Los Ángeles.

Una juez federal en California ordenó al gobierno de Estados Unidos la inmediata liberación de niños migrantes retenidos en centros de detención para familias y que en la medida de lo posible estén acompañados por sus madres.

En un fallo de última hora, el viernes, la juez Dolly Gee rechazó la petición del gobierno de reconsiderar una decisión de finales de julio, la cual determinaba que los niños recluidos en centros de detención debían quedar libres de inmediato, a pesar de haber cruzado sin documentos la frontera de Estados Unidos y México.

Después de desechar los recientes argumentos de Washington, al considerarlos rempacados y recalentados, la magistrada señaló que el Departamento de Seguridad Nacional (DHS, por sus siglas en inglés) viola un acuerdo legal, el cual estipula que los migrantes menores no pueden ser retenidos, y dio a la agencia hasta el 23 de octubre para cumplir la orden.

Los abogados del gobierno solicitaron días atrás a Gee que reconsiderara su decisión, con el argumento de que el DHS hace todo lo posible por atender rápidamente a las familias que están en esa situación y que los centros se han convertido en instalaciones de procesamiento de corto plazo.

Esta es la segunda vez que Gee determina que la detención de menores viola parte de un convenio alcanzado en 1997, derivado de un caso anterior.

El pacto exige que los niños sean entregados a un familiar o queden bajo custodia apropiada, sin seguridad, en cinco días. Si hay gran afluencia de niños, los plazos pueden ser más largos, pero en virtud de esa norma deben quedar libres lo antes posible.

En su instrucción, Gee respondió que los funcionarios de migración fracasaron de manera rutinaria para proceder con la mayor rapidez a reubicar a los menores acompañados.

Peter Schey, director ejecutivo del Centro para los Derechos Humanos y el Derecho Constitucional, dijo que la orden del tribunal protegerá a los niños refugiados y sus madres ante detenciones prolongadas y totalmente sin sentido.

El gobierno ha canalizado millones de dólares a dos grandes centros de detención en Texas para mujeres y niños después de que miles de familias de migrantes, en su mayoría procedentes de América Central, cruzaran el verano pasado hacia Estados Unidos desde México.

En el fallo del viernes, Gee cuestionó el argumento del DHS de que limitar drásticamente o terminar con ese tipo de detenciones familiares podría alimentar otra oleada migratoria. Subrayó que la idea era especulativa y alarmista.