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La muestra No hables más del puente hasta haber cruzado explora el tema de la migración

Inauguran exposición de Betsabeé Romero en el Centro de las Artes de San Agustín

La artista interviene un auto como símbolo de la modernidad; convierte llantas en instrumento para imprimir la memoria, afirma

Propone dignificar el arte popular y el oficio del artesano

Foto
Exhibir un automóvil dentro de la galería del Centro de las Artes de San Agustín en Oaxaca, fundado por el pintor y activista Francisco Toledo, sólo es posible con Betsabeé Romero y el equipo de ese recinto, publica el espacio cultural en su página de Facebook para invitar al público a la exposición de esa artista que aborda la problemática de la migraciónFoto cortesía del CaSa
 
Periódico La Jornada
Sábado 5 de septiembre de 2015, p. 6

Piezas de automóviles destartalados y llantas abandonadas son los soportes que la artista Betsabeé Romero transforma y reviste con una nueva piel trazada con manos artesanales para retratar el tema de la migración en la muestra No hables más del puente hasta haber cruzado el río, que hoy se inaugura en el Centro de las Artes de San Agustín (CaSa), en Oaxaca.

La artista propone la intervención del automóvil como símbolo de la modernidad, ícono constante en su obra. Más que inspiración, es investigación, señala Romero en una entrevista publicada por el espacio cultural fundado por Francisco Toledo.

En el caso de las llantas, desmontadas y cortadas, con nuevos dibujos en su exterior, no sólo hay un interés por el reciclaje y considerarlas basura, sino convertirlas en un instrumento que en lugar de atropellar y pisar a toda velocidad, sirve lentamente para imprimir la memoria.

Elementos eclécticos

De acuerdo con Betsabeé Romero es un trabajo que propone dignificar el arte popular y el oficio del artesano. La intervención gráfica es la herramienta que utiliza para trazar esta huella, que ha impreso sobre los neumáticos abandonados, piezas de hojalatería o incluso automóviles.

Es hacer un uso de lo tradicional y lo más moderno, lo tecnológico y lo científico, en lo que considera un privilegio del arte de tomar elementos tan eclécticos.

Hasta la galería de la planta baja de la ex fábrica de textiles, hoy convertida en espacio de diálogo entre artistas y artesanos, un automóvil es transportado mediante fuerza humana por la escalinata del edificio porfiriano, como parte de la serie de instalaciones que Betsabeé Romero ha llevado hasta Oaxaca, en las que realiza una exploración sobre el fenómeno migratorio.

La muestra también incluye colaboraciones que la artista realizó con artesanos de Santa María Atzompa y Santiago Cacaloxtepec, de la región de la Mixteca.

En 2014, también en el CaSa, Betsabeé Romero exhibió un conjunto de instalaciones que afloraron de la reflexión sobre la problemática del maíz transgénico en su atropello a la naturaleza, así como la gran historia del maíz de cultivo como elemento de identidad en Mesoamérica.

Desde hace más de 10 años, Romero enarbola un discurso crítico sobre los símbolos y ritos de la cultura del consumo global, por ejemplo, los automóviles o los tatuajes. También se ha interesado por el arte público y su relación con el tejido social.