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Número Especial mayo junio 2015 No 199

Encallamientos, una amenaza latente
para los arrecifes de coral

Alejandro Vega Zepeda, Héctor A. Hernández Arana, Miguel Ángel Ruiz Zárate y Haydée López Adame
El Colegio de la Frontera Sur, unidad Chetumal
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Figura 1. Encallamiento Foto: Juan Carlos Huitrón Baca

Los arrecifes de coral son considerados uno de los ecosistemas más productivos y biológicamente más diversos en el mundo. Incluso presentan mayor diversidad que la selva. Proveen un amplio número de bienes y servicios a los habitantes de la zona costera: alimento, recreación, protección a la costa contra la erosión generada por el impacto del oleaje, así como beneficios culturales.

Se estima que los arrecifes de coral cubren aproximadamente el 0.2 por ciento de la superficie total del planeta, esto es 284 mil 300 km2. Más de 100 países tienen arrecifes en sus costas, de los cuales dependen más de 500 millones de personas que extraen recursos pesqueros, material de construcción y realizan actividades turísticas como el buceo.

Todas estas actividades, además del comercio y transporte marino, en las últimas décadas han favorecido el aumento de embarcaciones que navegan en los mares de todo el mundo, incluyendo a las áreas arrecifales coralinas, poniendo en mayor riesgo a estos ecosistemas por percances de encallamiento.

En México, estos accidentes han aumentado desde 1997, registrándose una mayor incidencia en el Caribe mexicano, con más de 30 encallamientos acumulados hasta el 2011 y un área arrecifal afectada superior a los 13 mil m2. Las zonas someras del arrecife son las más frecuentemente afectadas (cresta, arrecife frontal somero y arrecife posterior), que van desde la superficie marina hasta unos cuantos metros de profundidad (figura 1).

Aunque un encallamiento generalmente presenta un efecto muy localizado, la destrucción del arrecife es impactante. El daño físico causa: 1. pérdida o muerte parcial y hasta total de tejido coralino (figura 2) y 2. fragmentación y desprendimiento de colonias de coral, ocasionando disminución de la complejidad de la estructura y alteración del paisaje arrecifal (figura 3).

Las repercusiones ecológicas por la alteración del paisaje incluyen la disminución de hábitat y la reducción de muchos beneficios o servicio ambientales que presta el arrecife, como la protección contra el oleaje de tormentas. Para muchos organismos, como los peces arrecifales, la disminución del hábitat afecta su diversidad y abundancia ya que estas dos características de la comunidad de peces están íntimamente ligadas a la complejidad estructural del arrecife. Esto es, entre mayor complejidad arrecifal, mayor diversidad y abundancia de peces.


Figura 2. Barco sobre coral fragmentado Foto: Alejandro Vega Zepeda

El mismo efecto que se presenta con otros organismos, algunos de gran importancia comercial, como las langostas (figura 4). En pocas palabras, la destrucción de un arrecife por un encallamiento trae consecuencias ecológicas y económicas graves que en muchas ocasiones lo hacen irrecuperable o tardaría hasta cientos de años en regresar nuevamente a la condición en la que se encontraba antes del impacto.

En los últimos años se ha recurrido a la introducción de fragmentos de coral como una estrategia para acelerar el proceso de recuperación de sitios arrecifales afectados por encallamientos y huracanes. La técnica principal, y muchas veces única, es la “siembra” de corales, que se obtienen por el rescate de colonias o fragmentos de corales sobrevivientes en el sitio dañado.

Una de las principales causas de los encallamientos es tener errores en las cartas náuticas, por lo que una herramienta de prevención de estos accidentes es la elaboración de mapas de riesgos de encallamiento. Estos mapas toman en cuenta el hábitat de las especies de corales formadoras de arrecifes someros, como Acropora palmata (cuerno de alce) y Acropora cervicornis (cuerno de ciervo) y combinan información relacionada con la intensidad de la actividad humana.

Asimismo, es importante establecer criterios de valoración de los arrecifes de coral, tomando en cuenta los servicios ambientales que prestan a la población humana. Con esto se podrá estimar su valor económico y proveer de una referencia a las autoridades ambientales para establecer medidas de compensación y apoyar proyectos de mitigación del daño ocasionado. Finalmente, es importante conocer y entender la ecología y estrategias de desarrollo natural que tienen los arrecifes coralinos. Esto nos permitirá proponer estrategias más eficientes de protección y manejo de tan importantes ecosistemas.

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