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Eduardo Antonio Parra imparte un curso en homenaje a Rafael Bernal, por su centenario

La novela negra mexicana muestra que la justicia no existe y reina la impunidad

Esa realidad la vemos en los periódicos y en las calles, expresa el narrador a La Jornada

El complot mongol se convirtió en piedra angular de la literatura nacional, opina

 
Periódico La Jornada
Jueves 25 de junio de 2015, p. 7

La novela negra en México es un reflejo de la sociedad, una denuncia política y tiene como característica la noción de que aquí la justicia no existe y lo que reina es la impunidad, afirma el narrador Eduardo Antonio Parra, a propósito del curso que imparte en homenaje a Rafael Bernal, autor de El complot mongol (1969), de quien el 28 de junio se cumplirá el centenario de su natalicio.

En el curso México negro: panorama de la novela criminal contemporánea, Parra revisa desde el pasado martes el género policiaco desde sus inicios y explora autores como Rodolfo Usigli, Paco Ignacio Taibo II y Élmer Mendoza.

El complot mongol –señala Parra en charla telefónica– se convirtió en piedra angular de la literatura mexicana. Antes hubo algunos intentos de novela policiaca, pero el género no se había logrado en realidad.

De ahí descienden todos los demás escritores del género, desde Taibo II hasta Élmer Mendoza.

Para el autor de Nostalgia de la sombra, Bernal sentó las bases de la novela negra, cimentada en sus pares estadunidenses Dashiell Hammett y Raymond Chandler. “Era lo que se adecuaba perfectamente a la sociedad mexicana o al estilo de investigación de la policía o los investigadores mexicanos, que son tipos que se ensucian, duros, que no temen romper la ley con tal de llegar a sus objetivos, y siempre lo consiguen: son hombres broncos.

Se trata de una novela que es el reflejo de las carencias de la vida social en nuestro país. Todo eso lo vieron los demás y se dieron cuenta que para reflejar la realidad de un país como México se necesitaban ese tipo de novelas.

Género tardío en México

Eduardo Antonio Parra refiere que alguien afirmó que después de Rafael Bernal la novela realista en México tenía que ser negra. Es la que retrata los bajos fondos y se puede desdoblar en novelas política y criminal; cuando aparece la novela negra ya no es necesario el policía, sólo es necesario el crimen y éste se halla en todos lados.

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Rafael Bernal (1915-1972), imagen tomada de Internet
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Portada de la novela que retrata las carencias de la vida social en el país

Añade que el género criminal fue tardío en el país, porque no había buenas o suficientes traducciones de la novela policiaca en lengua inglesa, a diferencia de, por ejemplo, Argentina, donde lo impulsaron Jorge Luis Borges, Adolfo Bioy Casares y Silvina Ocampo.

En México fue mucho más difícil, porque teníamos la tendencia de la novela de la Revolución y de la novela social; sin embargo, en la actualidad ya está desarrollada gracias a la incursión de autores como Jorge Ibargüengoitia, Fernando del Paso y Enrique Serna.

Este género tiene mucho que ver con la sicología de la población mexicana. La está reflejando. Son novelas que exhiben una violencia extrema, a veces muy contenida, pero que traen el reflejo de lo que estamos viviendo. Una de las cosas que muestran varias de las novelas actuales que se escriben en este género es que la justicia no existe y lo que reina es la impunidad, como lo vemos en los periódicos y en la calles, concluye Parra.

El curso México negro: panorama de la novela criminal contemporánea, en el que aún hay inscripciones, se imparte en el Centro Cultural Elena Garro (Fernández Leal 43, barrio La Concepcion, Coyoacán), los martes, del 23 de junio al 11 de agosto, de 12 a 14 horas. Consultar la información completa.