Espectáculos
Ver día anteriorViernes 6 de marzo de 2015Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio

La película, basada en una historia escandalosa pero real, se estrena hoy en salas nacionales

Tim Burton lleva al cine un épico fraude del arte con Ojos grandes

En los años 60, Walter Keane alcanzó fama por sus cuadros; sin embargo, la creadora era Margaret, su manipulable esposa

Pese al engaño, él inventó la comercialización masiva de las obras, reconoce el guionista Larry Karaszewski

Protagonizan Amy Adams y Christoph Waltz

Foto
Margaret Keane aún vive, tiene 86 años y conocía a Tim Burton incluso antes de que hubiera un guión cinematográfico. No me puedo imaginar a nadie mejor que él dirigiendo esta película, dijo la pintora, representada en la imagen por la actriz Amy Adams
 
Periódico La Jornada
Viernes 6 de marzo de 2015, p. 8

De la mente extravagante del director Tim Burton llega este viernes la cinta Ojos grandes, que cuenta la escandalosa historia de uno de los fraudes de arte más épicos de la historia.

A finales de 1950 y comienzos de 1960, el pintor Walter Keane había alcanzado un éxito increíble, revolucionando la comercialización del arte popular con sus enigmáticas pinturas de niños abandonados de grandes ojos.

Sin embargo, la extraña y sobrecogedora verdad finalmente se descubrió: las obras de Walter en realidad no fueron creadas por él, sino por su esposa Margaret. Los Keane, al parecer, vivían una mentira colosal que engañó al mundo entero. Una historia demasiado increíble para ser ficción. Ojos grandes se centra en el despertar de Margaret como artista, el fenomenal éxito de sus pinturas y la tumultuosa relación con su marido. La artista fue catapultada a la fama internacional al asumir crédito por su obra.

Ojos grandes está escrita por Scott Alexander y Larry Karaszewski; la fotografía es de Bruno Delbonne y está protagonizada por Amy Adams y Christoph Waltz, quienes interpretan al matrimonio Keane.

Biografías de marginados

El proyecto de Ojos grandes data de 2003, cuando los socios escritores Scott Alexander y Larry Karaszewski conocieron la extraña historia de Margaret y Walter Keane, los pintores más vendidos de la década de 1960. Intrigados, se pusieron a investigar, trabajo que tomó 10 años, para finalmente entrar en la etapa de producción.

Alexander comentó: Es un gran pedazo de la historia que nadie conoce. Si no fuera verdad, no la creería. Por su parte, Karaszewski opinó: Había un montón de razones por las que quería hacer esta película. Pensamos que Margaret era un gran personaje que encarnaba el principio del movimiento de liberación femenina. Comienza con ella como un ama de casa del año 1950, que lo hace todo por su marido, y a lo largo de la historia aprende a defenderse.

Karaszewski supo que tenían un gran relato; agregó: “A Scott y a mí nos atraen estas biografías de personas que inicialmente no creemos que sean importantes y que fueron marginadas. Como la película Ed Wood, del que se pensaba que era el peor director de cine de todos los tiempos. Hay quienes piensan que los Keane son los peores pintores de todos los tiempos. Creímos que al hacer esta película podríamos contar una gran historia personal, así como discutir temas del mundo del arte y del movimiento de liberación femenina”.

Los escritores quedaron hechizados por la historia de los Keane. Para Karaszewski, “Walter realmente inventó la comercialización masiva del arte. No fue aceptado en galerías ni por los críticos de arte, por lo que construyó sus propias galerías, pagó sus propios libros de cafetería. Descubrió una manera barata de hacer pinturas, para que el hombre promedio tuviera acceso a ellas; revolucionó totalmente el mundo del arte. Ciertamente, quienes lo sucedieron, como Peter Max o Thomas Kinkade, tomaron jugadas de su libro; incluso Andy Warhol entiende y aceptó que robó un poco de la filosofía de Walter Keane.

Es sorprendente el secreto detrás de todo esto: las pinturas eran realizadas por su esposa y él la manipulaba para que le dejara poner su nombre en ellas y asumir todo el crédito. Quedamos totalmente fascinados y pensamos que era una gran historia estadunidense que no había sido contada.

Los escritores pasaron semanas en las bibliotecas; se sumergían en las historias de los periódicos de San Francisco y en los archivos tratando de reconstruir la sensacional historia de los Keane. Alexander dice: Fue difícil hacer que concordaran los hechos, así que nos dispusimos a reunirnos con Margaret. Teníamos que ganar su confianza y demostrar integridad.

La señora Keane estuvo de acuerdo en reunirse con los escritores, y éstos volaron a San Francisco para verla. Dice Alexander: Le hicimos las preguntas que los artículos de prensa no respondían: ¿cómo sucedió esto? ¿Cuándo fue la primera vez que Walter dijo que era el pintor? ¿Qué le dijo? ¿Por qué estuvo de acuerdo? Y, como esto se prolongó durante años tras año tras año, ¿por qué permitió que siguiera sucediendo? Sicológicamente no tenía mucho sentido. Empezamos a entender que ella venía de una mentalidad de ama de casa de 1950, en la que el hombre estaba a cargo y establecía las reglas y, para ser justos con Walter, prometió un montón de cosas que se hicieron realidad. Dijo que se volverían famosos, que harían un montón de dinero y que vivirían en una gran casa. Años más tarde, Margaret todavía dice que sin Walter nunca nadie hubiera descubierto su arte. Ella todavía le da mucho crédito.

Después de las reuniones, Margaret Keane acordó vender a Alexander y Karaszewski los derechos de su vida, así como de su arte. Alexander menciona: Nos tomó un año más para resolverlo, de manera que Margaret se sintiera cómoda.

Hoy día, Margaret tiene 86 años y vive a una hora de San Francisco. Walter murió en 2000, varios años antes de que el guión comenzara a tomar forma. Margaret dice: Scott y Larry eran tan entusiastas y realmente querían hacerlo tanto como yo, así que realmente me sentí muy segura con ellos. Hicieron que cobrara vida. Encontraron humor y tragedia en la historia. Es simplemente maravilloso. Me siento como que estoy siendo bañada de bendiciones al tener una película. Es un gran honor, y realmente algo un poco humillante, porque no creo que merezca esto. Yo sólo pinto y, de repente, esto está sucediendo. Es como un sueño. Es surrealista.

Margaret y Tim Burton se conocían incluso antes de que hubiera un guión cinematográfico en marcha. Tim me encargó hacer retratos y luego compró varias de mis pinturas. No pude evitar que me agradara. No me puedo imaginar a nadie mejor que Tim Burton dirigiendo esta película.

Ojos grandes se estrena hoy en la cartelera comercial.