El proyecto de presupuesto base cero representa un riesgo para el Instituto Nacional de Investigaciones Nucleares (ININ), ya que disminuye sus recursos, lo que dificultará su operación, alertaron investigadores y dirigentes sindicales.

Al dar a conocer las conclusiones del Simposio Técnico Científico del ININ, advirtieron que la mayor amenaza es que se propone fusionarlo presupuestalmente con el Instituto de Investigaciones Eléctricas.

Durante ese acto, efectuado en el Senado, Javier Carrillo Soberón, representante del Comité Nacional de Estudios de Energía, advirtió que no hay una política de largo plazo para ese sector, ya que el Estado no ha definido un modelo de transición energética, lo que le ha impedido desarrollar su potencial.

El investigador Pedro Morales expuso que no hay un programa de formación de recursos humanos en el ININ, por lo que enfrenta el envejecimiento de su personal, cuya edad promedio es de 58 años.

El senador Manuel Bartlett recalcó que la situación es caótica, luego de la reforma energética que privatizó los hidrocarburos y avanza a la desaparición de Petróleos Mexicanos y la Comisión Federal de Electricidad.

Carrillo Soberón insistió en que el gobierno no tiene una visión clara de la forma en que se administrarán los recursos energéticos, científicos y tecnológicos, hoy este es uno de los temas que nos tienen atrapados, pues los recursos fiscales siempre se obtuvieron a través del petróleo. Estamos atrapados en una política bananera, pasamos de ser exportadores de materia prima y no transformadores de ella.

Morales dijo que en la actualidad sólo se asignan 40 mil pesos para cada proyecto de investigación en el ININ. Si se considera que se autorizan unas 40 investigaciones, implica un millón 600 mil pesos para ese rubro.

El ININ –detalló Ángeles del Consuelo Díaz Sánchez, investigadora de ese instituto– cuenta con la planta de producción dedicada al desarrollo, proceso, investigación y generación de radiofármacos, utilizados en medicina nuclear para el sector salud del país.

Durante los 10 últimos años se han distribuido a más de 104 centros de medicina nuclear, en los que cada año se practican más de 130 mil análisis para diagnóstico y tratamiento de enfermedades. Además cuenta con un banco de tejidos utilizados en pacientes de bajos recursos, precisó.

También investigador del ININ, Darío Méndez Toss consideró que la industria nuclear tendrá cambios importantes en los próximos años, por lo que el instituto debe incidir en el mercado de trabajo que se generará, mediante la formación de profesionales y especialistas.

El secretario del exterior del Sindicato Único de Trabajadores de la Industria Nuclear, Carlos Guillén Soriano, solicitó al Poder Legislativo apoyar las áreas de investigación, educación y cultura para desarrollar una política energética y científica para ayude a consolidar el desarrollo del país.