Quito.

El presidente de Ecuador, Rafael Correa, flexibilizó este jueves su propuesta de redistribución de la riqueza para evitar una escalada del conflicto con el sector empresarial, en medio de la creciente presión política y de masivas marchas de grupos opositores en todo el país.

Las polémicas reformas planteadas por el mandatario buscan elevar la tasa y el monto base para el impuesto a la herencia y fijar un tributo de 75 por ciento para los ingresos extras por la venta de inmuebles, lo que fue rechazado por empresarios, opositores y parte de la ciudadanía.

Tras un acuerdo con parte del sector empresarial, Correa dijo que dejará fuera de la nueva tasa impositiva a las empresas productivas que sean heredadas como negocios en marcha, siempre que cumplan con el pago puntual de tributos vigentes derivados de su actividad.

Mantener la tabla actual de impuestos para los negocios en marcha impide democratizar los medios de producción con la rapidez que hubiéramos deseado, pero a su vez aleja cualquier riesgo sobre la base productiva nacional, dijo Correa en un evento público en la ciudad costera de Portoviejo.

No es lo mismo recibir como herencia una empresa que recibir una casa con piscina, agregó.

La tabla actual fija a las herencias con un impuesto de hasta 35 por ciento. Con la reforma la tasa aumentaría a 47.5 por ciento, de acuerdo a montos específicos.

Correa decidió a mediados de mes retirar las reformas de la Asamblea Nacional para evitar mayores protestas de ciudadanos y opositores, a los que ha acusado de incitar a la violencia para desestabilizar a su gobierno.

Además, convocó a un diálogo para debatir las propuestas antes de insistir en su aprobación.

No obstante, las marchas lideradas por autoridades locales opositoras al gobierno han continuado, y se mantienen los reclamos de rectificaciones a las políticas de tinte socialista planteadas por el gobierno durante sus nueve años de gestión.

Si el gobierno no quiere oír el planteamiento del pueblo, que se haga cargo de las consecuencias de lo que va a pasar en el Ecuador, será su responsabilidad, dijo el alcalde de Guayaquil, Jaime Nebot, ante miles de personas que salieron a las calles de la ciudad para pedir cambios, y a quienes proclamó: ¡Ecuador nunca será Venezuela!

En Quito, ciudadanos convocados por redes sociales también se concentraron, portando banderas negras y criticando los nuevos impuestos.

Correa desafió hace una semana a la oposición a un referendo revocatorio de su cargo, previsto en la Constitución. No jueguen con la inmensa mayoría del pueblo ecuatoriano, reviró Correa en un acto paralelo a la manifestación en Guayaquil.

Los manifestantes, de su lado, reclaman el retiro definitivo de los proyectos sobre impuestos, así como se oponen a la iniciativa del oficialismo de implementar la relección indefinida, lo que habilitaría a Correa a postularse en los comicios de 2017 para otro período de cuatro años.