Opinión
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México SA

Utilidades para los bancos

Deuda para los mexicanos

Fobaproa y el gran capital

F

elicidades, mexicanos pagadores, pues la banca privada que opera en el país –mayoritariamente extranjera– vive el mejor ciclo en los últimos 100 años, según festejó del presidente del gremio, Luis Robles Miaja, a la vez cabeza visible del BBVA-Bancomer.

Justo en el año en el que se cumplen dos décadas del atraco a la nación llamado Fobaproa, el presidente de la Asociación de Bancos de (en) México (ABM) enciende los fuegos artificiales y reparte champán para celebrar que nunca como ahora el negocio es boyante, por mucho que su cartera crediticia ni lejanamente roce el 40 por ciento del PIB, como sucedió allá por 1993, cuando el sistema bancario reprivatizado también se reconocía en plena bonanza.

Sin duda alguna, nada tiene que ver el estado de ánimo de la banca que opera en el país con el prevaleciente 20 años atrás, cuando el entonces presidente de la ABM, José Madariaga Lomelín, amarga y públicamente se quejaba de las ex sociedades nacionales de crédito (privatizadas por Carlos Salinas de Gortari) estaban en ruinas cuando las adquirimos; la banca mexicana tuvo la poca fortuna de enfrentar una situación de crisis y emergencia apenas dos años después de la reprivatización, sin haber culminado su proceso de maduración; en el periodo de compra-venta hubo errores del gobierno y de los adquirientes que originaron precios altos y nuevos banqueros ávidos de ganancias rápidas (ruinas que, dicho sea de paso, permitieron a los neobanqueros recuperar en casi cuatro años 95 por ciento de lo que pagaron por ellas).

A dos décadas de distancia de aquella declaración ruinosa del inenarrable Madariaga Lomelín (que se quedó con el primer banco reprivatizado por Salinas, Multibanco Mercantil de México, que después denominó Probursa y terminó trabajando en Bancomer) la banca que opera en el país es sobradamente feliz, como lo patentiza Robles Miaja. Y cómo no estarlo, si en ese periodo las instituciones que la conforman (especialmente Banamex y Bancomer, que el propio Miaja representa) se embolsaron utilidades, libres de polvo y paja, por alrededor de 900 mil millones de pesos (la mayor parte en lo que va del presente siglo), y contando, sin incluir los jugosos pagarés Fobaproa (saldados sin chistar por Vicente Fox y su secretario de Hacienda, Francisco Gil Díaz).

Por cierto, muchos de los que, en tiempos salinistas, adquirieron esos negocios en ruinas desde entonces aparecen en la lista de Forbes, incluida la viuda de Eugenio Garza Lagüera, empresario que se quedó con Bancomer y que después vendió, al doble del precio que supuestamente pagó y libre de impuestos, al BBVA que hoy festeja el mejor ciclo en los últimos 100 años,

Pero en los hechos, violando la ley y sin consulta alguna, las ruinas, errores, excesos y cochupos de los banqueros salinistas y sus amigos se los facturaron, vía deuda pública, a todos los mexicanos (incluso a aquellos que ni siquiera conocen una sucursal bancaria), quienes acumulan 20 años pagando el destrozo cometido por los amigos del régimen (a quienes el gobierno tampoco les cobró impuestos a la hora de vender sus parcelas al capital foráneo), y aún les quedan por cubrir cuando menos 861 mil millones, que ese es el monto de los pasivos del Fobaproa-IPAB al cierre de enero pasado, monto ligeramente inferior a las utilidades obtenidas por los barones del dinero representados por Robles Miaja y conexos.

Sin miramientos, el gobierno federal (a partir de Ernesto Zedillo) y el Congreso (que legalizó una deuda totalmente ilegal) decidieron que lo mejor para el país y sus habitantes era privatizar las ganancias y socializar las pérdidas. Y el resultado está a la vista: los barones se embolsaron alrededor de 900 mil millones de pesos en utilidades netas, y a las espaldas de los mexicanos cargaron, vía deuda pública, alrededor del doble de esa cantidad. Unos celebran, otros pagan para que México viva el mejor ciclo de la banca en 100 años.

Sin duda alguna, el BBVA-Bancomer, representado por el actual presidente de la ABM, es una de las instituciones más felices, porque del citado monto de utilidades netas totales alrededor de una cuarta parte se las ha embolsado la trasnacional española, y de sus ganancias globales 40 centavos de cada dólar se obtienen aquí. No es gratuito, pues, que Robles Miaja presuma que estoy viendo la luz y vienen muchos años buenos para México, sin importar las bajas proyecciones en el crecimiento económico nacional.

En cambio, son los mexicanos quienes desde hace muchísimos años no ven la luz ni el crédito abundante y barato que de siempre les han prometido (pero sí intereses de agio y comisiones sobre las comisiones), pues el gobierno federal y los grandes capitales nacionales y foráneos decidieron que fueran ellos los que cargaran con la basura de los negocios privados, que es mucha.

A estas alturas, alrededor de 80 por ciento de la banca que opera en el país es de capital extranjero. Por ello, y como parte de los festejos por el mejor ciclo en los últimos 100 años, vale recordar el compromiso que Ernesto Zedillo, en voz de su entonces secretario de Hacienda, Guillermo Ortiz, hizo ante los diputados (23 de enero de 1995): “se trata de capitalizar temporalmente a las instituciones bancarias, especialmente a las más pequeñas; quisiera mencionar muy enfáticamente que en estas iniciativas no se está proponiendo, desde luego, entregar el sistema de pagos o la banca nacional a los extranjeros. Hoy en día la participación del conjunto de la banca extranjera en el mercado financiero nacional es de alrededor de 8 por ciento… Con esta facilidad que se le estaría dando a la banca extranjera para participar en la capitalización de los bancos mexicanos, estaríamos muy lejos de llegar a los porcentajes de participación y de penetración que hay en otros países… Desde luego, el sistema de pagos –éste es un compromiso– quedaría en manos de mexicanos…”. Y hoy más de 80 por ciento está en manos extranjeras y el crédito, como proporción del PIB, está muy por abajo del registrado poco más de dos décadas atrás.

A celebrar, pues.

Las rebanadas del pastel

No es lo mismo que lo mesmo: el ministro de Hacienda del Reino Unido, George Osborne, reducirá los impuestos a la industria petrolera en el Mar del Norte ante la fuerte caída de los precios del petróleo… El secretario de Hacienda de México, Luis Videgaray, recortó 62 mil millones de pesos al presupuesto de Pemex ante la fuerte caída de los precios del petróleo.

Twitter: @cafevega