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De la Peña Auerbach, científico de la UNAM, fue investido en días recientes con el honoris causa

Nací para ser físico y entender el mundo
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El científico Luis de la Peña, investigador del Instituto de Fisica de la UNAM, durante la entrevista con La JornadaFoto Foto Roberto García Ortiz
 
Periódico La Jornada
Lunes 17 de agosto de 2015, p. 34

El científico Luis de la Peña Auerbach, recién investido con el doctorado honoris causa de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), asegura haber nacido decidido a ser físico. El investigador emérito del Instituto de Física (IF) de la casa de estudios no lo dudó nunca: se dedicaría de lleno a esta disciplina para tratar de comprender el mundo.

Desde muy chamaco sentí una fuerte atracción por la física o la química. No tenía claro cuál de las dos, pero me llamaban la atención. Fue mi facilidad hacia las matemáticas lo que me hizo inclinarme por la primera. No tomé ninguna decisión, creo que nací decidido.

En entrevista con La Jornada, De la Peña rememora, sin embargo, que debido a situación económica complicada en su familia de entrada no estudió física, sino que ingresó a la Escuela Superior de Ingeniería Mecánica y Eléctrica (Esime) del Instituto Politécnico Nacional para estudiar ingeniería en comunicaciones eléctricas y electrónica.

Ese problema familiar me hizo estudiar una profesión en la que de inmediato pudiera emplearme, y la ingeniería fue la opción.

Pero su vocación por la docencia y la investigación lo llevó por otro camino. Lejos de seguir con un gran sueldo de ingeniero, cuando la mayoría de sus hermanos crecieron y pudieron salir adelante, De la Peña regresó a su alma máter y, pese a quienes le aconsejaban que no lo hiciera, comenzó a dar clases.

Posteriormente fue invitado a colaborar en el IF de la UNAM y no lo dudó: su vocación de nacimiento comenzaba a tomar forma. Años después obtuvo una beca para realizar en doctorado en ciencias físico-matemáticas en la Universidad Estatal de Lomonosov, en la entonces Unión Soviética.

Desde hace más de 40 años el científico se ha dedicado a la física teórica, con marcado énfasis en los fundamentos de la teoría cuántica. Los años de estudio rindieron frutos, pues junto a su grupo de colaboradores alcanzó una versión novedosa para dar respuesta a las interrogantes de la física cuántica, a la que llamó electrodinámica estocástica.

Haciendo gala de sus dotes de divulgador –es autor de varios libros, entre ellos Einstein, navegante solitario–, De la Peña se toma el tiempo para explicar de la manera más sencila posible qué es la mecánica cuántica.

Es fundamental por una razón muy simple: es la teoría fundamental de la física, que nos permite describir el comportamiento de átomos y moléculas, así como de la materia de la que están compuestos. Es la teoría básica de la estructura de la materia.

Detalla que existen unas 15 formas distintas de intepretar el fenómeno cuántico, incluso algunas se contradicen. Y si bien hay una tendencia dominante, llamada ortodoxia cuántica, el científico mexicano siguió con sus análisis e interpretaciones hasta llegar a su propia teoría, la cual resuelve el misterio de la mecánica cuántica y ha abierto nuevas vertientes de investigación. Aún pertenecemos a la minoría; la escuela dominante nos mira de lejos, incluso no les interesa lo que hacemos, pero hemos avanzando y logramos esa aportación.

¿Qué hace un físico teórico?, se le pregunta. Su respuesta es sencilla: Tratar de entender cómo es el mundo. Dar una visión detallada, accesible y realista de la naturaleza, desde lo ultramicroscópico hasta el cosmos. La física es la ciencia de origen, y en ella el resto de las ciencias se apoyan considerablemente.

Einstein, ejemplo para los jóvenes

Gran admirador de Albert Einstein, el físico mexicano lo describe como un hombre al que su prestigio no le arrebató la sencillez. Como científico es una figura excepcional, pero como ser humano también es una persona muy valiosa, un bonito ejemplo para los jóvenes; siempre estuvo interesado en los valores sociales y al final de su vida abandonó en parte el quehacer científico para dedicarse a la lucha frontal contra la carrera armamentista nuclear. Su antimilitarismo es un gran ejemplo para nuestros jóvenes, sobre todo ahora que están militarizando todo.

El físico no limita su quehacer a su laboratorio. Es consciente de la situación el país y lamenta que las autoridades lo conduzcan hacia atrás. No hay apoyo al desarrollo tecnológico y científico ni a la formación de jóvenes investigadores para ampliar y fortalecer la planta de científicos nacionales.

El país se mueve en dirección opuesta. En lugar de fortalecer su industria la ha desmantelado; no resolvemos nuestros problemas con nuestros recursos, sino que compramos la tecnología y las soluciones. Seguimos viviendo del conocimiento ajeno, lo seguimos comprando, y muy caro, en lugar de crearlo. La educación se ha empobrecido, lo primero que se reduce en el presupuesto es para las actividades científicas y los servicios de salud. Los últimos gobiernos insisten en aplicar el modelo neoliberal, convencidos de que es la solución, pero obviamente es lo que ha agudizado los problemas; si no se introduce un cambio de fondo, seguiremos para atrás.