Opinión
Ver día anteriorLunes 11 de mayo de 2015Ver día siguienteEdiciones anteriores
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Desde el otro lado

La apuesta por el electorado hispano

S

i el Congreso rehúye actuar como presidente, yo haré todo lo posible dentro de la ley para incluso ir más allá. Fueron las palabras de Hillary Clinton refiriéndose a la necesidad de garantizar un estatus migratorio a los migrantes. Efectivamente, en su discurso fue más allá al afirmar que extendería la orden ejecutiva del presidente Obama, que suspendió los procesos de deportación de los jóvenes que llegaron a Estados Unidos siendo niños, conocidos como los dreamers, a los padres de esos niños.

La señora Clinton apeló a la comunidad hispana con un discurso pronunciado en una escuela en la que la mayoría de los estudiantes son de ese origen. Como buena jugadora política, usó las estadísticas en su favor. Sabe que en la elección mediante la que Barack Obama llegó a la presidencia, cerca de 10 por ciento total de los votos provino de los hispanos. Además, 65 por ciento de los estadunidenses apoyan una reforma migratoria amplia que favorezca a los indocumentados. Pero también sabe que, por ley, no podrá ir mucho más allá que el presidente Obama y estará sujeta a la decisión del Congreso en torno a una reforma migratoria más amplia. Está consciente de que la Cámara de Representantes probablemente continuará en manos de los republicanos, y que son los legisladores de ese partido quienes más fervientemente se han opuesto a la reforma migratoria. De esa manera, si no puede cumplir su promesa, los responsabilizará de ello. Por lo pronto, ganó la partida a los precandidatos republicanos que como Jeb Bush y Mario Rubio han expresado simpatía por la causa de los indocumentados de origen hispano, pero con algunas reservas. En términos de jugadores, Hilary Clinton hizo una apuesta que según sus cálculos no tiene pierde.

Faltan 18 meses para las elecciones. Es mucho tiempo, y los obstáculos y tropiezos no serán escasos. Esto lo saben bien los estrategas de los partidos políticos; por ello, pareciera que el Partido Republicano tiene la intención de incrementar tanto como sea necesario el número de precandidatos. Les permitirá diluir los ataques provenientes de sus opositores y concentrarán los suyos en la, por ahora, única precandidata del partido demócrata. El desgaste para la señora Clinton será mucho mayor, al tener que responder a los cuestionamientos de una decena de opositores.

Con este panorama enfrente, su decisión de dirigirse al electorado de origen hispano parece una medida acertada. Habrá que conocer la respuesta de ese electorado.