Hermosillo, Son.

Activistas y una investigadora de la Universidad de Sonora (Unison) dieron a conocer que documentaron casos muy graves de afectaciones a la salud resultado del derrame de lixiviados mineros al río Sonora, que permanecen sin ser atendidos.

Habitantes de la región afectada por los contaminantes de la mina de Cananea, de Grupo México, encabezaron una manifestación en esta capital la noche del jueves, para conmemorar el primer aniversario de la peor tragedia ambiental ligada a la minería en México. Ante el palacio de gobierno, acusaron a la empresa minera, al Fideicomiso Río Sonora, así como a los gobiernos federal y estatal de no atender debidamente la emergencia, y ocultar lo que realmente ocurre en la zona.

Sostuvieron que cientos de personas ven cómo su salud se deteriora, mientras que versiones oficiales hablan de un río limpio, una economía reactivada y la ausencia por arte de magia de los metales pesados que fueron liberados con 40 millones de litros de tóxicos el 6 de agosto de 2014.

La activista Martha Patricia Velarde, habitante del municipio de Baviácora, pidió a la población de Hermosillo despertar, pues la contaminación ya habría llegado a la capital sonorense, y se estaría filtrando a los pozos que abastecen de agua a la comunidad. Aseguró que en unos meses más empezarán a surgir los mismos casos de enfermedades en la piel documentados en torno al río Sonora desde el año pasado.

Velarde indicó que mientras las autoridades reconocen 360 casos de afectaciones a la salud a un año del derrame de tóxicos, grupos no gubernamentales han documentado al menos 600.

A su vez, la médico Reina Castro Longoria, investigadora de la Unison, informó que descubrió nuevos casos muy graves de afectaciones a la salud entre habitantes de municipios como Baviácora y Aconchi. Mostró fotografías de un joven de 20 años de edad quien, dijo, padece las más graves lesiones en la piel que ella haya documentado, a quien se le niega atención médica, y cuya familia vive en pobreza extrema.