Sociedad y Justicia
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Su país podría ver el caso como oportunidad de paz, dice el promotor del proceso

Anuncia el Vaticano pronta beatificación del salvadoreño Óscar Arnulfo Romero
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Imagen del arzobispo en la Catedral Metropolitana de San SalvadorFoto Xinhua
 
Periódico La Jornada
Jueves 5 de febrero de 2015, p. 41

Roma.

Monseñor Óscar Arnulfo Romero, figura icónica venerada en América Latina y más allá del subcontinente, será beatificado este año en su país natal, El Salvador, anunció este miércoles el Vaticano.

Los salvadoreños podrían ver el proceso como oportunidad para buscar la reconciliación en ese país, estimó el arzobispo Vicenzo Paglia.

El martes pasado, el papa Francisco reconoció el martirio del arzobispo Romero, allanando así el camino a su beatificación después de que estuvo bloqueada durante muchos años.

Ésta, seguramente, tendrá lugar antes de fin de año, no después, posiblemente dentro de algunos meses, es decir, lo más pronto posible, dijo monseñor Paglia, el clérigo que encabezó la campaña en favor de la beatificación de Romero.

Teníamos que esperar al primer papa latinoamericano para llevar a cabo la medida, añadió en referencia al pontífice argentino, al lamentar los injustificados bloqueos que han retrasado la beatificación. No obstante, rechazó insinuaciones que aseguran que los predecesores de Francisco, Juan Pablo II y Benedicto XVI, tenían una opinión negativa del religioso salvadoreño.

La causa de Romero se vio obstaculizada por sus supuestas inclinaciones marxistas y nexos con la Teología de la Liberación, movimiento latinoamericano izquierdista que desafió en las décadas de los 60 y 70 a la jerarquía vaticana. Sin embargo, Paglia lo definió como un mártir de la era contemporánea, un pastor que ha dado la vida por su pueblo.

Lo acusaban de ser comunista en una época de polarización (ideológica) muy fuerte, afirmó Paglia, quien habló de una acusación simplista y falsa que se hacía a cualquier persona que estaba del lado de los más débiles y los más pobres.

Al principio, Romero fue un sacerdote conservador. Luego de que fue nombrado arzobispo de San Salvador, en 1977, comenzó a cambiar ideológicamente, en parte en reacción al asesinato del padre Rutilio Grande, un jesuita socialmente comprometido que era un íntimo amigo suyo.

Paglia dijo que hace tres meses también se puso en marcha en El Salvador un proceso para beatificar a Grande. Pero por ahora, subrayó, Romero puede ayudar a unir sectores de la sociedad que aún están enfrentados, en alusión a la violencia delincuencial que azota a ese país.

Durante los tres últimos años de su vida, Romero alzó su voz contra las violaciones a los derechos humanos cometidas por el ejército y rebeldes izquierdistas a principios de la guerra civil salvadoreña (1980-1992).

El 24 de marzo de 1980, a los 62 años, Óscar Arnulfo Romero fue asesinado cuando celebraba una misa, por un francotirador contratado por un escuadrón de la muerte que comandaba el mayor Roberto D’Aubuisson, fundador del partido ultraderechista Alianza Republicana Nacionalista (Arena), que gobernó entre 1989 y 2009.

El secretario general de la Organización de Estados Americanos, José Miguel Insulza, celebró con emoción el anuncio del Vaticano y aseveró que el papa Francisco ha conmovido una vez más a los latinoamericanos al reconocer el martirio de este hombre bueno y generoso, que dio su vida para defender los derechos humanos cuando la violencia dominaba el país.