ue no quiere decir otra cosa sino Foro Internacional de Música Nueva Manuel Enríquez en el Museo Universitario de Arte Contemporáneo (Muac) del Centro Cultural Universitario (CCU) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), porque ese fue el escenario de la segunda jornada de la edición 2015 de la destacada y ya añeja serie de conciertos de música de hoy.
Protagonistas: Reinhold Friedrich, trompetista alemán de primera, y Robyn Schulkowsky, percusionista estadunidense igualmente de primera.
Repertorio: una curiosa ensalada de músicas que poco o nada tuvo que ver con el programa impreso, pero que resultó finalmente muy sabrosa y nutricia.
Y cuando uno creía que ya lo había escuchado todo, aparecen las sorpresas, una y otra vez. Ahora fue una pieza de Alvin Lucier titulada Silver streetcar for the Orchestra, para triángulo solo. ¿Suena aburrido? Para nada. En manos de Robyn Schulkowsky (quien utilizó las paredes de la sala como resonadores), el triángulo se convirtió en instrumento de muchas y sorprendentes voces, abundantes en armónicos; oír para creer.
Antes, al inicio del concierto, trompetista y percusionista interpretaron con bravura algunas partes de uno de los grandes clásicos para trompeta y percusión del siglo XX, Heptade, de André Jolivet.
Después, Friedrich y Schulkowsky propusieron una curiosa pero atractiva continuidad en la que combinaron piezas de Giacinto Scelsi y Alvin Lucier.
Uno de los episodios más atractivos del concierto fue la coincidencia de dos elementos sonoros de gran valor individual y de un gran valor agregado en conjunto: por un lado, el percutir un cuenco de bronce colocado sobre el parche de un timbal, con al accionar simultáneo del pedal del timbal para estirar y distender el parche; y por el otro, un austero lirismo en la trompeta para cantar con la misma convicción las líneas melódicas modernas y las sutiles y fugaces referencias a lo exótico.
En la pieza de Daniel Ott titulada 6/7 Gare du Sud, ejecutada en una versión particular para esta instrumentación, fue posible percibir una sutil fusión de las partes instrumentales en vivo con los sonidos pregrabados de la epónima estación de trenes, fusión que en numerosos momentos de la obra tiende a lo surrealista, y en otras a lo hipnótico.
Friedrich y Schulkowsky interpretaron también la contemplativa y enrarecida pieza Beppu, que le fue inspirada a Gerhard Stäbler por tres haikus del gran poeta japonés del periodo Edo, Matsuo Basho.
Notable, también, la ejecución de Tauro, Géminis y Cáncer, del ciclo Tierkreis (Zodiaco) de Karlheinz Stockhausen, piezas escritas originalmente para cajas de música y presentadas aquí en una de las múltiples transcripciones que de ellas se han hecho y se pueden hacer.
Técnicamente compleja pero muy bien resuelta resultó, también, la pieza Pulse de Christian Wolff, en la que a la variedad de pulsos sutilmente eslabonados y controlados se añadió la presencia cavernosa de las sonoridades más graves de la trompeta de Reinhold Friedrich. Y, músicos de amplio criterio al fin y al cabo, Friedrich y Schulkowsky terminaron su muy interesante recital con una versión muy poética y de dinámicas muy sutiles, para trompeta con sordina y vibráfono, de la Nana que forma parte de las Siete canciones populares españolas de Manuel de Falla.
Como preludio de este muy buen recital de trompeta y percusión, se inauguró en el EES (Espacio de Experimentación Sonora) del mismo Muac la instalación sonora multicanal titulada Fonomicroscopía del DF, que es exactamente lo que su título indica. La autora es Carole Chargueron, y en su obra propone una continuidad casi puntillista de sonidos de todo tipo captados en esta inverosímil ciudad, algunos presentados au naturel, otros procesados electrónicamente con diversos recursos. Un par de audiciones de la pieza permiten al oyente reconocer (y reconocerse en) muchos de los sonidos ahí presentados. Un dato para la reflexión: un número significativo de esos sonidos son los pregones de toda clase de vendedores de esto, aquello y lo otro. Si usted no conoce el EES del Muac, vaya de inmediato; el lugar es muy especial y la pieza del momento en verdad vale la pena.
