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Decenas de muertos, líderes detenidos y enorme gasto de recursos, parte del saldo

Dos años después de creados, aún operan grupos de autodefensa en Michoacán
Corresponsal
Periódico La Jornada
Martes 24 de febrero de 2015, p. 16

Morelia, Mich.

Hoy se cumplen dos años de que los grupos de autodefensa de Tepalcatepec y Buenavista Tomatlán se levantaron en armas contra la delincuencia organizada. José Manuel Mireles e Hipólito Mora Chávez, líderes de esos movimientos, respectivamente, están presos. En la actualidad, aún operan grupos comunitarios en Aquila, Coahuayana y Chinicuila.

Ellos (los delincuentes) le ponían el precio al ganado y al limón, pero además ya no se podía caminar tranquilo por tanto secuestro, comentó alguna vez Mora Chávez cuando recordaba cómo surgió la idea de combatir a la organización criminal Los caballeros templarios. Dijo que estaban cansados de las extorsiones y del cobro de piso.

Los primeros 12 días del levantamiento, en el que participaron unos 200 civiles armados de la tenencia Felipe Carrillo Puerto (mejor conocida como La Ruana), en Buenavista Tomatlán, y unos 300 de Tepalcatepec, las fuerzas federales permanecieron al margen, aunque en ocasiones se acercaron a los líderes. Durante las noches, los comunitarios se enfrentaron contra criminales, sobre todo en la sierra de Aguililla y en los límites con Jalisco.

En estos dos años decenas de autodefensas perdieron la vida. Sólo el 10 de abril de 2013 un grupo de familias de comunitarios que se dirigía a Apatzingán fue emboscado y atacado por pistoleros. El saldo: ocho muertos y seis heridos. En ese lapso, decenas de policías comunitarios fueron detenidos por las fuerzas federales. Hasta septiembre pasado había 289 en prisión.

Con el respaldo de la Policía Federal, principalmente, las autodefensas lograr entrar en unos 30 municipios de Michoacán, en los que había una fuerte presencia del crimen organizado, entre ellos Coalcomán, Aquila, Lázaro Cárdenas, Coahuayana, Aguililla, Apatzingán y Huetamo.

En enero de 2014 Alfredo Castillo fue designado por el presidente Enrique Peña Nieto comisionado federal para la seguridad y el desarrollo integral del estado. El funcionario separó de su cargo a policías municipales de las regiones conflictivas y dio de baja a más de 600 agentes ministeriales y de seguridad pública del estado, con el argumento de que no aprobaron los exámenes de control y confianza, y algunos acusados de tener nexos con criminales.

A decir de los líderes de autodefensas, desde su arribo a la entidad Castillo buscó negociar con los comunitarios, incluidos algunos señalados por estar coludidos con la delincuencia. Al principio dejó que las autodefensas avanzaran por el mayor número posible de municipios, y cuando vio que las cosas se salían de control decidió desarmarlas en abril de 2014.

Un mes después creó la Policía Fuerza Rural, integrada por ex autodefensas y con supuestos infiltrados de grupos delictivos, entre ellos Los templarios, Los viagras y el cártel Nueva generación, de Jalisco.

Grupos antagónicos de la Policía Fuerza Rural se enfrentaron entre sí, como ocurrió en diciembre pasado con los simpatizantes de Hipólito Mora y Luis Antonio Torres, El Americano, con saldo de 11 muertos, entre ellos Manuel Mora, hijo de Hipólito.

El 23 de enero de 2015, en su último día como comisionado, Alfredo Castillo afirmó que en su gestión fueron detenidos 225 servidores públicos, ocho alcaldes, un tesorero, dos síndicos, 11 directores y tres subdirectores de seguridad pública municipal, así como ocho policías ministeriales, 29 estatales y 150 municipales.