Cultura
Ver día anteriorSábado 11 de abril de 2015Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio
 
Disquero
Cuatro alegres camaradas hacen obras maestras
Foto
Foto
Foto
Foto
Foto
Foto
Foto
 
Periódico La Jornada
Sábado 11 de abril de 2015, p. a12

Desde el título esplenden bonhomía, ludismo, excelencia técnica, desenfado: Cuatro cabrones haciendo su música. En el original: Four MF’s playin’tunes (donde la abreviatura MF significa: Mother Fuckers, jeje). Así se las gasta uno de los más grandes músicos de jazz contemporáneos: Brandford Marsalis (Breaux Bridge, Luisiana, 20 de agosto de 1960).

La presencia en México de este maestro supremo, con dos recitales imperdibles en el Lunario (anexo del Auditorio Nacional, Reforma y Campo Marte, Bosque de Chapultepec) este sábado a las 21 horas y mañana domingo a las siete de la noche, apunta el reflector hacia el reciente disco de Brandford, cuyo hermano menor, Wynton, acaba de alumbrar, también con dos recitales inolvidables en el Palacio de BellasArtes, el privilegio en que está convertido México gracias al retorno de funcionarios culturales que sí saben hacer su trabajo, luego de una docena trágica de panismo.

Los cuatro alegres motherfuckers: Brandford Marsalis en saxos tenor y soprano; el genial pianista Joey Calderazzo; el bajista profundo Eric Revis y el jovencito revelación de apellido ilustre: Justin Faulkner, quien ingresó a la banda siendo adolescente, a los 16 años, en sustitución de una pieza mayor: Jeff Tain Watts, el bataquista de cabecera de Brandford durante todas las batallas desde su despegue hasta su coronación en el estrellato.

El disco es una delicia. Para decirlo pronto: es lo mejor que ha hecho Brandford Marsalis hasta el momento y es consecuencia y continuación del disco anterior: el bellísimo Eternal.

Ambos discos consecutivos pueden describirse con una sola palabra: sublime.

Four M(other)F(ucker)s Playin’Tunes fue grabado en solamente dos días, explica el mayor de los Marsalis, porque está cimentado sobre el compromiso emocional de los temas (tunes), mientras otros músicos, critica Brandford, se pasan el tiempo en desarrollar lo que ellos llaman un concepto.

Por eso bromean con el título: Cuatro alegres desmadrositos (otra acepción de las buenaonda del término Mother Fucker, que al igual que el muy mexicano Hijo de la Chingada –Octavio Paz dixit–, tiene en contraparte también sus connotaciones ojeis). Cuatro alegres irreverentes que se comprometen, desde el desenfado, es decir, desde la libertad, hasta lo más hondo y conmueven al escucha azorado, asombrado, fascinado con este lujo de inteligencia, creatividad, originalidad. Pura música maciza, sí señor. De lo mejor que se ha grabado en jazz en muchos años.

Se trata de nueve piezas maestras, siete de ellas de la autoría de los integrantes del Cuarteto, y dos clásicos: Teo, de Thelonious Monk, donde Brandford toma el papel que hizo con Miles Davis en su momento el gigante John Coltrane con esta pieza, y la bella My ideal.

Desde la irresistible pieza inicial, The Mighty Sword hasta la clásica ya mencionada, el viaje tiene momentos culminantes, como la potente, compleja, magnífica pieza titulada Whiplash, tan maravillosa que dio nacimiento a una película de igual nombre y éxito, recientemente en cartelera (no se la pierdan, se consigue fácilmente por doquier) y un poema-balada lenta: As Summer into Autumm slips (título bien shakespereano, que se podría traducir así: La manera como el verano se desliza hacia el otoño).

He ahí los discos: Eternal y Four Mfs playin’ tunes. He ahí los recitales en vivo, hoy y manaña en el Lunario. Imperdibles.

Aiquir.

[email protected]