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Bajo la Lupa

Especulación financiera detrás del desplome del crudo: Bank of International Settlements

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Logo del HSBC en la sucursal suiza del banco en Ginebra, Suiza, anteayerFoto Reuters
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espués de cuatro años de encontrarse en alrededor de 100 dólares el barril, hace siete y medio meses su precio se desplomó en forma dramática 50 por ciento. En enero el abasto global se ubicó en 94.1 millones de barriles al día (MBD), de los cuales 30.31 MBD pertenecen a la OPEP (http://goo.gl/VwYYQW). Ric Spooner, estratega en jefe de CMC Markets, juzga que existe una sobreoferta de 2 MBD, lo cual no explica un desplome de 50 por ciento (http://goo.gl/x8zUV4).

El Bank of International Settlements (BIS, por sus siglas en inglés) –el banco central de los bancos centrales, con sede en Basilea (Suiza) y sucursales en Hong Kong y México (sic)–, atribuye el desplome a los hedge funds (fondos de cobertura de riesgo) del mercado de los derivados financieros (http://goo.gl/1boVNM). Ninguna novedad: en mi libro Los cinco precios del petróleo, de hace nueve años, abordé el factor financierista (http://goo.gl/eDP8Jx), lo cual refrendé en mi reciente entrevista a Hispan Tv (http://goo.gl/iYZsYQ).

En el consejo directivo del BIS –60 miembros, entre ellos la Reserva Federal, el Banco de Israel y el Banco de México– aparece Agustín Carstens (http://goo.gl/nN4GWd). BIS considera que los cambios en la producción y el consumo no explican en forma satisfactoria el colapso abrupto en el precio. Rememora que en 1996 y 2008, los dos últimos episodios de declinación comparable del precio fueron asociados con tangibles reducciones del consumo del petróleo y, en 1996, con una expansión significativa de la producción.

No aborda el desplome geopolítico de 1986, cuando Estados Unidos y Arabia Saudita se concertaron para desplomar el precio con el fin de arrodillar a la URSS, lo cual consiguieron con su salida de Afganistán en 1989, simultánea a la caída del Muro de Berlín, y dos años más tarde con la extinción del imperio soviético.

El contraste desde 2014 es tangible, lapso en el que la producción de petróleo es cercana a las expectativas previas, cuando el consumo del petróleo ha sido un poco (sic) más débil que el pronosticado. BIS aduce que lo empinado de la declinación y sus cambios en las cotizaciones cotidianas son reminiscentes de un activo financiero (¡supersic!).

Sin menospreciar la decisión reciente de la OPEP de no recortar la producción, el BIS arguye que existen otros factores que pudieron haber exacerbado el desplome, entre ellos un nuevo e importante elemento con el incremento sustancial de la deuda (¡supersic!) soportada por el sector petrolero en años recientes.

Se refiere al descomunal apalancamiento ( leverage) financierista de la industria petrolera y cuyas cuatro principales trasnacionales anglosajonas son controladas por el Banco de Inversiones Black Rock, el máximo del planeta (http://goo.gl/kDJKdC).

Los mayúsculos bancos de inversiones, es decir, los megabancos de Wall Street –este no es asunto de banquitos– que operan los derivados financieros prestan grandes cantidades de dinero con base en las reservas y los ingresos, lo cual incrementó los niveles de deuda.

BIS demuestra en forma impactante que la emisión por las firmas de energía, tanto de sus grados de inversión como de sus bonos de alto rendimiento, ha superado de lejos a la de por sí sustancial emisión total de títulos de deuda.

Los títulos de deuda alcanzaron la cifra estratosférica de 6 billones de dólares ( trillones en anglosajón), mientras que la deuda en el rubro energético se disparó, a partir del primer trimestre de 2009, hasta el inicio de 2015, en la antigravitatoria cifra de casi 9 billones de dólares, equivalente al PIB nominal de China. ¡Increíble!

A juicio de BIS la carga de la mayor deuda del sector petrolero pudo haber influenciado la reciente dinámica del mercado petrolero al haber expuesto a los productores a riesgos de solvencia y liquidez, cuando los menores precios tienden a reducir el valor de los activos petroleros que respaldan la deuda. ¡La alquimia de la deuda!

Frente a la elevada deuda, una caída en el precio del petróleo merma la contabilidad de los productores y aprieta las condiciones de crédito, exacerbando potencialmente la caída del precio como resultado de las ventas de los activos petroleros, al vender una mayor producción a futuro.

En términos de flujos financieros, un precio más bajo del petróleo reduce los flujos de caja e incrementa el riesgo de escasez de liquidez, en la que las firmas son incapaces de cumplir los pagos de sus intereses. Los requerimientos del servicio de la deuda pueden inducir la producción física (sic) continua del petróleo para mantener los flujos de caja, posponiendo la reducción de su abasto en el mercado.

BIS agrega un factor adicional que podría amplificar la declinación del precio del petróleo, cuando muchas petroleras ubicadas fuera de Estados Unidos nunca han incurrido en préstamos de dólares.

Por ello, las petroleras de las economías de los mercados emergentes han sufrido los más abruptos incrementos en deuda, lo cual se suma a la revaluación del dólar, que se acompasa por condiciones financieras más estrictas de los megabancos.

La consecuencia es que las petroleras de las economías de los mercados emergentes, que incrementaron sus empréstitos en forma significativa, podrían ser afectadas en forma particular y adversa.

Según BIS, “antes del presente colapso, la amplia liquidez del mercado facilitó los hedge funds en los mercados de derivados financieros”. Así la venta de futuros o la compra “ putoptions” (el derecho, pero no la obligación, del productor de vender el barril a un precio específico en una fecha predeterminada) son medios para que los productores de petróleo cubran (sic) su exposición a ingresos de petróleo altamente volátiles.

¿El Banco de México y la Secretaría de Hacienda contribuyeron deliberadamente en el desplome del crudo con sus apuestas tipo “ options” (http://goo.gl/lRaIcp)?

Con un título amañado, Neil Hume, del Financial Times, retoma los hallazgos del BIS que, a su juicio, exacerbarán el debate sobre la financiarización (¡supersic!) de los mercados de materias primas y la “extensión en la que los grandes bancos, los inversionistas y hedge funds conducen (¡supersic!) los precios de las materias primas (http://goo.gl/jlCMa1)”.

Según BIS, hoy lo nodal radica en “el cambio a los derivados financieros mediante los hedge funds, que pudieron haber jugado un papel en la reciente dinámica”, cuando los niveles de elevadas deudas pueden inducir significativas interacciones macro-financieras (¡supersic!). ¡La causal del binomio petróleo-deuda es la clave!

Si en la era de la desregulada globalización financierista un desplome del precio del crudo en 50 por ciento en el lapso de siete y medio meses no es explicable por el simplista axioma economicista de la oferta/demanda –con una mínima baja del consumo en 2 MBD–, lo es mucho menos su espectacular incremento en 25 por ciento en sólo 10 días recientes.

Ilusos quienes alucinan que el precio del petróleo lo manejan los geólogos y los planificadores economicistas decimonónicos y no sus verdaderos controladores globales: los banksters de Wall Street, que dominan los derivados financieros de los hedgefunds.

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