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A la mitad del foro

El sol de medianoche

V

ieron un halo luminoso y helado en el sol de mediodía y se les hizo de noche. Nunca han invertido tantos millones de dólares en un previsor o catastrófico primer trimestre de la democracia que vino y se diluyó en las sombras de la desconfianza. Se han multiplicado los ingresos públicos, dicen los que van en caballo de hacienda, y hemos reducido la dependencia petrolera del fisco. ¿Dónde está el dinero? ¿En qué socavón minero se esconde el oro del erario que hace de nuestra economía parábola del tambor de hojalata, anticipo del Apocalipsis?

Lo que poco crece se recorta sin pausa, a una voz serena, de tonos invariables, del inefable gobernador de la banca central convertida en isla Barataria. Vamos bien, repite el secretario de Finanzas del año pasado y de muchos años en los que sus congéneres imponían la austeridad en casa de los pobres. Crece poco, pero es dinámica nuestra economía, conforme a las lecturas de Rinconete y Cortadillo. Pero los del 1 por ciento, o los de 10 por ciento del ingreso más alto: 30 y tantas veces el de los del 10 por ciento más bajo, esos empresarios y rentistas, se quejan. ¿Será porque al llegar la segunda alternancia se oyó la herejía de un modesto déficit, o porque el de Hacienda insiste en elogiar la banca de desarrollo, aunque siempre añade que ésta, pública, estatal, jamás competiría con la señorial banca privada?

Es, tiene que ser por el hábito monacal del vuelco. Donde digo digo, digo Diego. El comisionado de Michoacán dejó el estado en paz. La paz de los sepulcros. Los malos se concentraron en Jalisco donde incendiaron autobuses, camiones, comercios y bancos en 18 de los municipios del estado; donde derribaron un helicóptero militar y mataron a 18 uniformados del sector de inteligencia militar. Aristóteles, el gobernador de Jalisco, se asomó al exterior en cuanto se despejó el humo de los incendios y las balaceras: la política no es filosofía, diría su tocayo el estagirita. Por eso se ocuparon de hablar y de actuar los de la seguridad nacional: aquí pasó lo de siempre... un helicóptero se vio obligado a descender, pero finalmente se impusieron la ley y el orden. Antes de borrarse el halo solar, 42 de los malos y uno de los buenos murieron en larga, fatal balacera en un rancho situado en los límites de Jalisco y Michoacán.

Cuarenta y tres muertos en la tierra de Lázaro Cárdenas del Río: General de América, dijo Pablo Neruda. Y en Guerrero, donde hacen cuentas alegres y recuentos trágicos con los normalistas de Ayotzinapa, las policías municipales llegan a Chilapa a imponer el orden después del asesinato de uno de los candidatos a gobernar el municipio: aquí pasó lo de siempre... cuando salieron de Chilapa los hombres de armas, llegaron otros a contar el número de ausentes. No desaparecidos, ausentes, dijo el vocero de la inexistente seguridad. El PRD pide en el Senado reforzar la presencia federal en Chilapa y los facciosos de la izquierda astillada acusan a los Chuchos de haber pactado el cierre de la comisión especial de la Cámara de Diputados que investigaba los crímenes de Iguala.

La pluralidad como fuerza centrífuga: Andrés Manuel López Obrador distribuye sus ataques, incluye a todos los partidos en la mafia del poder y, al ponerse en juego la fuerza potencial de los candidatos independientes, lanza sus anatemas contra Miguel Ángel Mancera, jefe de gobierno del Distrito Federal. De las elecciones de medio sexenio surgirán los ambiciosos y los ilusos que busquen ser sucesores de Enrique Peña Nieto, con las reformas estructurales o contra dichas reformas. Este año ni López Obrador ni Mancera son candidatos a cargo alguno, pero el predicador tropical es ya candidato para 2018. Y Mancera también, bajo manto de humildad franciscana y la insistencia en que no hace política sino que sirve a los capitalinos. En Guerrero, los radicales de armas tomar interrumpieron un mitin de López Obrador, lo llamaron chapulín, le recordaron su origen priísta.

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Un halo formado por el paso de los rayos a través de capas de hielo alrededor del sol deslumbró a los capitalinos el mediodía del pasado juevesFoto Carlos Ramos Mamahua

Será porque las contradicciones definen la visión y propuesta políticas en estos tiempos de canallas. Y porque los amigos distanciados anticipan el milagro de un rencuentro de Andrés Manuel y Cuauhtémoc Cárdenas; del improbable olvido de agravios y traiciones para enfrentar al gobierno de las reformas estructurales, de las ilusiones y desilusiones compartidas por la clase política desalentada y despreciada por los de arriba y los de abajo. Lástima que esa unidad no se hizo presente cuando los del pacto aprobaban en el Congreso las reformas constitucionales que cambiaron el rumbo del país. La izquierda debió encabezar marchas multitudinarias en toda la República, en todas las ciudades. Hubo protestas dispersas, hubo talentosos argumentos en contra de las reformas. Pero el ensordecedor silencio de las multitudes sirvió de arco triunfal al reformismo.

La violencia criminal está en las primeras planas de la prensa escrita, en cada noticiero de la radio y en cada espacio televisivo del ágora electrónica. ¿Cómo explicar el flujo de inversión extranjera directa y el impresionante incremento notable en el número de turistas que llegan a México? La corrupción y la impunidad endémicas han enraizado firmemente y los organismos de la globalidad sitúan a nuestro país en el segundo sitio entre los más corruptos del mundo. Por lo que hace a la impunidad, seguramente no hay mal mayor ni agravio tan profundo entre nosotros. Nada supera la de este sistema de justicia podrido y empantanado en prácticas decimonónicas, en el mejor de los casos. Más de 90 por ciento de los delitos cometidos no llegan a tribunales, y de los que llegan, apenas un 2 o 3 por ciento concluye en sentencia del juez.

En las cárceles mexicanas no se castiga el delito, se castiga la pobreza. La desigualdad en esta pobre República nuestra, en la que más de la mitad de la población sobrevive en la pobreza, en el hambre. La democracia no es remedio para la desigualdad. Ebrio de poder y bacanora, decía la frase lapidaria de los sonorenses. Vino la democracia, sinónimo del capitalismo financiero. Un cintillo de la televisión global informa que un oligarca chino perdió mil 200 millones de dólares en un par de horas. En la tierra de Deng Xiaoping, quien solía decir que aspiraban a llegar al año 2000 con un ingreso per cápita de mil dólares anuales: Y así seríamos un pueblo medianamente acomodado.

Ebrios de poder y ávidos de dinero, ajenos al Estado y al sentido social, los de la pluralidad vacía no creen en nada, se unen a cualquier causa, se suman a cualquier candidatura de cualquier partido, para conservar o aumentar el monto de dinero del erario que les otorga la ley en su carácter de entidades de servicio público. Toman turno para hacer el papel de aliado imprescindible, cosechar las monedas del porcentaje del sufragio y resistir con las vueltas de la fortuna, el envión de señalamientos de mercaderes, sinvergüenzas: tanto monta, monta tanto el Verde como los del sol redondo y amarillo del pacto.

En dos semanas votaremos millones de mexicanos para elegir a los titulares de 2 mil 150 cargos públicos. Entre ellos nueve gobernadores, 500 diputados federales y 128 senadores. Si uno de ellos, cualquiera que sea, puede articular y aceptar la responsabilidad propia y común en la infernal realidad de los niños asesinos de Chihuahua que jugaban al secuestro, quizás tenga salida el laberinto sangriento trazado por nuestras contradicciones.