Sociedad y Justicia
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Ratifica el Senado, con cuatro décadas de retraso, convenio 138 de la OIT

Dos de cada 10 menores que trabajan tienen entre 5 y 13 años

En México, la falta de regulación del empleo doméstico ha permitido que 124 mil 300 niños y niñas sean empleados en condiciones riesgosas y de alta explotación, señala el Conapred

 
Periódico La Jornada
Lunes 27 de abril de 2015, p. 37

En México la falta de regulación del trabajo doméstico ha permitido que más de 124 mil 300 niños y niñas sean empleados en casas de terceros, en condiciones precarias de trabajo y bajos salarios, incluso lo realizan en situaciones de alta explotación no reguladas a cambio de remuneraciones no monetarias, como ir a la escuela, alimentarse o para tener ropa.

Además, en muchos casos estos menores se encuentran en situaciones de grave vulnerabilidad a la trata de personas con fines de explotación laboral.

El trabajo doméstico infantil, según el convenio 189 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), que define el trabajo decente para los empleados domésticos, es el realizado en un hogar ajeno o para los propios hogares por niños y niñas que no han alcanzado la edad mínima y que se hace en condiciones de peligro, que lo convierte en una situación análoga a la esclavitud, que además interfiere con su educación y desarrollo integral.

De acuerdo con la más reciente publicación del Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred), Legislar sin discriminación: trabajo del hogar, cifras oficiales indican que de la población infantil y adolescente ocupada en servicios del hogar, dos de cada 10 tienen de cinco a 13 años de edad. Asimismo, 11. 3 por ciento, de cinco a 17 años, residen en una entidad distinta a la de su nacimiento, 67.4 por ciento trabajan para un tercero y 32.6 por ciento lo hacen con familiares. 

Esta situación –apunta el texto, en cuya elaboración también participaron la Secretaría de Gobdernación, el Senado y la Cámara de Diputados–, así como la naturaleza del trabajo que realizan y su posible condición de migrantes, los exponen a situaciones de violencia, explotación o maltrato y los hace más propensos a ser objeto de violaciones a sus derechos humanos.

En relación a su derecho a la seguridad y salud en en el trabajo, la OIT ha señalado que a menudo los menores trabajadores del hogar reciben comida de menor calidad, comen separados de la familia del empleador y duermen en espacios inadecuados, como la cocina o el porche.

Además, en caso de enfermedad, reciben tratamientos médicos insuficientes o inadecuados, y muchas veces las personas empleadoras suelen proporcionarles un tratamiento antes que llevarlos al médico o al hospital, y en los casos más extremos los empleadores pueden enviarlos de regreso a sus casas para evitar que se conviertan en una carga.

Además de todas estas circunstancias, añade, la OIT ha señalado que los menores expresan que la experiencia diaria de discriminación y aislamiento en la casa del empleador es la parte más difícil de su vivencia. 

Jennnifer tiene 14 años, es del estado de México y, al igual que su mamá, es trabajadora del hogar. Dice que en la casa donde labora, ubicada en el sur de la ciudad, se inició como mandadera. Ahora se encarga de limpiar todos los cuartos y lavar la ropa.

Comenta que empezó a trabajar para colaborar con el gasto, ya que su padre abandonó a su mamá y a sus tres hermanos. 

Ernestina tiene 16 años y habla de su situación con timidez. Trabajo desde los ocho años, ayudo a las señoras a barrer y trapear su casa. Lavo los vidrios y el baño. También cuido niños. Trabajo para comprarme ropa y ayudar a mis papás; ellos no ganan lo suficiente para mantenernos a mí y a mis cinco hermanos. Dos también trabajan.

En Percepciones sobre el trabajo doméstico, encuesta que el Conapred realizó a mil 243 empleadas domésticas, advierte que 5 por ciento de las trabajadoras del hogar son niñas entre 12 y 17 años que inician la vida laboral antes de tener la edad legal para ello.

Este mes el Senado ratificó el convenio 138 de la OIT sobre la edad mínima de admisión al empleo, que busca impedir que los niños ingresen al mercado laboral. Así, México se sumó, con 40 años de retraso, al cumplimiento internacional de esa norma.

Dicho convenio exige a los estados que lo han ratificado que proporcionen los medios necesarios para librar a los niños de las peores formas de trabajo infantil y asegurar su rehabilitación e inserción social. En el país trabajan más de 3 millones de menores, cuyas edades oscilan entre los cinco y 12 años.

El Conapred considera que el Estado mexicano tiene pendiente la ratificación del Convenio 189 de la OIT y cumplir con la recomendación 201 sobre trabajo digno para las trabajadores domésticas, a fin de garantizar un marco jurídico que considere los derechos laborales de este sector de la población.