Opinión
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Infancia y Sociedad

Maestros poderosos (2)

C

on motivo de mi colaboración anterior (Maestros poderosos, 25 de julio), he recibido reflexiones de algunos maestros que me parece valioso compartir, ya que una evaluación del sistema educativo que de verdad tuviera como objetivo mejorar la educación pública debiera comenzar por escuchar a los profesores.

Maestra R.C.: “… un proyecto educativo de verdad es lo que necesitamos y que tome en cuenta nuestras necesidades. Somos profesores que ganamos 3,500 pesos a la quincena. Hacemos trabajo extra en casa, como realización de informes que jamás nadie va a leer, pero que es requisito. Somos los que intentamos dar lo mejor a los hijos ajenos y damos las sobras a nuestros propios hijos, porque llegamos muy cansados a nuestros hogares... nos dan órdenes de aprobar a todos los alumnos aunque no hayan estudiado ni aprendido nada, porque a los directores también les exigen ‘calidad’, aunque sea de apariencia… aunque el maestro tenga, a veces, que dedicar una clase o dos, ya en secundaria, tan sólo para explicar cómo se acomodan los números para sumar correctamente.

“Es triste ver cómo los maestros terminamos siendo unos fracasados a ojos de la sociedad. Yo he pasado por un sicólogo porque me sentía mal al enterarme que mis alumnos a veces no han comido, que alguno está triste porque falleció alguno de sus padres, otro porque fue asaltado o golpeado a la entrada de la escuela. Está también el alumno que es obligado a estar en la casa y hacerse responsable de los hermanitos, o bien el que está preocupado porque esa tarde va a cometer un asalto con sus ‘amigos’ que tiene fuera de la escuela, o las nenas que ya están embarazadas porque tuvieron la libertad, el descuido e incluso el permiso irresponsable… He tenido chicos con cáncer que sólo están pensando en cuándo será su último día. Tengo apenas ocho años en la docencia y me siento tan inútil… en muchas ocasiones no sé cómo puedo explicar los modelos atómicos con todo lo anterior en las cabecitas de mis adolescentes. El problema no está, entonces, sólo en los maestros…”

Si de verdad se quiere mejorar la educación, hay que escuchar a los maestros y, con base en sus saberes y con su participación directa, renovar métodos y programas. Entender que la escuela ha de ser también un muro de contención para los menores en riesgo y asumir que la justicia social empieza con la educación pública, gratuita y obligatoria de calidad.

PS. Pesar por el asesinato del periodista Rubén Espinosa, Nadia Vera y sus acompañantes. Pesar por mi gran amigo Víctor Ariel Bárcenas, gran profesor y luchador sin igual. Pesar por las ausencias…

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