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Nosotros ya no somos los mismos

Razones y sinrazones en el caso MVS-Aristegui

Los videos generacionales del Instituto Cumbres

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El titular de una concesión es el responsable de todos los efectos que se originen de su uso y explotación. A él corresponde marcar, dentro de la ley, los límites de los contenidos y las formas y modelos de expresarlosFoto Carlos Ramos Mamahua
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os razones y una sinrazón. Así anuncié que nombraría mis renglones dedicados a tratar el problema conocido como Aristegui/MVS. Lo hago de entrada para que no me suceda lo de siempre: quedarme a la mitad. Por esta vez desobedezco el ladies first e inicio con la razón de MVS. Aprovecho para expresar una duda: ¿por qué la insistencia en referirse siempre como los Vargas o la familia Vargas en lugar de la empresa MVS? La connotación es totalmente diferente. No la siento de buena fe, la veo como una soterrada gana de incriminación personal y, pienso, no se vale. Menos en estos momentos en que las pieles están más suaves de lo que alguna vez las imaginó François Truffaut.

Tengo un amigo abogado, cínico y pragmático, o séase un ganador de pleitos. De entrada me dice: accesorium sequitur principale (menos mal que mis años de seminario me permitieron entender que no era un agravio personal). Esta sentencia: la suerte de lo accesorio corre la suerte de lo principal, si bien no es un principio general de derecho, sí lo es de una rama determinada del mismo. Este aforismo, cuyas raíces hay que rastrearlas desde la antigüedad romana, surge del derecho de obligaciones, contratos y bienes. Para mí, dice el abogado, en este conflicto lo principal son los derechos y obligaciones que sustentan la concesión otorgada a MVS. El titular de una concesión es el responsable de todos los efectos que se originen de su uso y explotación. A él corresponde marcar, dentro de la ley, los límites de los contenidos y las formas y modelos de expresarlos. El concesionario puede convertir su emisora en Radio Maranata, en La charrita del cuadrante, o darse el lujo de ser la de lo más popular de la música clásica y lo más clásico de la música popular. Puede trasmitir sólo noticias, como lo intentó hacer Televisa por medio de ECO o, quién lo creyera, dedicarse a informar exclusivamente la hora cada minuto, como hacía la XEQK.

Un concesionario puede decidir, por ejemplo, que jamás por su emisora se transmita una nota roja, se hable de deportes, se haga publicidad a los preservativos o se exalten los beneficios curativos del agua de Lourdes. No puede, en cambio, entre otras cosas, llamar a la sedición, infamar, hacer apología del delito, del racismo, la esclavitud y algunos otros despropósitos señalados en la ley. Pero la manga de la que gozan los permisionarios es muy ancha: destrozar el lenguaje o instaurar el mundo de la frivolidad, el consumismo, el pensamiento acrítico, la desinformación, es pan de todos los días. “Pero no le des vuelta, orticito, me dijo, concesión mata proyecto y buenos deseos (el orticito, absurdo diminutivo de Ortiz, obviamente no era un detallito afectivo sino una evidente estrategia descalificadora y devaluatoria). Cuando el abogado vio que, como si deglutiera un Alka Seltzer, echaba yo espuma por la boca, me calmó: “no te estoy expresando un juicio de valor, te digo simplemente que desde la óptica de tu poco apreciado derecho positivo las cosas son así. Y dos pequeños agregados: en la mayoría de los medios escritos encontrarás una aclaración: Las opiniones vertidas por nuestros colaboradores son de su exclusiva responsabilidad y en manera alguna representan el criterio editorial de… Este deslinde se reitera en cada publicación. En la radio y la televisión, por el contrario, lo que un conductor, comediante o simple locutor diga o actúe frente a las cámaras compromete al concesionario, aun cuando éste de inmediato repercuta el castigo, amonestación o multa a los culpables intelectuales y materiales del desaguisado. Y, por otra parte, no te hagas el olvidadizo: cuando estábamos en primaria y tú eras imprescindible en el equipo de beis de los Pericos de Saltillo, no era por tu singular desempeño deportivo, sino porque doña Carmen (se refería a mi madre, lo aclaro para que se entienda lo malvado del argumento) te había regalado de Navidad los guantes, el bate y las pelotas. Para gritar play ball, tu participación era inevitable (es decir, que no te podíamos evitar), ¿por qué? Pues porque los mentados romanos habían asentado: el dueño de lo principal lo es, obviamente, de lo accesorio. En otras palabras, que concesión mata proyecto y wishful thinkings, a menos que...”

Sabemos, por otra parte, que todo acuerdo entre particulares que contravenga disposiciones de orden público carece de validez, pero también que si éstos no están específicamente prohibidos y, más aún, si están reglamentados, evidentemente obligan a las partes contrayentes. Por eso, en mi escaso saber y entender, la señora Aristegui debe tomarle la palabra a MVS y, de mutuo acuerdo, renunciar a la cláusula de privacidad que convinieron para sus acuerdos, a fin de que no sólo jueces magistrados y ministros tengan acceso a la información pertinente, sino todos nosotros, los meros dueños de lo principal. Este es un derecho que rebasa aun al que innegablemente tienen los receptores, ahora identificados como las audiencias, dado que emana de la propiedad originaria del bien en disputa. Unas últimas consideraciones ya estrictamente personales: 1) Que la responsabilidad del arbitraje en el conflicto que nos ocupa esté en manos de José Woldenberg, me evita aumentar la dosis de clonazepam al que responsabilizo de acortar en lo posible mis estados de vigilia. 2) El desempeño de Gabriel Sosa Plata como ombudsman merece reconocimiento, apoyo y aun aplauso. 3) La campaña contra Ezra Shabot exhibe la estatura intelectual y moral de quienes la organizan y llevan a cabo. Sugeriría a Carmen, su equipo y miles de seguidores, no sólo deslindarse, sino condenar el inaceptable asedio del que están siendo objeto. 4) Finalmente, sin convocar a nadie a compartir mi opinión, sostengo que en el mundo empresarial y, en concreto, el de los titulares de concesiones públicas, no son gemelos monocigóticos. Comparten muchas ideas, objetivos y razones de vida, pero no son idénticos. Pienso que es el caso de la familia Vargas que, por otra parte, no es del todo bien vista por sus pares.

De acuerdo con mi itinerario, después de esbozar las razones de MVS debía continuar con las de Carmen (y sus audiencias), para luego referirme a la sinrazón que ha puesto en conflicto a las primeras. Pero que se atraviesan los vástagos del inolvidable (por las peores razones) padre Maciel y, aunque sea nada más un prólogo, no quise que el trending topic se añejara ya que, a fin de cuentas, como diría el doctor don Brozo, el asunto apenas comienza. Supongo que éste es ya del conocimiento público y si no anexaré, posteriormente, las ligas necesarias para su asombro y deleite.

Es tradición de los egresados del Cumbres incluir en sus festejos de graduación (de preparatoria) un video que, a manera de collage, recuerde los momentos estelares de los 15 años que estos pubertos tardíos han pasado juntos. La generación 2015 preparó un tráiler, un avance de lo que será su magna realización. En este breve pero costosísimo minimetraje lograron compendiar no sólo los principios en los que fueron formados, sus experiencias vitales, su estructura, emocional, síquica, y el sistema de creencias y valores que da sustento a todas sus actitudes y conductas del presente, sino que, además, nos exhibe también, sin pudor ni recato, su proyecto de vida: cómo será su rol de ciudadanos, profesionistas, dirigentes empresariales y, ahora, como se ve claro también, hombres de gobierno (no de Estado, obviamente). Ya nos presentaron el tráiler de su futuro comportamiento como amantes, esposos, padres y abuelos. Usando la expresión de Solá, el deplorable asesor panista, tendría que decir: son un peligro para México. Si de acuerdo con el criterio de diversos acridios, Ayotzinapa es un criadero de malhechores y guerrilleros, no se puede sino concluir que el instituto Cumbres está habitado por misóginos, homofóbicos, pederastas, racistas, sicópatas y, quién lo dijera, fanáticos anticristianos.

Pero no los juzguemos antes de oírlos. El lunes 6, si Dios nos presta vida y salud, conozcamos las increíbles opiniones de los graduandos, los maestros y los directivos del instituto, sobre esta voluntaria develación electrónica de su intimidad. Después, ustedes dirán.

Carmen: el entrañable Galeano me dejó un recadito para ti: Cuando es verdadera, cuando nace de la necesidad de decir, a la voz humana no hay quien la pare. Si le niegan la boca, ella habla por las manos, o por los ojos, o por los poros, o por donde sea. Porque todos, toditos, tenemos algo que decir a los demás, alguna cosa que merece ser por los demás celebrada o perdonada.

Twitter: @ortiztejeda