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En un libro, el roquero narra en primera persona su proceso creativo y el origen de sus canciones

Para Gustavo Cerati hacer música era diversión, una gimnasia emocional

Mediante esta investigación, crucé el amor para intentar convertir estas páginas en un adorable puente entre sus palabras y el lector, afirma la argentina Maitena Aboitiz, la autora

 
Periódico La Jornada
Lunes 26 de enero de 2015, p. a12

Cerati en primera persona muestra la cristalina y honesta voz, en tinta y papel, de una efigie del rock en castellano en el continente.

Gustavo Adrián narra parte de su proceso creativo; desnuda, en sus propias palabras, el origen de algunas de sus canciones y discos más destacados. Desde los últimos años con Soda Stereo hasta algunas de sus placas como solista.

Es una investigación que devino libro. La periodista argentina Maitena Aboitiz, la autora, recoge testimonios de diversos medios del periodo que va de la grabación de Colores santos (con Daniel Melero) hasta Fuerza natural, editado en 2010. Aboitiz también accedió al archivo de prensa personal de Cerati, que le fue proporcionado por la familia de éste.

Desde su irrupción con Soda Stereo, Gustavo Cerati creó una especie de dogma en el rock en Latinoamérica.

Un sinnúmero de seguidores han hecho de su música la banda sonora de sus vidas. Está más que dicho que miles de melómanos y músicos han sido tocados e inspirados por la sensibilidad de Gustavo Adrián Cerati Clark, más que un artista profundo y honesto que experimentaba en cualquier mundo, un hombre que hacía lo que se le antojaba.

Energía muy inspiradora

“Doy gracias a la música que me haya llevado allá (a México). Antes de grabar el disco (Siempre es hoy) hice un viaje de placer por la selva; por Palenque, por la costa del Pacífico y Oaxaca. Siempre estos viajes me influencian mucho, me dan mucha letra, muchos pensamientos, me abren la cabeza, no sabría decir cómo, pero a partir de ahí comencé a hacer el disco, así que la energía que capto en esos viajes siempre es muy inspiradora, no sabría cuantificarla, no está tan puesta en palabras, como las emociones o el tipo de melodías que surgen, pero ahí está”, dijo en 2003 a este reportero, que también le preguntó respetuosamente: ¿Has fumado mariguana mexicana?

Gustavo sólo rió y dijo: He tenido que tirar también... desgraciadamente. Aunque esta vez fueron hongos. Hay algo que debemos tener en cuenta: lo más importante es estar cerca del lugar de origen y que cualquier cosa que uno consuma sea de lo más cercano al lugar de origen; no hablo sólo de sustancias que te puedan alterar, sino de todo.

Ese era Gustavo Cerati, un hombre orgánico, nada pose, que también comentó a La Jornada: “Tampoco estoy en una situación artística todo el tiempo... Lo mío son borbotones. No todo el tiempo eres artista y haces cosas de creación. Sólo son momentos. Bocanada (hablaba en relación con ese disco) es uno de éstos.”

Para Maitena, periodista desde hace 17 años y también autora del libro Antología del rock argentino, hacer éste fue una necesidad del alma, explica en su prólogo.

Foto
Gustavo Cerati en el estudio de grabación Unísono, en Buenos Aires, en una imagen captada el 30 de noviembre de 2005 por Germán Sáez e incluida en la obra

Dice: “Una pulsión de amor. Es ‘Causa y es efecto’ de su música. Y como versa esa misma canción (Puente, contenida en el álbum Bocanada), me dejé llevar por lo que él dice: ‘Usa el amor como puente’. A través de esta investigación, crucé el amor para intentar convertir estas páginas en un adorable puente entre sus palabras y el lector. Cerati en primera persona propone un viaje a través de su palabra”.

Gustavo comenta en el libro: Hago música porque me divierto mucho. Es como una especie de gimnasia emocional, intelectual, y me lleva a un lugar de entusiasmo y de locura que pocas cosas me producen. Seguramente hay muchas razones de por qué estoy en esto, pero cuando vibro esa combinación de esas cosas... me entusiasmo mucho, porque empiezan a surgir las melodías y realmente siento que tengo algo para decir y, al mismo tiempo, me vuelvo loco y me encanta que pase eso. Y en los momentos en los que estoy componiendo o escribiendo, se sube la antena y estoy atento a muchas cosas a las que soy permeable y que me funcionan para hacer una canción o para buscar un sonido, lo que sea...

Bienes espirituales

En otra parte de la obra revela: “Después de Dynamo yo sufrí una especie de crisis respecto del grupo. Necesité tomar distancia. Yo estaba esperando un hijo. Hice un disco solista, se produjo una especie de separación de bienes espirituales entre nosotros. Dynamo es, básicamente, un disco en el que la forma nos fue conduciendo hacia las canciones. La forma sonora, la investigación, cierta experimentación con la idea de trabajar en tu propio estudio, todo eso nos condujo a las canciones (...) Sueño Stereo es más descarnado, peligroso, pero más humano...”

Aboitiz, conductora de programas musicales en televisión, recorre 18 años de la explicación desmembrada de las piezas y los álbumes de Cerati, artista al que califica de inigualable.

La autora reconoce que fue esencial la generosidad de la familia del músico (a la que dedica el trabajo), así como el aporte de amigos y allegados, que hicieron posible que el libro tuviera aspectos sobresalientes, como las imágenes que nunca habían sido publicadas, y las cuales fueron cedidas por los fotógrafos oficiales de grabaciones, ensayos, giras y tras bambalinas de Cerati, ángel inquieto que sobrevuela la ciudad de la furia, como comentó de él, su paisano, el poeta, escritor y cantautor Luis Alberto Spinetta, con quien seguro ahora toca un palomazo de su sonada canción Avenida Alcorta, pero en un escenario metafísico.