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María José Siebald se transforma en la inglesa Amy Winehouse para sus actuaciones

Actriz chilena graba videos de grandes éxitos en lenguaje de señas

Mi trabajo es cómo explicarles (a los sordos) qué es la música, en qué consiste; no es sólo voz, no es sólo instrumentos, tiene que ver con la sensibilidad, explica la intérprete

 
Periódico La Jornada
Jueves 5 de febrero de 2015, p. 9

Santiago.

¿Cómo transmitir la música a los sordos? Una tarea que parece casi imposible se logra en manos de una entusiasta actriz chilena que graba videos de grandes éxitos musicales en lenguaje de señas, en una bella experiencia para músicos y espectadores. En el comedor de su casa, María José Siebald comienza su transformación: maquillaje, pestañas postizas, lápiz labial, vestido ceñido y una enorme peluca que la convierte en un instante en la fallecida cantante inglesa Amy Winehouse.

Cuando era pequeña vivía cerca de una escuela de sordomudos que le llamaba la atención, y ya de mayor decidió probar sus habilidades de actriz con la comunidad sorda, en un ejercicio sin fines de lucro para descubrir nuevos lenguajes y dar el placer de la música a un grupo habitualmente apartado de ella.

No veo a las personas sordas como enfermas, sino como personas normales, que tienen una necesidad musical como la tengo yo, y como la tenemos todos, explica Siebald a la Afp.

Los sordos pueden sentir la música con los otros sentidos: el tacto les permite captar las vibraciones del sonido y los ojos ver y sentir los movimientos o leer las letras de las canciones. Muchos conocen la música, por ejemplo electrónica, subiendo mucho el volumen y notando las vibraciones. Sin embargo, María quiere ir más allá.

Busca mostrar el eco

Mi trabajo es cómo explicarles (a los sordos) qué es la música. En qué consiste. No es sólo voz, no es sólo instrumentos, tiene que ver con sensibilidad, dice.

Busca maneras de mostrar visualmente el eco o, por ejemplo, una canción cantada a cuatro voces. Acompaña cada género musical con una estética ardiente. Crea coreografías que expliquen la música; baila, actúa, interpreta canciones en lenguaje de señas y hace versiones de videos de grandes éxitos especialmente diseñados para ser entendidos por la comunidad sorda, que también pueden ser admirados por los oyentes.

Nerven Zellen, como se denomina el grupo de Siebald, comenzó a grabar videos adaptados en 2010, todos con una estética drag queen, en la que todo se exagera para hacerlo más explícito.

Han interpretado We are Sudamerican Rockers, del grupo chileno Los Prisioneros; Rock With You, de Michael Jakson, o Un año de amor, de la española Luz Casal, disponibles en http://vimeo.com/nervenzellen/ .

En el patio de la Asociación de Sordos de Chile (Asoch) reina el silencio, pese a que más de un centenar de personas están sentadas en el público frente al escenario. El presentador habla en lenguaje de señas, y una mujer lo traduce en voz alta para los pocos oyentes.

María Siebald, hoy Amy Winehouse, es la actuación estelar de una noche, aprovechando la graduación de una nueva promoción de intérpretes en lenguaje de señas. Ella irrumpe, elegante, interpretando con el cuerpo Tears Dry on Their Own, mientras la canción suena de fondo por los altavoces.

Mueve las manos, el cuerpo y los labios para hacer sentir la música a los espectadores sordos. Y lo logra. Al final de la canción levantan las palmas en señal de aprobación, en medio de un silencio apenas interrumpido por los oyentes. Varias chicas y chicos le piden fotos y selfies tras su actuación. Su iniciativa es valorada por la comunidad sorda chilena, integrada por unas 500 mil personas.

Agregan movimiento a las melodías

A Jorge Carvajal le gustan los videos, porque agregan movimiento a las melodías. Las actuaciones musicales de televisión tienden a aburrir a los sordos, que no pueden captarlas. Si hay subtítulos no se concentran en la actuación, de la misma manera que si hay un intérprete de señas que sólo traduce. Cuando no hay movimiento, no miras y te desinteresas, cuenta a la Afp por medio del intérprete Pablo Saldías.

Tampoco el baile está vetado para ellos. Los oyentes escuchan y luego actúan; en cambio los sordos, concentrados, saben qué hacer y aprenden a bailar visualmente, asegura por su lado, también por medio de un intérprete de señas, Alexis V. Estibil, director del departamento de cultura de la Asoch.

El resultado, sin embargo, es el mismo que entre los oyentes, asegura Estibil: hay sordos que bailan tiesos, igual que muchos de los que tienen su sistema auditivo intacto, pero también hay algunos que bailan bien.