Opinión
Ver día anteriorSábado 12 de septiembre de 2015Ver día siguienteEdiciones anteriores
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¿Plan maestro para hospitales de especialidad?
S

egún Rodolfo Flores, integrante de la Sociedad Mexicana de Arquitectos Especializados en Salud, decidir dónde y cómo construir hospitales requiere disponer de información sobre los habitantes de la zona, su constelación de salud en la década previa y sobre condiciones de la infraestructura sanitaria de la demarcación de influencia. En su opinión, si los siete hospitales regionales de alta especialidad (HRAE) construidos desde 2006: Oaxaca, Ciudad Victoria, Tuxtla, Tapachula, Ixtapaluca, Bajío y Yucatán no cumplen con el objetivo para el que fueron creados es porque no hubo planeación. En años recientes, agrega, estas decisiones se asumieron privilegiando intereses económicos o políticos y sin tomar en cuenta las necesidades de la población.

Frustrado el proyecto de universalidad sanitaria de Peña Nieto, al iniciar abril, el subsecretario de la Ssa, Eduardo González Pier, sostuvo que esos siete HRAE, incumplen con la atención de padecimientos complejos y apenas cubren 6.5 por ciento de la demanda: hay inversión muy grande y necesidad, también muy grande, de servicios que no se atiende. Lo que sigue, indicó, es reacomodar y dar la vuelta a la planeación, es decir, rescatarlos para que atiendan de manera efectiva, en particular a los afiliados del Seguro Popular.

¿Y cómo propone rescatarlos? Según González Pier, deberían trabajar de forma más eficaz. Para revertir la problemática, primero es necesario ver qué pasó, así como reacomodarlos en el contexto de las necesidades y el intercambio de servicios. Varios de ellos, admitió, disponen de muy buenos servicios, pero no se construyeron redes de referencia y contrarreferencia. Como parte del reacomodo, se trabajan estrategias para atraer especialistas, jubilados de otras instituciones, pero en edad productiva. Otra alternativa, indicó, es orientar a médicos residentes hacia ellos y buscar que generen arraigo.

El rescate –sólo anunciado y nunca mostrado– de González Pier es problemático. En 2014, la Ssa impuso a Ixtapaluca un modelo que desvirtuó su proyección original como hospital de tercer nivel de atención. Ese modelo, que se ostenta coma alternativa de reacomodo extensiva a los seis restantes HRAE, le sumó al proyecto original, de manera generalizada y masiva, la captación de pacientes con padecimientos propios al segundo nivel de atención.

Ello, por cuanto el sistema de salud estatal bajo la responsabilidad del Instituto de Salud del Estado de México (ISEM), claramente no satisface las necesidades de la población mexiquense. Resultado de esta incapacidad, hoy día coexisten, en el mismo complejo del HRAE-Ixtapaluca, ese sistema de salud estatal y el federal. Sin embargo, los recursos de profesionales de la salud son y seguirán siendo insuficientes en las especialidades médicas, de enfermería y paramédicas (pediatría, medicina interna, cirugía general, neurocirugía, traumatología y ortopedia, ginecología, terapia intensiva, urgencias).

Además, la Ssa reconoce abiertamente que no habrá nuevas contrataciones de personal pretextando el recorte presupuestal de 10 mil millones de pesos que la impactó en 2015. En los hechos no hay cobertura satisfactoria para las especialidades troncales, lo que conlleva un comprometido futuro para el HRAE Ixtapaluca: saturamiento hospitalario que relega el proyecto original de alta especialidad. Como bien señala el arquitecto Flores, la preguntas pertinentes son: ¿por qué en el municipio de Ixtapaluca, estado de México, se tomó la decisión de impulsar un proyecto sin los recursos humanos suficientes? ¿Dónde quedó la prioridad de los servicios de salud de calidad?

En este contexto y después del pobre ensayo-Ixtapaluca cabe también preguntar si acaso el referido reacomodo –nunca explicitado– de González Pier previsto como las metas que pretende la Ssa para rescatar los HRAE para que ellos atiendan de manera efectiva las enfermedades de alta complejidad de la población”, es viable como modelo exportable a los restantes seis HRAE y al de Zumpango bajo la responsabilidad del ISEM.

Porque ¿qué sentido puede tener imponerle a un hospital de alta especialidad, cuyo proyecto original era atender patologías de baja frecuencia y alta complejidad, la atención generalizada de patologías no complejas con un primer nivel de atención desfinanciado e insuficiente y un segundo nivel sobresaturado y colapsado?

Lo que proyecta la Ssa de Mercedes Juan para los HRAE se traducirá en un nuevo fiasco, por cuanto la Federación y los gobiernos estatales dejarán de asignar recursos económicos extraordinarios que, seriamente administrados, preservarían la infraestructura edificada a través de la gestión de los propios gobiernos y no por consorcios privados o proyectos de prestación de servicios que han confirmado ser mucho más caros. Además, esos mismos recursos podrían destinarse a nuevas plazas con plenos derechos laborales, insumos y medicamentos suficientes, todo lo cual facilitaría coberturas amplias y de calidad, a diferencia de los catálogos de intervenciones y padecimientos racionados que hoy ofrece el Seguro Popular.

El proyecto federal para los HRAE apuesta por profundizar la precarización del equipos de salud, en número insuficiente e imposibilitados de brindar cobertura curativa efectiva y, mucho menos, en la esfera preventiva, tanto así que el 2 de julio pasado los trabajadores del HRAE-Zumpango comunicaron al director David Valadez las siguientes inconformidades: salario menor en relación con otros HRAE; falta de pago de riesgos de trabajo, derecho a formar un sindicato, derechos y obligaciones en un contrato claro y preciso, aclaración de las prestaciones, validación de puestos y ambiente laboral digno con insumos y material para la debida atención. El 16 de julio suspendieron labores.

*Universidad Autónoma Metropolitana-Xochimilco