Política
Ver día anteriorDomingo 7 de junio de 2015Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio

Violencia social y personal, entre los motivos del éxodo

Pese a agresiones persiste el flujo de migrantes centroamericanos
 
Periódico La Jornada
Domingo 7 de junio de 2015, p. 17

Maribel se vió obligada a salir de Honduras en septiembre porque recibió amenazas de su esposo, quien le dijo que la mandaría matar. Ella no lo dudó y se fue del país, porque allá todos están involucrados: la policía, los pandilleros, y se vive con el temor de que en verdad te pueden asesinar. Ahora se encuentra en nuestro país, no sabe si de paso o definitivamente, pues está en trámite su petición de asilo. A sus hijos, uno de 17 años y otra de cuatro, mejor los dejócon sus familiares, porque no quiso arriesgarlos a viajar por México. Los hechos le dieron la razón en esta decisión, pues apenas cruzó la frontera un grupo de hombres armados la asaltó, la golpeó y la desnudó. Pensó que la iban a violar.

De acuerdo con especialistas, una de las razones por las que el número de detenciones de menores migrantes en la frontera con Estados Unidos ha disminuido en 45 por ciento durante el primer semestre fiscal de 2015, respecto de las que se registraron en 2014, es que en México la violencia ha aumentado, y los migrantes se lo piensan dos veces antes de llevar niños con ellos.

Quince mil 647 menores han sido detenidos en la primera parte del año, según datos datos de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos. En el mismo periodo de 2014 habían sido capturados 28 mil 579.

Quizá haya una baja cuantitativa en las detenciones, pero el flujo continúa. Aquí los vemos llegar todos los días. Y junto con la migración y las detenciones, está el asunto de fondo: la separación de las familias, asegura la religiosa Leticia Gutiérrez Valderrama, directora de Scalabrinianas: Misión para Migrantes y Refugiados. Siguen transitando por nuestras casas, seguimos recibiéndolos, con sus mamás o no acompañados.

En su opinión, la baja en el número podría estar relacionada con que los migrantes han tomado otras rutas para llegar a la frontera y esto los invisibiliza aún más. Una de las explicaciones de esto es que el tren que utilizaban para trasladarse, dice, es un medio poco accesible, no por costoso, sino por los riesgos que implica. Además de que el costo se va a incrementar, porque para viajar tienen que dejar cuotas a la seguridad privada del tren y a otros grupos.

El caso de Maribel lo ilustra. Llegando a Tenosique, decidimos irnos caminando, porque estaban bajando a la gente del tren y ponían una renta. Caminando íbamos a avanzar y a subirnos al tren más adelante, pero resulta que antes de llegar nos asaltaron con armas, machetes y pistolas.

Gutiérrez Valderrama asegura que “las políticas (implementadas para atacar la problemática de los menores migrantes) no surten efecto –dice–, pues están creadas para la detención. No resuelven el problema de fondo: las grandes masas de niños están siendo ocasionadas por situaciones de violencia en Centroamérica. A los jóvenes, cuando los entrevistamos, dicen que simplemente no pueden quedarse en su lugar de origen: o se meten forzadamente a las pandillas o su vida es insoportable”.

Insiste en que si bien para algunos migrantes el estancamiento de las reformas migratorias en Estados Unidos pudieran causarles desánimo, el hecho de no tener documentación no es impedimiento para decidir migrar. Son la pobreza, la violencia y la separación de las familias las que están de fondo.