l futbol mexicano vivió una semana negra. Ya se esperaba la derrota ante Brasil, pero lo sorpresivo fueron las caídas en selecciones menores. Los escasos logros que podemos presumir son en categorías con límite de edad, así que los fracasos en Toulon y en el Mundial Sub-20 deben preocupar a unos directivos empecinados en cerrarle el paso a los jóvenes nacionales.

Los dueños del balón en México, que esta semana realizarán el draft de piernas en Cancún, están molestos por las eliminaciones en torneos considerados juveniles, pero de seguro no admitirán su culpabilidad. Por un lado, dicen fomentar el trabajo en fuerzas básicas, lo que se reflejó en los títulos mundiales Sub-17, pero esos jóvenes se pierden en el embudo que representa el máximo circuito con tantas plazas ocupadas por el talento sudamericano.

El Tri terminó su preparación rumbo a Copa América con saldo de un triunfo, un empate y una derrota, pero sobre todo con grandes dudas sobre lo que vendrá en Chile 2015. La victoria fue ante la débil Guatemala, el empate fue fortuito con un Perú que mereció ganar y la caída frente a una versión desteñida de Brasil.

La escuadra de Miguel Herrera fue un equipo chato, de bajo nivel, con serias carencias defensivas y una auténtica nulidad al ataque.

El principal problema surge cuando falla el jugador emblema. Rafael Márquez fue el único privilegiado en escoger en cuál torneo quería participar. Y eligió Copa América sobre la Copa Oro para no perder el ritmo adquirido en Italia, pero sin duda Rafa ya está en sus últimas batallas y su lentitud es cada vez más evidente.

Grande en clubes, Márquez se apaga en la selección, aunque en este Tri B nadie hay que llene sus zapatos.

En la media sobran contenciones, pero faltan creativos. Marco Fabián aparece muy de vez en cuando con golazos, pero en el Tricolor siempre le sale lo Marquito, mientras Luis Montes parece haber olvidado el futbol que lo caracterizó antes de sufrir la lesión que lo marginó de Brasil 2014.

Lo único rescatable es Jesús Tecatito Corona, quien había destacado en los partidos previos, pero ayer se apagó con una ruda entrada de David Luiz, la versión brasileña de Bob Patiño. Mientras, el otro Jesús Corona falló en el primer gol y puso a dudar al Piojo Herrera sobre la titularidad para el primer duelo, el próximo viernes ante Bolivia, ya que Alfredo Talavera se muestra en mejor nivel.

El que podría tener una buena copa es el puma Eduardo Herrera, quien ha mostrado destellos para ganarse un lugar en este Tri alternativo. Los directivos auriazules aseguran que el Grande no saldrá del conjunto, pero un buen cheque de las Chivas podría hacerlos cambiar de opinión.

El Scratch, por su parte, tampoco genera entusiasmo. Se presentó ante su público luego del dramático 7-1 frente a Alemania, pero en el Brasil de Dunga no hay magia. Ese toque lo tendrá que poner Neymar, quien llegará motivado luego del triplete en el Barcelona.

Mientras, siguen los movimientos en la liga local, dentro y fuera de la cancha.

Esta semana robó cámaras el Cruz Azul. Después de 19 años de ser transmitido por la televisora del Ajusco, los celestes regresan a Televisa, que a cambio dio al Atlas y Veracruz. El consorcio de Chapultepec 18 transmitió la época dorada de La Máquina, allá por los lejanos años 70, y la esperanza de los sufridos aficionados cementeros es que les regrese la buena estrella con el cambio de pantalla.

Sin embargo, el recién designado técnico Sergio Bueno lo único que generó fueron críticas, encabezadas por esa expresión de me dieron ganas de llorar, de Carlos Hermosillo, al enterarse del nombramiento y la aceptación del directivo Agustín Manzo de que fue la última carta de la baraja.

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