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México SA

A los Forbes: 12 por ciento del PIB

16 ricos cada día más ricos

A su lado, 63 millones de mexicanos en pobreza

C

omo puntualmente lo hace cada año, Forbes ha notificado a los hambrientos habitantes de este país que el inventario nacional de multimillonarios marca Forbes se mantiene intacto, pues en 2014 el número de magnates se mantuvo en 16, y el conjunto de sus fortunas equivalió a 12 por ciento del producto interno bruto, o lo que es lo mismo casi dos tantos el PIB petrolero centrado en unas cuentas manos.

Según la publicación especializada, en 2014 las fortunas de esos 16 magnates (todas ellas producto, en mayor medida, de la privatización de los bienes nacionales) sumaron 144 mil 500 millones de dólares (la mitad de ellos en el bolsillo de Carlos Slim), mil 600 millones más que en 2013. De cualquier suerte, se registraron alzas y bajas en los haberes de los acaudalados, aunque ello no significa que el hambre se pasee por sus oficinas.

Forbes divulgó su informe 2015 (con datos al cierre de 2014) sobre los ricos entre los ricos en el planeta, y para el caso mexicano no se registró sorpresa alguna, porque los que aparecen en la relaciones son los de 2013 y, de hecho, prácticamente son los mismos desde hace muchísimos años.

Carlos Slim, como es tradicional desde la privatización de Telmex, aparece como número uno en México y dos en el mundo, con una fortuna estimada en 77 mil 100 millones de dólares, algo así como el 6.5 por ciento el producto interno bruto para él solito. En 2014 este personaje incrementó su fortuna en 5 mil 100 millones de dólares, monto equiparable al ingreso anual de casi un millón de trabajadores mexicanos con salario mínimo.

El dueño de medio México fue el ganador entre los ganadores, algo que ya aburre porque esa ha sido la norma de su primera aparición en Forbes, en 1991, año en el que la revista especializada le atribuyó una fortuna de mil 600 millones de dólares. Así, ente esa fecha y 2014, su fortuna se incrementó la friolera de 4 mil 800 por ciento, y contando.

Otro afortunado de las privatizaciones es el júnior Germán Larrea (el de Pasta de Conchos). Su padre, Jorge Larrea Ortega (un alemanista conocido con el alias de El Azote) le heredó una fortuna de mil 100 millones de dólares, pero tras centenas de concesiones mineras otorgadas por el gobierno federal, más la entrega de los ferrocarriles nacionales y un cúmulo de tropelías, Germancito logró incrementar esa fortuna hasta 13 mil 900 millones de dólares al cierre de 2014, un aumento superior a mil 200 por ciento de 1999 al último año citado, para ubicarse como el segundo más rico en México, por mucho que el año pasado sus haberes registraron una merma de 800 millones de dólares con respecto a 2013.

Por cierto, ayer se oficializó que la Procuraduría Federal de Protección al Medio Ambiente (Profepa) multó al Grupo México (propiedad de Larrea) con casi 23 millones de pesos, por el peor desastre ambiental de la industria minera del país; es decir, el derrame tóxico de 40 mil metros cúbicos de ácido sulfúrico en los ríos Sonora y Bacanuchi. Tal sanción equivale al 0.01 por ciento de la fortuna del magnate tóxico, de tal suerte que tengan la certeza de que lo seguirá haciendo.

El empresario totalmente palacio, el también júnior Alberto Bailleres, de su padre Raúl heredó fortuna y conexiones políticas, las cuales ha explotado hábilmente. Conocido como el zar de la plata, este personaje ha sido beneficiado por centenares de concesiones mineras, graciosamente otorgadas por el gobierno federal, y otras cositas. De su primera aparición en Forbes (1994) a la fecha, el incremento de su fortuna ha sido de apenas 550 por ciento. En 2014 no le fue muy bien que se diga, porque sus haberes, de acuerdo con Forbes, reportaron una minusvalía (así le llaman a las pérdidas en el gobierno federal) de 2 mil millones de billetes verdes, aunque puede llorar tranquilo con los 10 mil 400 millones que le quedaron.

Los tres empresarios citados acumulan fortunas conjuntas por 101 mil 400 millones de dólares (monto equivalente a 12 tantos el recorte presupuestal anunciado en enero por Luis Videgaray), con lo que se pagaría, íntegra, la deuda externa del gobierno federal y todavía les darían cambio. No alcanzaría para cubrir el débito total del sector público, pero si se suman los haberes que reportan los trece empresarios restantes, entonces sí quedaría en ceros.

No podía quedar fuera de la lista el empresario de los abonos chiquitos y los intereses de agio. Ricardo Salinas Pliego ocupa la posición cuatro de los multimillonarios autóctonos marca Forbes, a quien la revista especializada le anota 8 mil millones de dólares, 300 menos que en 2013. Los haberes de este personaje comenzaron a crecer la espuma a raíz de la privatización de lo que hoy es Tv Azteca. Posteriormente llegaron las concesiones financieras, comerciales, de telecomunicaciones y hasta mineras que hicieron que su fortuna fuera de ensueño. Casualmente, este personaje aparece por primera vez en Forbes en 1993, el mismo de la desincorporación de Imevisión, con mil 200 millones de dólares, los cuales ha multiplicado por casi cuatro.

Otras dos herederas ocupan los escalones cinco y seis: Eva Gonda de Rivera, viuda de Eugenio Garza Lagüera (también beneficiario de las privatizaciones de bienes del Estado) aparece con 6 mil 700 millones de dólares) y María Asunción Aramburuzavala (5 mil 600 millones), a quien su padre le traspasó sus bienes en la Cervecería Modelo, empresa ahora en manos de la trasnacional Anheuser-Busch InBev.

Si de juniors se trata allí está Emilio Azcárraga Jean, heredero de El Tigre, que al cierre de 2014 acumuló 3 mil 100 millones de dólares, 500 millones más que el año previo. También aparecen Antonio del Valle Ruiz (ex cabeza visible del reprivatizado Banco Internacional, ahora HSBC), con 3 mil 700 millones; Carlos Hank Rhon (2 mil 400 millones) y David Peñaloza Alanís, hijo del empresario salinista del mismo nombre y primer apellido, uno de los grandes beneficiarios de la privatización carretera.

Redondean la lista Roberto Hernández (Mister tax free), Alfredo Harp (quien tampoco pagó impuestos por la venta de Banamex en 2001), los hermanos Calderón Rojas, Max Michel y Rufino Vigil González. Y a su lado, encargados de la ovación, más de 63 millones de mexicanos en pobreza. Todo un éxito del régimen.

Las rebanadas del pastel

De magnesia y gimnasia: dice el inquilino de Los Pinos que en México existe una sensación de incredulidad y desconfianza. Pues no, no es sensación, sino evidencia de que no le creen ni le confían, y si pretende terminar con el estigma de considerar a los políticos como ladrones, pues que utilice los reclusorios. A ver quién es el primero.