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El individuo, de origen argelino, discutió con la víctima días antes

Detenido por atentado en Francia admite haber decapitado a su jefe
 
Periódico La Jornada
Lunes 29 de junio de 2015, p. 21

París.

Yasin Salhi, conductor de transportes de carga, quien el viernes decapitó a su jefe en las inmediaciones de la segunda ciudad de Francia, admitió haber cometido el crimen y provocar una explosión en una fábrica de productos químicos, pero los investigadores judiciales no han encontrado evidencias de que su actuación haya estado motivada por razones religioso-políticas, sino por un trastorno mental.

Después de guardar silencio durante día y medio, Salhi, de 35 años, reveló haber cercenado en un estacionamiento la cabeza de Herve Cornara, gerente de la empresa transportadora, una hora antes de intentar inmolarse al provocar una segunda explosión en la fábrica estadunidense Air Products, de Saint-Quentin-Fallavier, en la periferia de Lyon, informaron fuentes cercanas a la investigación.

Salhi, quien tras asesinar a su jefe estrelló su automóvil contra las instalaciones de la empresa e hizo estallar unos tanques de gas sin provocar víctimas, fue detenido en la fábrica el viernes, justo cuando se preparaba para hacer explotar un tanque de acetona en la planta industrial. De ahí fue trasladado a una prisión preventiva en Lyon, donde fue sometido a interrogatorios, aunque él no comenzó a hablar hasta el sábado por la noche.

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Uniformados trasladan al sospechoso de asesinar al gerente de una empresa en Saint-Priest, cerca de LyonFoto Reuters

Los investigadores descubrieron que días antes del asesinato Salhi, francés de origen argelino, tuvo una discusión con Cornara por haber dejado caer unas tarimas. También encontraron que el trabajador, musulmán salafista que cree en las interpretaciones estrictas del Corán, tenía problemas con su esposa.

La mujer de Salhi, con quien tiene tres hijos, y su hermana estuvieron detenidas desde el viernes, pero fueron puestas en libertad este domingo, después de descartar algún vínculo con los hechos.

Ayer por la tarde, los investigadores judiciales llevaron a Salhi a su casa, en la localidad de Saint-Priest, para recuperar su pasaporte, pero no hubo explicaciones oficiales sobre la acción. Más tarde fue entregado en París a agentes especializados en operaciones antiterroristas.

Los agentes tratan de encontrar evidencias de que Salhi pudiese tener nexos con la organización político religiosa Estado Islámico (EI), que el 30 de junio de 2014 proclamó un califato en el norte de Siria e Irak.