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El 2004 BL86 se acercará a 1.2 millones de kilómetros; se podrá observar con binoculares

Un asteroide pasará muy cerca de la Tierra el próximo lunes

El asteroide no representa ningún riesgo para el planeta, explicó Alejandro Farah, de la UNAM

El día 30, el cometa Lovejoy se acercará al Sol y podrá verse a simple vista

 
Periódico La Jornada
Sábado 24 de enero de 2015, p. 2

De medio kilómetro de diámetro, aproximadamente, el asteroide 2004 BL86 pasará relativamente cerca de la Tierra el próximo lunes 26 de enero. Este acercamiento, a 1.2 millones de kilómetros, no representará un riesgo para nuestro planeta; más bien será un espectáculo para los amantes de la observación del universo, pues el cuerpo sobrevolará la Tierra a una velocidad de 56 mil 420 kilómetros por hora, y con ayuda de un telescopio convencional, incluso binoculares, se podrá observar como un pequeño punto que se desplaza lentamente.

Estos grandes cuerpos se acercan a la Tierra porque chocan entre ellos e interactúan entre sus gravedades. Normalmente, los asteroides viajan entre las órbitas de Marte y Júpiter, y algunos llegan a colisionar produciendo el mismo efecto que ocurre cuando chocan las bolas de billar, desviando a algunos del conglomerado. Otros llegan a pasar cerca de un cuerpo más grande que los desvía por la gravedad y los expulsa hacia el Sol o a la Tierra.

Júpiter hace de escudo

En muchos casos, explicó el doctor Alejandro Farah, del Instituto de Astronomía de la Universidad Nacional Autónoma de México UNAM), Júpiter funciona como escudo de la Tierra porque es un planeta muy masivo y su gravedad atrae con mayor fuerza a los asteroides, capturándolos en una órbita a su alrededor y con el tiempo se estrellan con el gigante planeta; sin embargo, en otros casos no es así.

Cuando se desvían resulta importante vigilarlos, pues algunos podrían ser peligrosos para nuestro planeta, sobre todo si son de gran tamaño y si tienen posibilidades de chocar contra la Tierra y, por la velocidad con la que se mueven sería un choque con una gran liberación de energía. Esta tarea es un trabajo de tiempo completo, ya que muchos de los asteroides no se pueden vigilar, dado que son pequeños y oscuros, hacerlo implicaría contar con instrumentos con capacidad de hallarlos y seguirlos.

“Existen varias técnicas de monitoreo, una de ellas es posible cuando se reflejan o desintegran lentamente por la luz del Sol, como el cometa Lovejoy, que alcanzó su distancia más cercana a la Tierra el pasado 7 de enero; pero cuando no ocurre así, se utilizan técnicas de ocultación; es decir, un asteroide que pasa frente a una estrella se vería como un eclipse, esto sirve, sobre todo, para conocer sus dimensiones, además de la información que ofrecen los satélites espaciales”, puntualizó el integrante del comité organizador del programa de la Academia Mexicana de Ciencias la Noche de las Estrellas.

El investigador aclaró que una vez que los asteroides son ubicados y observados por largo periodo se puede deducir su órbita, y dado que las órbitas de los asteroides son elípticas, se puede pronosticar si pasarán cerca de la Tierra y la distancia en la que lo harán, pues ya se sabe su trayectoria.

Conocer la órbita de un asteroide no significa que éste se moverá siempre en la misma trayectoria, lo que hace de estos cuerpos un tema de constante observación y análisis.

El especialista en instrumentación astronómica indicó que aun cuando nuestro país cuenta con observatorios profesionales, en la actualidad no hay telescopios que vigilen el cielo para encontrar asteroides porque no existe un programa de monitoreo especial, aunque no se requiere de un gran equipo: como ya se indicó, se puede hacer en ciertas ocasiones a simple vista o con binoculares.

Este lunes 26 de enero el asteroide 2004 BL86 podrá ser visto con ayuda de un telescopio pequeño, así como el cometa Lovejoy, pues, aunque la órbita de éste tuvo su máxima aproximación a la Tierra el pasado 7 de enero –a 70 millones de kilómetros de nuestro planeta– pasará por el punto más cercano al Sol el próximo día 30. Este cometa se podrá ver a simple vista en lugares muy oscuros, pues la magnitud –referencia de la luminosidad del cuerpo– llegará a 5, mientras el ojo humano puede alcanzar magnitudes de hasta 6.5. Si no se puede buscar un sitio lo suficientemente oscuro, Alejandro Farah recomendó utilizar un telescopio a partir de 5 centímetros de diámetro o binoculares para apreciar el fenómeno.

Incluso, si no se quiere salir de casa, existen programas gratuitos de código abierto capaces de mostrar un cielo realista en tercera dimensión, como stellarium.org desde el cual se pueden monitorear estos fenómenos.