Jóvenes indígenas defraudados
por el gobierno de Oaxaca

Estaban a escasos meses de ver realizados su sueño de egresar de una carrera universitaria cuando les avisaron que sus estudios no tenían validez oficial, que no existían

“Yo espero seguir estudiando y una vez que tenga el título, que es mi sueño, poder servirle a mi pueblo. Nosotros cómo jóvenes de comunidades originarias podemos estar al frente de la educación de los jóvenes de nuestros pueblos, y así involucrarnos en las problemáticas y necesidades que tienen las comunidades”, dice Javier Velázquez Carrera, mazateco de octavo semestre de la licenciatura en Educación Media Superior Comunitaria.

“Sabemos que vamos a ganar. Nuestra licenciatura tendrá que ser registrada. Somos 150 alumnos que estamos juntos en esta lucha, a la que llegamos con el objetivo de tener un estudio. Todos sabemos que en México lo primero es un documento, pero en este  tiempo que hemos estado como estudiantes, aprendimos que el conocimiento que hemos adquirido nadie nos lo va a quitar. En cinco años yo me veo como una persona formada, aunque (la falta de) el documento puede ser un obstáculo. Si es posible, seguiremos con nuestros objetivos y llegaremos a estudiar maestrías y doctorados. Por eso necesitamos el apoyo de todas las personas”, dice uno de los alumnos de la primera generación de la Unidad de Estudios Superiores de Alotepec (UESA), del Colegio Superior de Educación Integral Intercultural Indígena de Oaxaca (CSEIIO).

Se trata de jóvenes mixtecos, chatinos, mixes, cuicatecos, zapotectos, chinantecos, zoques y mazatecos, todos de la primera generación de la licenciatura en Educación Comunitaria. Son 69 del último grado, y estaban a escasos meses de ver realizado su sueño de egresar de una carrera universitaria cuando les avisaron que sus estudios no tenían validez oficial, que no existían. Nadie les dio mayor explicación, hasta que se cansaron de la incertidumbre y se trasladaron a la ciudad de Oaxaca a exigir lo que les corresponde.

“Yo espero seguir estudiando y una vez que tenga el título, que es mi sueño, poder servirle a mi pueblo. Nosotros cómo jóvenes de comunidades originarias podemos estar al frente de la educación de los jóvenes de nuestros pueblos, y así involucrarnos en las problemáticas y necesidades que tienen las comunidades”, dice Javier Velázquez Carrera, originario de Soledad, región Cañada, mazateco de octavo semestre de la licenciatura en Educación Media Superior Comunitaria, en entrevista con Palabra Radio, un centro de producción radiofónica con sede en Oaxaca.

El registro o validez oficial que exigen los estudiantes lo otorga la Dirección General de Profesiones. Sin esto no pueden tener cédulas profesionales ni certificados con validez oficial. El problema es que cuando ingresaron les prometieron que incluso saldrían titulados.

- ¿A que creen ustedes que se debe el hecho de que hayan llegado hasta el cuarto año, estén a tres meses de egresar y no haya un registro?


Ulama de brazo, Sinaloa. Foto: Francisco Palma

- Se lo atribuimos a la falta de comunicación de los directivos del colegio, así como al primer director Benjamín Maldonado y a los directores generales que han pasado por el colegio, como Saúl Vicente y Guillermo Bernal. Con ninguno de ellos hubo una buena comunicación.

También tiene que ver mucho con los partidos políticos. Mucha política y nada de bases educativas. Yo creo que ellos están buscando un prestigio personal, buscan la manera de engrandecerse ellos mismos y no piensan en un colectivo que están dejando abajo. 

En la entrevista colectiva realizada en la librería La Jícara de Oaxaca el pasado 22 de abril, además de Javier hablan Alicia Rubí Reyes, de la comunidad de Santa María Alotepec, estudiante del octavo semestre y Eirá Dulce Jiménez, de Ayutla Mixes, también de este grado. De su estancia en la capital del estado, explican, lograron una minuta de acuerdos. Se reunieron, entre otros, con Adelfo Regino Montes, quien fuera parte del Congreso Nacional Indígena (CNI) y ahora es funcionario, titular de la Secretaria de Asuntos Indígenas del estado. Los estudiantes advierten que las minutas no representan nada si no se cumplen. Y dan un plazo de tres meses.

“Los acuerdos ya están redactados en una minuta. En caso de que no se cumplan en el tiempo que se le dio al consejo directivo del Colegio, nosotros como estudiantes seguiremos aquí en Oaxaca, porque venimos a eso, y la lucha va a terminar hasta que logremos nuestro objetivo, que es el registro de nuestra licenciatura”, afirman quienes han depositado aquí sus sueños y futuro.

“Mi sueño”, dice otra de las estudiantes, “no es sólo quedarme con la licenciatura, mi sueño es seguir con una maestría y un doctorado. Quería hacer cosas grandes, hacer una diversidad de cosas porque la licenciatura me mostró que un indígena no tiene por qué  estar solamente en el campo”.

A la convocatoria primera de la UESA acudieron alumnos de las ocho regiones de Oaxaca. “Para nosotros se trataba de una educación de calidad y diferente, para poder brindarles esa misma educación a nuestros pueblos”, dicen los alumnos que han invertido dinero de la familia, esfuerzo y tiempo durante estos cuatro años. “Hay compañeros que viajan hasta 24 horas, los padres trabajan en el campo y no hay un sustento económico quincenal, por lo que tienen que ver la manera para que sus hijos sobresalgan. Ahora, luego de que los padres allá lejos están apoyando a sus hijos, que nosotros les digamos que la escuela no está registrada, es una decepción, un gasto y tiempo perdido. A tres meses de que egrese la primera generación, no es algo justo”, lamentan.

Por eso su determinación: “Cueste lo que cueste se va a ganar esta lucha. Nosotros como pueblos originarios sabemos trabajar el campo  y no sufriremos por la comida, sabremos cómo sacar esto adelante, hasta llegar a lo que queremos”.

Entrevistas en audio: Palabra Radio
Edición: Gloria Muñoz Ramírez