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Chapo 2-gobierno 0

¿Imperdonable?

Peña: bon séjour

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De acuerdo con la lista que perfila a los hombres más ricos del mundo, uno de los personajes más importantes es Joaquín Archivaldo Guzmán Loera, quien en 2012 acumulaba una fortuna de alrededor de mil millones de doláres, según la revista Forbes. Guzmán Loera también fue listado entre los 500 personajes más poderosos del mundo que publicó en junio de 2013 la revista Foreign Policy. Imagen de El Chapo Guzmán tras su detención en febrero de 2014Foto Víctor Camacho
“S

ería imperdonable…”, declaraba ufano el inquilino de Los Pinos tras la recaptura de El Chapo, el 22 de febrero de 2014. Bien, pero ¿qué sería imperdonable? Simple: que el capo de nueva cuenta se fugara… y se fugó, lo que constituye un bombazo en la de por sí endeble línea de flotación del gobierno peñanietista. Entonces, ya no se trata de un recurso retórico en tiempo pasado, sino de una realidad y una patada en el centro de las cuestiones en tiempo presente que ha puesto a parir al régimen. ¿A quién le pasará la factura? ¿Quién será el chivo expiatorio en esta ocasión?

Lo mejor del caso es que apenas unos días atrás otro inquilino, el de Bucareli, presumía avances significativos en materia de seguridad –y un elemento fundamental de ella es mantener recluidos a los elementos más dañinos para la sociedad–, aunque, por si alguien dudara, la segunda fuga del sinaloense confirma exactamente lo contrario. Y de cereza, Enrique Peña Nieto dice que tal escape es una afrenta para el Estado mexicano (léase vergüenza y deshonor”… imperdonable, pues), aunque no lo suficientemente grave ni urgente como para dejar el jolgorio francés –donde se encuentra el gabinete completo y algunos más– y regresar a México, que para eso tiene a Miguel Ángel Osorio Chong, a quien se le atragantó el coñac.

Resulta increíble que en una cárcel de (ex) máxima seguridad absolutamente nadie se diera cuenta del plan de escape, sobre todo por la dimensión de la obra, los recursos de ingeniería civil involucrados y el largo tiempo que consumió su edificación (se estima que no menos de cinco meses), porque ahora Joaquín Guzmán Loera no se fugó en un camión de limpieza, sino a través de un túnel de 1.7 metros de altura, diez de profundidad y un kilómetro y medio de largo que conectó a la celda de El Chapo con su libertad. Para dar una idea, se trata de una distancia similar a la existente entre la esquina que conforman Paseo de la Reforma y Avenida Juárez, y el Palacio Nacional en la ciudad de México. Y por si fuera poco, el extremo del túnel por donde salió el capo se encuentra a menos de 500 metros de un regimiento de la 22 zona militar en la comunidad de Santa Juana, en Almoloya de Juárez.

Menos creíble aún si hasta en las redes sociales uno de los hijos de El Chapo, Iván Archivaldo, anunció (7 de julio, vía Twitter) que algo se cocinaba a gran escala, pues todo llega para quien sabe esperar. Cinco días después su apá –o el general, como lo denomina– está libre, con todo y que la autoridad aseguraba que el capo era “permanentemente monitoreado”, consciente de que Guzmán Loera de siempre ha sido el rey del túnel y que su reclusión nunca minó su fuerza operativa. ¿Resultado concreto? Joaquín 2-gobierno 0, y un par de reclusorios de ex máxima seguridad, con el Cisen de nueva cuenta papando moscas.

De acuerdo con la información oficial, el penal del Altiplano (Almoloya) ocupa una extensión aproximada de 260 mil metros cuadrados, de los cuales 27 mil 900 componen las instalaciones de la prisión y el resto se utiliza como área de seguridad, y para las instalaciones diversas, como son el centro de apoyo a la seguridad y guarda, rondín perimetral, sala de espera y estacionamientos (cuenta con al menos 18 torres panópticas de vigilancia e interminable barda perimetral). El nivel de seguridad de este centro es máximo y existen sistemas y equipos electromecánicos y electrónicos como circuito cerrado de televisión, control de accesos, alarmas, detectores de metal, drogas y explosivos, radiocomunicación, voz y datos, sensores de presencia, y telefonía, entre otros, para apoyar a los elementos de seguridad a brindar el control estricto de la institución.

Pero nadie se dio cuenta, y como fue así (versión oficial) de nueva cuenta El Chapo está libre, reorganizará su negocio, se deshará de competidores impíos y aquí no ha pasado nada. Y en la tienda de enfrente, lo de siempre: “el número de funcionarios detenidos por la fuga de Joaquín Guzmán aumentó a 31, y entre ellos se encuentra el director del Cefereso número uno y su equipo más cercano, informaron autoridades del gabinete de Seguridad Nacional. Aclararon que el nombre del funcionario no se dará a conocer por razones de seguridad. Decenas de custodios y empleados del Órgano Administrativo Desconcentrado de Prevención de Readaptación Social permanecen en calidad de retenidos, situación jurídica que podría ir cambiando en el transcurso de las horas, una vez que se identifique si hay entre ellos responsables de la fuga o de la evasión. La primera vez que Guzmán Loera se fugó en enero de 2001, Leonardo Beltrán Santana, entonces director del Cefereso número 2, ubicado en Puente Grande, Jalisco, fue detenido junto a otros 110 custodios a quienes se les procesó penalmente por la evasión del líder del cártel”.

Luego de la captura de El Chapo, en febrero de 2014, el colega León Krauze cuestionó al inquilino de Los Pinos: casi 70 por ciento de los mexicanos dice que existe una posibilidad de que Joaquín Guzmán se pueda volver a escapar. ¿Usted se compromete a que eso no pueda volver a ocurrir?, y Peña Nieto le contestó (sic y recontra sic): “es una obligación que tiene el Estado y más creo yo ante lo que ocurrió en el pasado, sería verdaderamente algo más que lamentable, imperdonable… que ahora el Estado y el gobierno tome las debidas medidas de providencia para asegurar que lo ocurrido hace algunos años se pudiera repetir… Es algo en lo que he insistido, créeme, todos los días al titular de Gobernación, es algo que, le dije, y lo tienes bien vigilado, esté seguro, porque obviamente es una responsabilidad que hoy tiene a cuestas el gobierno de la República, asegurar que la fuga ocurrida hace algunos años nunca más se vuelva a repetir”.

¿Y qué creen?: se repitió, y de qué forma. Entonces, ¿qué se cocinó bajo el agua y quién fue el chef? ¿Se trata de un mero cañonazo multimillonario marca Sinaloa para que lo dejaran huir con todas las facilidades, comodidades y seguridades del caso, o de un acuerdo de alto nivel y en lo oscurito, con miras a deshacerse de ruidosos cárteles incómodos y para reapuntalar las fuerzas y mandos en el jugoso negocio del narcotráfico? (el cual, dicho sea de paso, a México le genera más divisas que el petróleo y la captación de turismo extranjero).

Las rebanadas del pastel

Pero bueno, en París nada altera la fiesta. Bon séjour.

Twitter: @cafevega