Opinión
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México SA

Videntegaray fallido

Caen envíos de crudo

Erario: que siempre sí

C

omo resultado de una de tantas consultas a su destartalada bola de cristal, el ministro del año visualizó que a lo largo de 2014 el ingreso petrolero del país estará garantizado, porque el gobierno federal, oportunamente contrató coberturas para el precio del oro negro nacional (como las amarradas para 2015), de tal suerte que los vaivenes internacionales en la materia le tenían sin cuidado y le hacían los mandados. Así, decía, las finanzas nacionales se cubrirían de gloria.

Algo falló, como siempre y, lenta pero segura, la cúpula de la Secretaría de Hacienda reconoció que el citado ingreso no alcanzaba el nivel previsto (por la caída del precio y por el descenso en la producción) y que por tal motivo las finanzas nacionales registraban agujeros, por lo que alistaban la tijera para futuros recortes presupuestales. Con todo, celebró que los excedentes fiscales, producto de la reforma en la materia, resultaban más que suficientes para que el erario no quedara como queso gruyere.

Cuando a principios del año pasado el ministro de Malinalco consultó su destartalado artefacto el barril mexicano de exportación se vendía a 92.3 dólares, precio que se incrementó a 102.41 a mediados de 2014 cuando todo era fiesta por las reformas. Pero de allí en adelante el deterioro fue veloz y todo se fue para abajo. Aun así, ni el propietario de la bola de cristal ni su séquito de genios reconsideraron aquello de que el ingreso petrolero estará garantizado.

Al finalizar 2014 el mismo barril petrolero se exportaba a 45.45 billetes verdes, es decir, a menos de la mitad con respecto al inicio de ese año, y en el aún joven 2015 la situación ha emporado: ayer se vendió a 38.59, casi 51 por ciento menos que el presupuestado para el presente año.

Ese es el resultado concreto de la destartalada visión del ministro, al que el Inegi recién le puso cifras: las exportaciones petroleras cayeron 13.2 por ciento en 2014, proporción que en líquido equivale a más de 95 mil millones de pesos. Y de cereza, sólo en diciembre pasado se derrumbaron 43.7 por ciento. Qué bueno, pues, que Videgaray aseguraba que la baja en los petroprecios le hacía el mandado a las finanzas públicas.

En este contexto parece que en otros lares la bola de cristal funciona con mayor objetividad. Los analistas de Consultores Internacionales advierten que para México la crisis petrolera internacional, que ha llevado al desplome de casi 50 por ciento del precio del hidrocarburo, tendrá efectos negativos, en primera y previsible instancia en las finanzas públicas, tanto federales, a pesar de las coberturas ya que éstas tienen tiempos estrictos para su remisión, como en las estatales, que sufrirán la ausencia de excedentes petroleros. Para 2015 el impacto se vería amortiguado por los recursos del fondo de estabilización, en lo que se cobran las coberturas, si bien vale preguntar hasta qué nivel de precio del barril se puede financiar.

En la formulación de la ley de ingresos, el reto será 2016: con un menor precio petrolero, sin excedentes y con los remanentes de los gastos electorales en los que se incurrirá este año. Si, como comprometió el secretario de Hacienda, no habrá más impuestos ni déficit y se recurrirá a recortes presupuestales, lo importante es que ya se empiece con ellos, se vaya amortiguando el efecto y no sea de tajo. De igual forma, los recortes deben planearse sobre la base de eliminar gastos innecesarios como los de comunicación social, concluir el cierre de la Secretaría de la Función Pública, dar mayor eficiencia al gasto corriente y al gasto en obras superfluas.

Debe tenerse presente, apuntan los analistas, que Luis Videgaray solo habló a nombre de la federación y no de los estados, los cuales no han planteado compromisos semejantes, por lo que es previsible que buscando mantener sus niveles de gasto recurran a mayor endeudamiento, así como al establecimiento de nuevos impuestos locales. Lo anterior, sin duda, generará que la incertidumbre que actualmente perciben los empresarios se convierta en nerviosismo, lo que augura un debilitamiento de las inversiones en el corto plazo. Su estimación es que en 2015, si el ambiente no empeora, la economía crezca entre 3 y 3.1 por ciento.

El año en curso representa un punto de inflexión para cambiar la tendencia de incertidumbre que ha venido mostrando la economía durante los primeros dos años del actual sexenio, lo que ha llevado a ajustar las expectativas de crecimiento con que iniciaron cada uno de ellos; 2015 no ha sido la excepción, ya que lo planteado en el paquete económico en relación a un posible crecimiento de 3.7 por ciento se ha venido ajustando a la baja. Recientemente, el Fondo Monetario Internacional, institución bastante optimista, redujo sus expectativas para México a 3.2 por ciento en 2015 y a 3.5 en 2016.

La economía mexicana se enfrenta al comportamiento de tres variables fundamentales, señalan los analistas de Consultores Internacionales: precio del petróleo, tipo de cambio peso-dólar y tasas de interés, que como jinetes guiarán la dinámica de la economía en 2015 y 2016. El fortalecimiento de la economía estadunidense, nuestro principal socio comercial e inversionista, favorecerá la de México vía una mayor demanda externa. Sin embargo, la dudosa fuga de capitales golondrinos, en búsqueda de un menor riesgo país, debilitará a la moneda mexicana, que si bien los fuertes fundamentos del país lo van a mantener relativamente bien anclado, y las reservas agregaríamos, no impedirán que fluctúe en un límite alto. Nuestra perspectiva es que la divisa promedie entre 14.72 y 15.18 pesos por dólar este año, y el precio de la mezcla mexicana de exportación entre 39.3 y 42 dólares.

El retiro de los estímulos de la Reserva Federal ante los signos de recuperación económica estadunidense y la consecuente fuga de capitales de México, presionará a que la autoridad monetaria nacional contenga los impactos sobre el tipo de cambio, lo que implicará una política monetaria restrictiva, por lo que se prevé un ajuste al alza en las tasa de referencia para impedir de igual forma presiones sobre la tasa de inflación, y evitar que se desvíe demasiado de los límites fijados. Lo anterior ha sido difícil y lo seguirá siendo.

Las rebanadas del pastel

Cómo estará el horno que hasta el siempre pío Lorenzo Servitje, un empresario de dulce, de chile y de manteca (y no por los productos que vende, sino por sus palaciegos acomodos políticos sexenales), advierte que el inquilino de Los Pinos atraviesa por el peor de sus momentos… Y el dolarito a 14.93 bilimbiques.

Twitter: @cafe-vega