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Se trata de la mayor agresión contra oficinas estadunidenses, afirma Washington

Rechaza China las acusaciones poco científicas de EU de efectuar ciberataque
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Instalaciones del Departamento de Seguridad Nacional estadunidense en el noroeste de Washington. Funcionarios de la institución denunciaron el jueves anterior que hackers chinos ingresaron a redes informáticasFoto Ap
 
Periódico La Jornada
Sábado 6 de junio de 2015, p. 27

Pekín.

China respondió ayer a las acusaciones de Estados Unidos sobre su presunta implicación en ataques cibernéticos y afirmó que es irresponsable y poco científico hacer conjeturas y acusaciones falsas sin una investigación a fondo. Fuentes oficiales estadunidenses señalan que se trata de la mayor agresión de que han sido blanco sus oficinas y que los piratas pudieron haber accedido a los datos de 4 millones de empleados y ex colaboradores del gobierno federal, según la Oficina de Administración de Personal (OPM, por sus siglas en inglés).

Funcionarios del Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos aseguraron el jueves pasado que piratas cibernéticos ingresaron en mayo desde China a los sistemas de la oficina de personal del gobierno estadunidense y que la plantilla del gobierno federal podría verse comprometida esta ocasión.

El comunicado de la dependencia aclaró que la Oficina Federal de Investigaciones (FBI, por sus siglas en inglés) realiza una investigación para identificar cómo y por qué ocurrió eso, pero no acusó directamente a hackers chinos. La prensa estadunidense citó a funcionarios que hablaron bajo la condición del anonimato, quienes acusaron a Pekín.

Sin embargo, la senadora republicana Susan Collins, de la Comisión de Inteligencia del Senado, habló abiertamente sobre la posibilidad de que los atacantes radiquen en China. La intrusión, puntualizó, es otro indicio de una potencia extranjera que hace sondeos exitosos y se enfoca en lo que al parecer son datos que identificarían a personas con pases de seguridad.

En Pekín, el Ministerio de Relaciones Exteriores rechazó las acusaciones. El vocero de esa dependencia, Hong Lei, acusó a Washington de irresponsable y aseguró que el gobierno chino espera que Washington sea menos suspicaz y deje de hacer denuncias no comprobadas.

La agencia oficial de noticias Xinhua fue un poco más lejos al calificar de histérica la reacción del Departamento de Seguridad Interior (DHS, por sus siglas en inglés) y de legisladores estadunidenses.

Pekín niega sistemáticamente las acusaciones de su implicación oficial en ciberataques contra objetivos extranjeros, al tiempo que destaca invariablemente que el país sí es blanco de agresiones de ese tipo y pide mayor cooperación internacional para combatir a los piratas informáticos.

Esta es una agresión contra la nación, expresó Ken Ammon, director de estrategia de Xceedium, contratista del gobierno en materia de seguridad, quien consideró que la intrusión corresponde al patrón utilizado por naciones con fines de espionaje.

La información robada podría ser utilizada para hacerse pasar por empleados federales o chantajear a quienes tienen acceso a datos delicados, explicó el especialista en seguridad.

La OPM indicó que ofrecerá monitoreo de cuentas de crédito y seguro contra robo de identidad durante 18 meses a los individuos potencialmente afectados.

En noviembre, un ex contratista del DHS reveló otro ciberataque que involucró archivos privados de más de 25 mil empleados de la dependencia y miles de trabajadores más de otras entidades federales.

Expertos en ciberseguridad hicieron notar que la OPM fue blanco hace un año de un ataque cibernético que presuntamente se originó en China. En ese caso, las autoridades reportaron que no fue robada información personal.

Un especialista aseveró que es posible que los piratas informáticos pudieran utilizar archivos sobre el personal del gobierno para obtener ganancias financieras.

El DHS informó que el sistema de detección de intrusiones, conocido como Einstein, que vigila el tráfico de Internet de las autoridades federales para identificar posibles amenazas, descubrió la intrusión en los sistemas de la OPM y del centro de datos del Departamento del Interior, el cual es compartido con otras agencias federales.

No queda claro por qué Einstein no detectó la intrusión, sino hasta después de que muchos archivos fueron copiados y eliminados.

El DHS continúa vigilando las redes federales en busca de cualquier actividad sospechosa y colabora activamente con las agencias afectadas para conducir diversos análisis con el fin de evaluar el alcance de esta presunta intrusión, afirma el comunicado.

El legislador Adam Schiff, demócrata de mayor rango en la Comisión de Inteligencia de la Cámara de Representantes, calificó el ataque de escandaloso, porque los estadunidenses esperarían que las redes informáticas federales estén protegidas por defensas de avanzada.

A su vez, la Casa Blanca urgió al Congreso a salir del oscurantismo y entre en el siglo XXI para asegurarnos que tenemos todas las defensas necesarias para proteger los sistemas informáticos modernos.

Por su parte, en el segundo aniversario de las filtraciones sobre el programa masivo de espionaje, el ex técnico de la Agencia de Seguridad Nacional Edward Snowden se felicitó por los efectos que todavía causa la información.