre las diversas etapas de sus creaciones entre 1902 y 1964. Alrededor de 50 de los objetos mostrados son préstamos del Museo Picasso de París.

Cada una de las siete salas del cuarto piso del museo muestra las obras de cada etapa creativa, que se caracterizan por distintas técnicas, materiales y herramientas.

Es casi increíble que se trate de un único artista en todas las obras, expresa una apasionada Anne Umland, curadora de la muestra junto a Temkin.

¿Pero qué destacó a Picasso como escultor? ¿Por qué estas obras, más allá de la importancia personal del artista, son valiosas para el arte? Picasso no estudió escultura, revela Temkin, que explica que el español aprendió las reglas por su cuenta, lo que le dio una libertad especial.

Por ejemplo, en Guitar (1914), Picasso unió pedazos de metal con alambre para imitar la forma de una guitarra, en lugar de soldarlos.

Para Temkin, esa es la clave de la importancia de su faceta como escultor: La capacidad de Picasso para la innovación y su imaginación se hacen más patentes que nunca en sus trabajos plásticos.