Opinión
Ver día anteriorLunes 11 de mayo de 2015Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio
 
Aprender a morir

Banorte no estuvo allí

P

ara que este país no se asuste requiere serios ajustes, entre otros el de la autorregulación ejercida como pantalla de complicidades, por ejemplo con la banca, campeona de la usura autorregulada, la especulación y las connivencias con grotescos gurús sexenales privatizadores, nacionalizadores, reprivatizadores y finalmente rematadores de los bancos nacionales a empresas extranjeras.

Con la supuesta nacionalización de la banca se pretendió terminar con los abusos y negligencias de los particulares, previa y jugosa indemnización, pero con el salinato las aguas volvieron a su cauce autorregulatorio y especulador, ahora en manos de trasnacionales, y en vez de éstas mejorar la capacitación, ampliar sus políticas crediticias y lograr mayor eficiencia, se desentendieron de una competencia basada en el servicio, para concentrarse en las utilidades exigidas por las respectivas matrices, a ciencia y paciencia de gobiernos y ciudadanía.

Un capitán del restorán Lampuga en avenida Álvaro Obregón regresa con la tarjeta de débito de Banorte y afirma que ésta no fue aceptada luego de haberla pasado cuatro veces por su terminal. El cliente acude entonces al cajero más próximo, saca efectivo y comprueba en su saldo que el banco fuerte de México, el único controlado por accionistas mexicanos, había descontado cuatro veces la cantidad que no pasó, hasta sumar 11 mil 965 pesos que el restorán no recibió, pero que Banorte tiene en retención para su beneficio y en perjuicio del tarjetahabiente, que ya no pudo pagar una cirugía y un seguro.

El frustrante recorrido comenzó primero en la sucursal de Banorte, donde tras mostrar el cliente los cuatro comprobantes de la tarjeta rechazada y el recibo de la cuenta pagada en efectivo y de verificar los movimientos de la fecha correspondiente, se le informó que ahora eso se arregla por teléfono. Por ese medio un empleado advirtió que se cobran 150 pesos más IVA por cada pasada en caso de que no procedan y que, en efecto, el cuádruple cargo que suma 11 mil 965 pesos de la tarjeta supuestamente rechazada estaban retenidos y se llevaría a cabo una investigación. Cuando el cliente reclamó la falta de servicio del banco, el empleado argumentó que Banorte no estuvo allí y en unos 45 días quizá se aclare la situación. La SHCP, la Condusef y la Profeco ya no saben qué hacer con tantas denuncias. Ahora sume las retenciones diarias de cada banco...