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El cambio de la SEP, engaño, mito y fraude, dice Imanol Ordorika

Expertos: hay que abrir cauce a una transformación de fondo de la educación
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Los especialistas Imanol Ordorika, Mario Rueda, Manuel Gil Antón y Roberto Rodríguez Gómez durante la discusión sobre la reforma educativa y la evaluación docente, efectuada ayer en la Biblioteca Nacional de la UNAMFoto Yazmín Ortega Cortés
 
Periódico La Jornada
Sábado 20 de junio de 2015, p. 12

Al cuestionar la reforma educativa y su sistema de evaluación, especialistas en educación advirtieron que se requiere contribuir a una correlación de fuerzas políticas suficiente para parar la dinámica echada a andar y abrir cauce a un proceso de transformación de fondo de la educación en México.

Se requiere, apuntaron, un sistema educativo que tenga como centro la eliminación de la desigualdad y la generación de oportunidades equitativas para todos.

Durante la mesa La reforma educativa y evaluación docente: el debate, organizada por el Seminario Permanente de Educación Superior, Imanol Ordorika, del Instituto de Investigaciones Económicas, consideró que “estamos frente a un engaño, un mito y un fraude.

El engaño radica en que se ha hecho pasar ante los ojos de la sociedad una legislación cuyos propósitos son el control político y laboral de los maestros; el realineamiento y la continuidad de la sumisión del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación al partido oficial y al gobierno, así como el sometimiento de otras organizaciones gremiales de oposición, como es la CNTE.

En la Biblioteca Nacional de la UNAM, ayer dijo que es un mito la idea de que la evaluación de profesores de educación básica es la acción fundamental para elevar la calidad educativa.

La evaluación tendrá efectos en las nuevas contrataciones, en la promoción, en la carrera magisterial y en la remoción de maestros del trabajo docente. No necesariamente en la pérdida de los contratos laborales, pero sí en las tareas frente a grupo y en la actividad magisterial propiamente dicha, advirtió.

Señaló que el fraude radica en que tanto la Secretaría de Educación Pública como el Instituto Nacional de Evaluación Educativa saben que la evaluación que han propuesto es impracticable y que sólo pueden realizar una apariencia de evaluación superficial y de mala calidad, que no puede rendir los altos resultados que se adscriben a la tarea de evaluación.

Manuel Gil Antón, del Centro de Estudios Sociológicos de El Colegio de México, señaló por su parte que la evaluación requerida a los docentes se encuentra en el prejuicio de una generalización que sólo puede proceder de la ignorancia.

Centralista y soberbia

Indicó que se señaló a los maestros de ser la causa principal del problema del aprendizaje en el país, derivaba de la incapacidad, flojera e incluso el genotipo del personal docente.

En consecuencia, añadió, si son los profesores la principal causa de los problemas, entonces en consecuencia tiene que ser la principal solución.

La evaluación está siendo un proceso atado a un sistema de control laboral de una reforma administrativa que no tiene proyecto educativo, afirmó.

Manifestó que, frente a la evaluación, la principal obligación es resistir y reivindicar el ejercicio de la crítica... Pero tiene que ser una resistencia más orgánica, porque, si no, es testimonial”. Estamos frente a una reforma centralista y soberbia, manifestó.