Cultura
Ver día anteriorSábado 29 de agosto de 2015Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio
 
Disquero
Un hallazgo
Foto
Foto
Foto
Foto
 
Periódico La Jornada
Sábado 29 de agosto de 2015, p. a16

En los estantes de novedades discográficas esplende un hallazgo: The Chopin Project, el más reciente trabajo del compositor islandés Ólafur Arnalds, asociado en esta ocasión con la gran pianista japonesa/alemana Alice Sara Ott.

Todo en la trayectoria de Ólafur Arnalds resulta fascinante: sus inicios en el rock duro, su etapa como integrante de Sigur Rós, sus muchas partituras para películas (Gimme Shelter, Broadchurch, Another happy day, entre ellas) y su estadía en el territorio de lo sublime, en la actualidad.

La que escribe, produce e interpreta es una música irresistible. Atrapa. Envuelve. Arropa. Frente a este calmo estallido de belleza en cámara lentísima, el escucha percibe una sensación de ascenso.

La belleza siempre causa un impacto que enaltece. Si uno está escuchando el cosmos cuántico de Ólafur Arnalds y por azar aparece en la pantalla el rostro de una bella mujer, la coherencia se completa: belleza en los ojos, belleza en los oídos. Sensación de ascenso.

La hondura de pensamiento sonoro de este músico islandés está asociada a la noción estética y filosófica del Norte, que ha desarrollado el muniqués Manfred Eicher en su disquera ECM: a partir del paisaje nevado, la música se inserta en los intersticios que hay en los tonos infinitesimales de toda blancura. Los distintos tonos de blanco que hay en toda pincelada de blanco.

Foto

Al mismo tiempo que captura nuestra atención desde el primer instante, la música de Arnalds implica complejidad envuelta en sencillez aparente.

Una vez instalada la mente en la quietud, esa música fluye natural. Y es indefinible. Los necesitados de etiquetas no dudarían en lanzarla de madrazo al taburete de new age. Pero para nada. Su poderío es tan vasto que abarca territorios sorprendentes, emparentamientos con creadores de corrientes estéticas similares, como Max Richter (quien también combina cuerdas con teclas y sintetizador), Ludovico Einaudi y hasta los mismísimos Radiohead, en el disco, bellísimo, For now I am winter.

La discografía de Arnalds no tiene desperdicio. Los títulos de sus álbumes son tan poéticos como su poesía sonora: And they have escaped the weight of darkness (Y ellos lograron desasirse del peso de penumbra), por ejemplo.

Su nuevo disco rescata la magia de la música de Chopin. A partir de la belleza de la música del autor polaco, crea un estado de conmoción extático, una sensación de plenitud y bienestar. Una noción de ascenso en calma. Elevación.