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Soñar el otro, primer cortometraje de la mexicana Abril Schmucler

Compite en Toronto filme basado en un cuento de Hermann Bellinghausen
 
Periódico La Jornada
Domingo 13 de septiembre de 2015, p. 4

La productora mexicana de cintas como No quiero dormir sola y Vaho, Abril Schmucler Íñiguez, participará este domingo en la edición 40 del Festival Internacional de Cine de Toronto con Soñar el otro, cortometraje basado en un cuento de Hermann Bellinghausen publicado en este diario el 15 de julio de 2013.

“En cuanto leí el cuento de Hermann en La Jornada me entusiasmo la anécdota del texto. Esa idea de soñar que somos otros y que al final la persona se convierte en el otro; un poco como si los sueños no nos pertenecieran, a veces”, dice en entrevista Schmucler (ciudad de México, 1982), quien con este, su primer cortometraje, explora otro proceso de la creación cinematográfica.

El trabajo de la cineasta mexicana se proyectará en Toronto los días 13, 14 y 19 de septiembre. En la cinta colaboran Claudia Ríos, Sonia Couoh, Jacobo Lieberman y Héctor Holten. La adaptación del corto, que contó con apoyo del Instituto Mexicano de Cinematografía (Imcine), estuvo a cargo de Inti Aldasoro y se filmó en 2014.

Es la primera vez que Schmucler Íñiguez presenta a concurso un cortometraje en el TIFF (Toronto International Film Festival), que se desarrolla del 10 al 20 de septiembre, y en el que se presentarán varios largometrajes mexicanos como La calle de la amargura, de Arturo Ripstein; Desierto, de Jonás Cuarón, y Semana santa, de Alejandra Márquez.

En su texto, el articulista de La Jornada y director de Ojarasca, suplemento que se publica también en este diario, relata cómo un hombre le cuenta a su compañero de trabajo que tiene sueños raros, que tal vez sean los sueños de alguien más.

Historia melancólica

Para la cineasta, en el cortometraje Soñar el otro está presente la melancolía, porque quienes sueñan irremediablemente tienen un deseo: que tal si fuera otra persona.

Considera que es maravilloso soñar. El protagonista del cortometraje vive entre sueño y realidad; esto me entusiasma mucho no como deseo, pero sí como una posible realidad. Los sueños son la realidad, ya que en ocasiones provocan buen humor, preocupación o deseos.

La directora de documentales como Alicia más allá del abismo y Hay un lugar: anarquistas de la Ciudad de México explica que la adaptación no fue complicada porque tenían claro la sinopsis del cuento: un tipo sueña a alguien y se convierte en otro.

“La diferencia del cine con la literatura es que necesitamos ver las acciones, no sólo la narración. Tenemos que contarlo en acciones; en el corto al protagonista le puse una familia un poco más concreta y un hijo músico que no está en el cuento, pero cinematográficamente da más idea; no puedes dejar tanto a la imaginación.

Es más sencillo ver el mundo en imágenes que en la literatura; es más divertido. Al corto le pude poner la pieza musical final de José Manuel Aguilera que a mí me causa la misma emoción que me causa leer el cuento; entonces, en el cine tienes elementos que te complementan el relato, explica la egresada del Centro de Capacitación Cinematográfica.

Aunque la difusión del cine mexicano es muy escasa porque las instituciones comerciales grandes no lo aceptan muy bien, Schmucler asegura que el cine mexicano, corto, documental y ficción es bastante importante en el mundo; en todos los festivales hay presencia de realizadores mexicanos.

El 20 de septiembre el TIFF dará a conocer a los ganadores en las diversas categorías.