Diez propuestas aymaras de
Evo Morales para el nuevo Baktún


San Juan Chamula, Chiapas, 1993. Foto: Luis Jorge Gallegos

Javier Bustillos Zamorano*

El 21 de diciembre de 2012 los indígenas aymaras y mayas celebraron el nacimiento de una nueva era civilizatoria. Los aymaras con el Pachakutik, que en su lengua significa reordenamiento de la vida, y los mayas zapatistas con una marcha silenciosa por el fin de un Baktún y el inicio de otro. El presidente boliviano Evo Morales —que en enero inició su tercer y último periodo— dio un discurso alusivo que fue desdeñado por la prensa occidental. En él habló de cómo debe ser el mundo en este nuevo tiempo. Son las 10 propuestas de la comunidad india boliviana para encaminarnos hacia el Vivir Bien. 

1. Refundar la democracia. No puede haber democracia si continúan las desigualdades, donde unos pocos se hacer ricos y se empobrecen las mayorías; no puede haber democracia si no se antepone  a los pobres, si no se atiende a los marginados y a los más necesitados. No hay democracia si no se transforma la política que se ha convertido en instrumento de lucro y no, como debería ser, en vocación de servicio. Refundar la democracia significa también refundar los estados, las repúblicas y los sistemas de gobierno dando sepultura a todas las formas de jerarquías, monarquías, oligarquías y anarquías del mercado y del capital. Refundar la democracia para que deje de ser instrumento de las transnacionales que se apropian de nuestros recursos naturales. Refundar la democracia significa que el pueblo, a través de sus organizaciones sociales y comunitarias, tome el poder político y construya nuevas formas de gobierno, estatales y plurinacionales, para que nos gobernemos bajo el concepto de mandar obedeciendo.

2. Menos mercantilización de las necesidades humanas y más derechos sociales. Frente a la inequidad provocada por el capitalismo y la política de mercado que privatizaron los servicios básicos y lucran con las necesidades, proponemos avanzar y consolidar el reconocimiento de la legislación internacional para que servicios básicos como el agua, la electricidad, las comunicaciones y el saneamiento sean considerados derechos humanos esenciales. Debemos nacionalizar estos servicios para que dejen de tener el valor económico que los hace inaccesibles.

3. Construir un nuevo ser humano integral, con valores alejados del individualismo, el materialismo y el consumismo. Un ser humano respetuoso de la naturaleza y solidario. Con ética y consciente de su responsabilidad histórica en la construcción de una sociedad más justa, más equitativa, armónica y sin pobreza. Un ser humano que luche junto a otros en contra de las actuales sociedades colonialistas, racistas y discriminadoras que marginan a las culturas milenarias de los procesos económicos y políticos despreciando su fuerza y energía cultural y espiritual.

4. En los países donde existan culturas y etnias diferentes, se instauren Estados Plurinacionales, donde prevalezca el respeto para todas y cada una de esas culturas o naciones; respeto a sus formas de gobierno, a sus cosmovisiones y estructuras económicas jurídicas y culturales.

5. Recuperar la soberanía de los recursos naturales. Los recursos naturales son nuestros y están para el beneficio colectivo, no para el lucro de empresas transnacionales. La propiedad de estos recursos debe estar en manos del Estado, para que sea éste quien establezca un manejo integral y sustentable de sus componentes. Los recursos naturales son fuentes de vida y como tales deben ser defendidos, pues la madre tierra también tiene derechos que deben ser respetados. La naturaleza no debe ser sobreexplotada irresponsablemente, pues ella puede vivir sin los seres humanos, pero los seres humanos no podrían vivir sin la naturaleza. Debemos exigir que los países responsables del calentamiento global cumplan su responsabilidad histórica de reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero, tal y como se comprometieron en acuerdos internacionales que hasta ahora no han cumplido.

6. Promover la seguridad alimentaria, con alimentos sanos y rechazando los productos dañinos. La alimentación es parte fundamental de la vida, por lo que debemos saber cómo alimentarnos sanamente para Vivir Bien. Debemos recuperar los saberes alimenticios y tecnologías productivas comunitarias, donde los alimentos son medicina y parte de nuestra identidad cultural. Cada país debe garantizar los alimentos básicos que consume su población, a través del fortalecimiento de los sistemas productivos, sociales, políticos y ecológicos de los productores rurales. Incentivar la agricultura familiar comunitaria.

7. Entre los pueblos del mundo, conformar coaliciones y alianzas poderosas para suscribir tratados de la vida y no tratados de libre comercio que sólo buscan mercantilizar las necesidades humanas y la privatización y saqueo de los recursos naturales. Nuestros pueblos ancestrales vivieron integrados en culturas, comercio, en solidaridad y redes de colaboración; debemos recuperar esa filosofía de vida para construir acuerdos de integración efectiva que nos permitan compartir conocimientos, tecnología, provisión de recursos financieros, energía, producción de alimentos, salud y educación, entre otros. Avanzar en el hermanamiento de los pueblos del sur con los pueblos del norte para construir juntos el horizonte civilizatorio de vivir bien en armonía  y equilibrio con la madre tierra.

8. Romper la dependencia tecnológica y científica, desarrollando tecnologías y ciencias propias que converjan con los conocimientos, saberes y técnicas ancestrales; unir esas tecnologías milenarias con las modernas. El conocimiento y tecnología son instrumentos fundamentales para el desarrollo integral de un país, pero las potencias del norte protegen con egoísmo sus patentes y licencias a las que sólo tenemos acceso si nos sometemos a sus mercados.

9. Frente a la política imperialista e intervencionista de organizaciones internacionales como la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) buscar la construcción de una Organización Mundial de los Pobres; una Organización Mundial de la Justicia, una Organización Mundial de la Madre Tierra, para que los pueblos vivan con dignidad y soberanía; sin intervencionismos y sin bases militares extranjeras. Liberarnos de las ataduras ideológicas y políticas de los organismos mundiales financieros como el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional y de sus satélites neoliberales que destruyen nuestras instituciones.

10. Configurar un  nuevo orden económico y financiero internacional, basado en los principios de equidad, soberanía nacional, intereses comunes y armonía con la naturaleza. Un nuevo orden que promueva la cooperación y solidaridad entre los estados y pueblos; un nuevo orden que esté orientado a cambiar patrones de producción y consumo no sustentable; que disminuya la brecha entre ricos y pobres, entre  países desarrollados y los en vías de desarrollo. El desarrollo económico no debe estar orientado al mercado, al capital y a la ganancia inescrupulosa; debe ser integral y estar orientado a la felicidad de la gente, a la armonía y equilibrio con la madre tierra. Por ello, los países en desarrollo debemos crear nuestros propios instrumentos financieros; no podemos seguir dependiendo de los donativos y préstamos condicionados del sistema financiero colonial capitalista. Debemos fortalecer los mercados regionales con visión solidaria y complementaria para sustituir las políticas de competitividad egoísta. Sólo así construiremos un horizonte civilizatorio para que todos juntos finalmente podamos Vivir Bien.

*Periodista boliviano