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En Chilpancingo desalojan con gas pimienta a padres de normalistas
Corresponsal
Periódico La Jornada
Miércoles 22 de julio de 2015, p. 10

Chilpancingo, Gro.

Los padres de familia de los 43 estudiantes de la normal de Ayotzinapa desaparecidos y un grupo que los apoya fueron desalojados por unos 200 policías antimotines ayer por la mañana. Lo mismo ocurrió con los integrantes de la Coordinadora Estatal de Trabajadores de la Educación de Guerrero (Ceteg), que protestaban afuera de las instalaciones del Congreso del estado en Chilpancingo.

Los policías lanzaron al menos tres bombas de gas pimienta durante el mitin afuera del Congreso local, donde estaban los padres de familia, apoyados por la parte de la Ceteg del grupo que encabeza Ramos Reyes Guerrero, y normalistas de Ayotzinapa.

La protesta se realizó justo en el momento en que el gobernador Rogelio Ortega Martínez se encontraba en las instalaciones del Congreso del estado, donde se llevaba a cabo el acto de la develación del nombre, en letras doradas, del teniente José Azueta Abad, en reconocimiento a su patriotismo y lealtad durante la invasión estadunidense a Veracruz.

Los padres de los normalistas desaparecidos, la Ceteg y los estudiantes de Ayotzinapa habían informado con anticipación que realizarían la manifestación contra la reforma educativa y para insistir en la presentación con vida de los desaparecidos desde el 26 de septiembre pasado en Iguala.

Marcharon 300 personas

En la marcha participaron unas 300 personas que se instalaron frente al Congreso. Fueron vigilados por unos 200 policías antimotines estatales, elementos de la Marina y del Ejército Mexicano, que resguardaron la seguridad de sus superiores, que asistieron a la ceremonia oficial.

Poco después del mediodía, los padres de los 43 desaparecidos, encabezados por Felipe de la Cruz y apoyados por estudiantes y maestros, comenzaron a empujar las rejas del cerco perimetral frente a la explanada del Congreso local, donde había unos 50 policías, y fue cuando uno de los policías arrojó el primero de tres cartuchos de gas pimienta, que se impactó en el parabrisas de la camioneta que llevaba el equipo de sonido de los marchistas.

En respuesta, uno de los manifestantes regresó el cartucho hasta donde estaban los policías, que respondieron arrojando más gas pimienta, provocando la huida de los manifestantes. Al menos una docena de manifestantes resultaron afectados por el gas pimienta.

Por otro lado, mediante una carta abierta difundida este día, las madres y padres de los 43 estudiantes desaparecidos se solidarizaron con el pueblo de Ostula, Michoacán. Exigimos juicio y castigo a los responsables materiales e intelectuales del ataque ocurrido el domingo 19 de julio por el Ejército Mexicano, que atacó la comunidad indígena de Santa María Ostula, donde se reportó un niño muerto y varios heridos.

El comunicado menciona que “en las comunidades indígenas de Guerrero, como en Ostula, la conformación de grupos de policía comunitaria ha sido la única alternativa para garantizar la seguridad de sus habitantes, en repuesta el narco-Estado mexicano y sus instituciones”.