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El mercado laboral formal produce pobres extremos, afirma

Insostenible e inaceptable, la situación de los jornaleros agrícolas de BC: Mancera

Envía carta de apoyo a los campesinos de San Quintín

Se requiere con urgencia un acuerdo nacional para erradicarla, les dice

Sólo el trabajo legal, duro y honesto sirve para salir de la pobreza, asegura

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Jornaleros agrícolas de San Quintín, Baja California, en uno de sus viajes para dar a conocer la situación laboral que enfrentan en aquel estadoFoto Roberto Armocida
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Periódico La Jornada
Jueves 9 de abril de 2015, p. 27

El jefe de Gobierno, Miguel Ángel Mancera, señaló en una carta enviada a los jornaleros de los campos agrícolas de San Quintín, Baja California, que su empleo ha venido a demostrar que la situación social mexicana, la de sus trabajadores de más bajos salarios, es insostenible e inaceptable, porque el mercado laboral formal produce pobres e incluso pobres extremos.

Desde hace un año, hemos insistido en todos los foros que el problema de la economía y del mercado laboral en México no radica sólo en los mercados informales, sino precisamente, en los mercados formales, donde existe un contrato firmado, un vínculo jurídico entre empresas y trabajadores, y este es el mensaje que nuestra economía necesita erradicar, afirmó.

Hoy se requiere con urgencia un cambio, un acuerdo nacional, más allá de los partidos, para establecer una política de trabajo digno y de recuperación salarial, en el norte lo mismo que en el sur del país, consideró en la misiva distribuida por el titular de la Secretaría de Desarrollo Económico, Salomón Chertorivski.

Lo que la sociedad y el pacto social requieren con urgencia es la certeza de que el trabajo duro, el trabajo honesto, el trabajo legal sirve para salir de la pobreza, de la pobreza alimentaria, de la pobreza de hambre, argumentó en el documento fechado el 7 de abril.

A continuación el texto íntegro de la carta:

Ciudadanos, Trabajadores a Jornada Completa de los Campos Agrícolas de San Quintín, Baja California

Presente

Reciban ustedes un saludo fraterno de parte del gobierno de la capital del país, en estos momentos cruciales en los que su movimiento –legal y pacífico– sostiene una negociación con sus empresas para mejorar las condiciones laborales de miles de trabajadores agrícolas en la localidad.

Queremos manifestar que su movilización y protesta ilustra muy bien la realidad laboral de los trabajadores mexicanos, es decir, la realidad de jornadas completas, de sol a sol, con un pago muy precario y en condiciones muy desiguales –así sea mediante contrato individual o colectivo– frente a sus patrones.

Sabemos que –por fortuna– ustedes no ganan el salario mínimo, pero para lograr el incremento a 100 o 120 pesos diarios han tenido que sacrificar algunas prestaciones (aguinaldo, vacaciones, séptimo día, etcétera) bajo situaciones absolutamente ajenas a un país que se dice democrático y se requiere moderno y solidario.

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El jefe de Gobierno, Miguel Ángel Mancera, manifestó su respaldo a los jornaleros agrícolas de Baja CaliforniaFoto Roberto García Ortiz

Queremos decirles que su reivindicación es la nuestra, porque desde hace un año hemos insistido en todos los foros que el problema de la economía y del mercado laboral en México no radica sólo en los mercados informales, sino, precisamente, en los mercados formales, de decir allí y donde existe un contrato firmado, un vínculo jurídico entre empresas y trabajadores.

Sus demandas son las nuestras porque exhiben que el producto de su trabajo alcanza y sobra para mantener precios competitivos y ganancias suficientes a sus empresas. Por tanto, el problema no es la productividad de la mano de obra, sino la redistribución del fruto del trabajo, ganado honestamente.

Es nuestra porque sus exigencias confirman, asimismo, que el precio que año con año se decreta para el salario mínimo (ubicado siempre en niveles tan bajos) coloca a las negociaciones laborales en una desventaja inaceptable para los trabajadores de más bajos sueldos, de tal manera que para contar con dinero líquido –el día a día– están dispuestos a renunciar a otras tantas prestaciones constitucionales, elementales para una vida digna.

Y finalmente, su movimiento arroja luz a una situación que desde el gobierno de la ciudad de México hemos señalado insistentemente: el mercado laboral formal produce pobres, incluso pobres extremos. Y este es el mensaje que nuestra economía necesita erradicar. Por el contrario, lo que la sociedad y el pacto social requieren con urgencia es la certeza de que el trabajo duro, el trabajo honesto, el trabajo legal sirve para salir de la pobreza, de la pobreza alimentaria, de la pobreza de hambre.

Desde la capital del país les ofrecemos todo el apoyo para su negociación, siempre pacífica y por la vía legal. Su empleo ha venido a demostrar que la situación social mexicana, la de sus trabajadores de más bajos salarios, es insostenible e inaceptable, y que requerimos con urgencia un cambio, un acuerdo nacional, más allá de los partidos, para establecer una política de trabajo digno y de recuperación salarial en el norte, lo mismo que en el sur de nuestro país.

Reciban un cordial saludo.