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Fracking: protestas por doquier
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la advertencia de Francisco sobre el riesgo de mexicanización de Argentina y que ocasionó un sismo entre la clase dirigente del país, se agrega otra que se hizo realidad: Colombia se mexicanizó. Es la opinión de varios expertos recogida en la revista Proceso de hace ocho días. Cabe recordar que hace dos décadas el gobierno mexicano ignoró la advertencia de que nuestro país podía colombianizarse, tal como ocurrió por la corrupción, la complicidad de la delincuencia con funcionarios, empresarios, bancos, políticos y cuerpos de seguridad pública.

La semana pasada otro sismo, distinto al ocasionado por Francisco, sacudió el centro de España, con epicentro en la provincia de Albacete. Fue de 5.2 en la escala de Richter y se localizó en la misma falla del que en 2011 dejó en Murcia nueve muertos, más de 300 heridos y numerosos daños materiales. En 2012 hubo otro de 5.6 grados que afectó la costa de Pontevedra. Para los que ignoran que en la península ibérica tiembla, el pasado medio siglo ha habido allí 14 sismos superiores a los cinco grados en la escala de Richter, dejando sus muertos y heridos, además de daños millonarios en edificios, viviendas, comercios, fábricas y obra pública.

El de Albacete sacudió también una de las actividades más cuestionadas en España: la extración de hidrocarburo por medio de la fractura hidráulica o fracking. Cerca del epicentro del sismo, la empresa Oil and Gas Capital tiene tres permisos para perforar en extensiones que van de 20 mil a 26 mil hectáreas. También está autorizada para explorar en Cantabria y Asturias, pero aclaró que no ha iniciado allí ningún sondeo. De esta forma busca detener el rumor de que el sismo reciente lo causó el fracking. Pero esa aclaración no detiene la oposición a esa técnica en numerosas poblaciones de la península. Como en la provincia de Burgos, donde la canadiense BNK pretende abrir 12 pozos exploratorios en terrenos municipales. En España todavía no se ha empleado el fracking, pero la gente se entera cada vez más sobre los peligros que conlleva. En su reciente informe al Congreso, el Defensor del Pueblo se queja de que es insuficiente la información ofrecida por el gobierno sobre los efectos negativos de dicha técnica, especialmente en el medio ambiente y la salud. En pocas palabras, las instituciones oficiales se los ocultan a la ciudadanía.

Pero no los pudo ocultar en el caso de la plataforma ubicada en el mar Mediterráneo, a 22 kilómetros del litoral, y que ocasionó centenas de movimientos sísmicos, especialmente en la comunidad valenciana. De ello ofreció testimonio una publicación de reconocida seriedad: Geophysical Journal International. La plataforma aprovechaba un pozo petrolífero ubicado a mil 750 metros de profundidad para almacenar y regular el suministro de gas. Los temblores en la zona comenzaron a mediados de septiembre de 2013, alcanzando una intensidad máxima de 4.2 en la escala de Richter. Los geólogos señalaron la plataforma como responsable de lo que ocurría. El ministerio de Industria se vio obligado a detener sus actividades.

Al otro lado del mundo también se culpa al fracking del aumento de los sismos. Por ejemplo en el centro de Oklahoma, Estados Unidos. La prestigiosa revista Science, en su edición de julio pasado, documenta lo ocurrido los años recientes y lo atribuye a la inyección de agua al subsuelo durante las operaciones de extracción de gas por medio de la técnica referida. Oklahoma ilustra muy bien qué pasa y pasará en otras regiones. Como Colorado y Nuevo México, donde los especialistas del gobierno federal atribuyen al fracking (presente desde hace 15 años en ambos estados) el aumento de los sismos, 16 hasta ahora, de magnitudes superiores a 3.8 en la escala de Ritcher. Agréguese lo observado también en Pensilvania.

Y mientras el fracking genera protestas por doquier, lo apoyan en México las instancias gubernamentales, sus aliados en el Congreso y los grupos empresariales del país y el exterior con intereses en la explotación de hidrocarburos. Como si en México no temblara ya lo suficiente y el agua no fuera un bien cada vez más escaso en las zonas donde se piensa utilizar esa técnica.