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Los de abajo

La muerte de un grafitero

R

icardo, las calles te nombran, se llama la campaña con que se repudia la criminalización de los jóvenes en México. Una bala institucional atravesó el cráneo de Ricardo Cadena el pasado 3 de mayo. Un policía le disparó por la espalda mientras lo perseguía, luego de encontrarlo grafiteando una pared en las calles de San Pedro de Cholula, Puebla. Ricardo murió y una ley legalizó su asesinato.

Ricardo, su hermano Jonathan y su amigo Heriberto fueron perseguidos por la policía de Puebla por grafitear un muro. La advertencia ya se había hecho. En esta entidad los jóvenes son pandilleros y vándalos hasta que demuestren lo contrario. Pintar signos, leyendas, dibujos, imágenes o cualquier otra manifestación gráfica en la calle, como el grafiti, se castiga ahora con una pena de tres a seis años de cárcel. O como en el caso de Ricardo, con la muerte. Una ley promulgada el 11 de marzo reformó el Código Penal para elevar el castigo e incrementar las penas al delito de pandillerismo y daños en propiedad ajena. La persecución entonces se realiza por oficio.

El agente que disparó y huyó es Jaid Mothe Hernández, subdirector de la policía de Cholula. Luego se entregó y dijo que el arma se le disparó accidentalmente. Heriberto, el amigo que corría con Ricardo, lo desmiente: El oficial no le dijo que se detuviera, simplemente le apuntó y le disparó, le dijo a la periodista Aranzazú Ayala Martínez, quien relata que Heriberto pudo escapar, se fue a su casa a cambiarse de ropa y regresó a buscar a su amigo, a quien encontró tirado en la calle.

El asesinato de Ricardo no debe quedar impune. El Congreso de Puebla debe ofrecer disculpas y derogar de inmediato la reforma al Código Penal conocida como ley antigrafiti, impulsada por el panista Eukid Castañón Herrera. El ambiente de persecución y criminalización de los jóvenes provocado por esta ley permitió la muerte de Ricardo.

No se aceptan las disculpas del funcionario público que disparó. Nadie confía en su versión. El disparo fue artero y no sólo mató al joven de 18 años, sino las esperanzas de toda su familia.

Este sábado 9 de mayo un grupo de artistas y grafiteros harán su reclamo. En las calles de Nueva York, Puebla, Guadalajara y el Distrito Federal, nombrarán a Ricardo y repudiarán la ley y el autoritarismo. Exigirán su derecho a existir. Ni uno más.

(Esta columna cumple hoy 10 años de haber nacido en las páginas de La Jornada. Mi agradecimiento a todas las personas que la han hecho posible, dentro y fuera del periódico, principalmente a los protagonistas de estas pequeñas historias de abajo. Nos seguiremos encontrando).

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