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REPORTAJE /Institución cultural a la deriva

La sede de la OFCM se ubica en las instalaciones del centro Ollin Yoliztli

El deterioro de la sala Silvestre Revueltas inhibe acercarse a ella, dice músico

Jamás ha sido ideal para conciertos; es un cine adaptado, opina José Areán, director de la orquesta

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Integrantes de la Orquesta Filarmónica de la Ciudad de México durante un ensayo en enero de 2013, con José Areán en la batuta, en la sala Sivestre Revueltas del Centro Cultural Ollin YoliztliFoto Cristina Rodríguez
 
Periódico La Jornada
Viernes 19 de junio de 2015, p. 4

Varios son los músicos y especialistas que durante 35 años de la sala Silvestre Revueltas han insistido en lo inadecuada que es para la actividad musical. En particular, por sus malas condiciones acústicas.

Entre ellos figura el actual titular de la Orquesta Filarmónica de la Ciudad de México (OFCM), José Areán, agrupación que tiene como sede ese recinto ubicado en el Centro Cultural Ollin Yoliztli, al sur de la capital del país.

Nunca ha sido una sala ideal para conciertos, es algo que hablé con el secretario de Cultura, señala el músico, quien en días recientes anunció su próxima salida de la filarmónica. Es un cine adaptado (el Pirámide), no hay que ser un genio para darse cuenta.

Areán, quien se dice partidario de la alternativa de edificar un nuevo recinto, asume que se requieren varios análisis y condiciones, entre ellos de presupuesto e impacto social, así como del tiempo que requiere la construcción.

Desde la Nezahualcóyotl, en 1976, no se construye una nueva sala de conciertos de nivel internacional. Ha cambiado la situación de la técnica acústica. Me inclino por esa opción, pero vamos a ver qué deciden las autoridades, agrega el director.

Al respecto, los músicos de la filarmónica capitalina mantienen posiciones encontradas. Consultados, algunos se oponen al cambio de sede con el argumento de que establecieron su residencia cerca de esta zona de la metrópoli.

A ello se suma la cuestión del público, pues ya no tenemos tanto y ahora que hemos tocado fuera, vemos pocas personas en las salas, precisa un intérprete, quien prefiere el anonimato.

También están los que no quieren regresar nunca a la sala Silvestre Revueltas, debido a que su estado de deterioro inhibe acercarse a ella.

Según otro músico, que pide omitir su nombre, no sólo los integrantes y el público de la orquesta, sino alumnos y padres de familia de las escuelas del Ollin Yoliztli tenemos miedo de que se nos desplome el techo, el cual funciona como estacionamiento.

La última posición es la de quienes ven indiferente si hay cambio de sala.

Ponernos de acuerdo como orquesta sobre esta situación, como en otros temas, es muy difícil por la cantidad de músicos que somos y las diferentes formas de pensar, considera la percusionista Gabriela Jiménez, quien aclara que hasta el momento nadie les ha informado de manera oficial cuál será el destino de la OFCM.

En una reunión reciente con el titular de la Secretaría de Cultura del DF, Eduardo Vázquez Martín, los integrantes de la filarmónica fueron informados sobre las opciones que existen de sede.

De acuerdo con lo que se les planteó, según el parecer de algunos músicos, la de más peso es edificar una nueva sala, debido a que las autoridades ven poco viable reconstruir la Silvestre Revueltas, por cuestiones monetarias.

En esa reunión se les informó que la nueva sede estaría en la segunda sección del Bosque de Chapultepec, en la zona de la ex Refinería de Azcapotzalco o muy cerca al Museo Soumaya, en Polanco.

Peregrinaje molesto

La única certeza, a la fecha, es que en tanto se toma alguna decisión, la OFCM regresará a la sala Revueltas a realizar los dos últimos segmentos de su temporada 2015: el de Otoño y el de Invierno.

Así lo hicieron saber la Secretaría de Cultura y Areán luego de que cuentan con el compromiso de que las obras de restauración en el inmueble concluirán en agosto o principios de septiembre, mes este último en el que la OFCM reanudará actividades tras las vacaciones de verano.

A decir de Gabriela Jiménez, no hay oposición entre los integrantes de la orquesta por este regreso a la sala Revueltas, porque sabemos que sería echarnos la soga al cuello; además, eso de peregrinar es muy molesto y daña los instrumentos.

También influye el cansancio y el desgaste por tener que ensayar en el vestíbulo de esa sala, cuyas condiciones, según algunos músicos de ésta y otras agrupaciones, son las menos idóneas debido a la nula calidad acústica.

La OFCM salió de la sala Revueltas a raíz de un percance en la instalación eléctrica del recinto, ocurrido el pasado 13 de febrero, que provocó una lesión en la mano del oboísta Kevin Tiboche, al estallar una lámpara.

Desde entonces ha efectuado sus conciertos en espacios alternos, como el Conservatorio Nacional de Música, el Teatro de la Ciudad Esperanza Iris y el auditorio Blas Galindo del Centro Nacional de las Artes, donde este fin de semana ofrece el penúltimo programa de su segmento de Primavera.

El programa incluye Preludio, Aria y Giga, de Manuel Blancafort; el estreno en México del Concierto en tango, de Miguel del Águila, y el estreno en América del Concierto para piano de Enrique Granados. El violonchelista César M. Bourguet, integrante de la OFCM, y el pianista Melani Mestre serán los solistas, con la dirección de Areán.

Los conciertos serán el sábado a las 18 horas y el domingos a las 12:30 horas. Al concluir este ciclo, el domingo 28 de junio, los músicos de la filarmónica saldrán de vacaciones, para reincorporarse en septiembre.