Política
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Pepe, presidente de Uruguay
La Suiza de América
 
Periódico La Jornada
Domingo 22 de febrero de 2015, p. 3

Al cabo de los dos gobiernos del Frente Amplio (FA) –Tabaré Vázquez 2004/09; José Mujica 2009/15)– y a punto de iniciar un tercer mandato, nuevamente con Vázquez como Presidente, los avances económicos, políticos y sociales en Uruguay son notables, además de evidentes, y no sólo para América Latina.

Baste señalar que la deuda pública pasó del 70 al 23 por ciento del PIB (más de la mitad, un 65 por ciento, está ahora denominada en moneda nacional); que las reservas del Banco Central alcanzan el 40 por ciento del PIB, los niveles más altos de la región (el próximo gobierno dispondrá así de 4 mil millones de dólares para destinar a obras de infraestructura); que el desempleo bajó del 20 al 6 por ciento; la pobreza, del 40 al 10 por ciento y la indigencia absoluta del 5 al 0.5 por ciento. Todos estos datos, y muchos más, están documentados por fuentes serias en un ensayo de Federico Fasano Mertens: Urna (sic) de dos: neoliberalismo o democracia (Brecha, Montevideo, 27/11/14. Viralizado en las redes sociales).

En cuanto al talante político del FA, baste también decir que Tabaré Vázquez ha ofrecido a toda la oposición, que ha aceptado, 25 altos cargos en la administración. José Mujica procedió del mismo modo.

Uruguay es el país de América Latina con más alto nivel de alfabetización, según la ONU. El segundo de la región, después de Chile, con menor índice de percepción de la corrupción; el tercero, después de Argentina y Chile, con mayor índice de desarrollo humano. El primero, con Costa Rica, en equidad de distribución de la renta: tanto el sector más rico como el más pobre representan sólo un 10 por ciento de la sociedad, respectivamente. Latinobarómetro, en un estudio realizado en 2008, lo sitúa como el país más pacífico de América Latina. También es uno de los 10 más verdes del mundo (Reader’s Digest); uno de los 20 más democráticos (The Economist) y de los más seguros y mejores para vivir (International Living).

Pero Uruguay tiene una historia particularmente destacada en materia institucional, cívica. Por algo desde principios del siglo pasado lo llamaban la Suiza de América. Primera Constitución, en 1830; educación universal, laica, gratuita y obligatoria, en 1877; ley de divorcio, en 1917; separación de la Iglesia y el Estado, en 1918; voto femenino, en 1938, el primero en América Latina.

José Mujica sostuvo en la entrevista que “la social democracia se fundó en el Uruguay, pero como somos un paisito, ‘chiquitito así’, no repercute. A partir de 1910, nosotros tuvimos transformaciones que eran francamente socialdemócratas. Un Estado democrático fuerte, agresivo, fundador, que iba para adelante, que resolvía problemas (ver entrevista).

“Tuvimos que defender todo eso cuando vino la oleada neoliberal… aquello de pagar las deudas con las cosas, con las empresas públicas ¿no? Y bueno, gracias a mecanismos que se han preservado, eso se pudo defender plebiscitariamente. Aquí no se pudo hacer lo que se hizo en Argentina, por ejemplo. Los argentinos vendieron todo para pagar las cuentas y al final se quedaron sin las cosas y con las cuentas…”